Josie POV.
El sudor bajaba por mi cuello, perdiéndose en medio de mis pechos. Hombros y piernas brillaban por los rayos del sol. El entrenador, nos había puesto a correr por toda la cancha y después hacer unos ejercicios muy demandantes. Como la plancha, odiaba esa maldita cosa.
Mis cuerpo tiembla, trato de mantener mi respiración cuerda. Veo a Kimberly, que se le dificulta el tripe. Apuesto a que su sistema, tiene demasiado alcohol. Por ayer.
-Suficiente, arriba.- escucho al señor. Que trae gorra y anda con una actitud, super positiva.
Me levanté y corrí ayudar a mi amiga. Lizzie también estaba a su lado, haciéndole burla.
-Chicas, veo sus cuerpos muy cansados. No todas, pero he notado que perdieron mucha condición.- empieza a pasar por el frente de cada una.
-El señor bigotes, se a puesto bueno.- Lizzie dice, cubriendo su boca. -Es intimidante y eso me gusta.
-Pense que ese pequeño, enamoramiento. Había terminado.- comenté.
-Así era. Pero regreso.- dice dándole una mirada de arriba a bajo.
Gire los ojos y negué. Mi hermana siempre es así. Mis ojos, vagaron por todo la cancha. Ahí venían los jugadores y mi novio.
Y la morena. ¿Qué diablos pretendía hacer?.
-Señorita Saltzman. Tal vez quiera ir con su amorío y no regresar nunca.- está detrás de mi.
-Lo siento. Me distraje.- Tartamuda.
-Deje de enfocarse en otra cosa. Las regionales serán pronto y no queremos perder por su culpa.
Asentía, tragando en seco. El siempre me intimidaba.
-¿Qué ves?.- susurra Kimberly. Esta más cerca que antes.
Dirige su mirada, a mi dirección.
-¿Pero qué diablos?.- Lizzie grita.
El entrenador la mira mal. Le di, un codazo en su costado. Él, siguió hablando.
-Josie, tenemos que hacer algo.- Kimberly estaba alarmada.
-No pensé, que se tomaría en serio lo de entrar al equipo.
-¿Qué?.- la mire.
-Le dije que el equipo era mixto.- dice Lizzie muy rápido.
ESTÁS LEYENDO
Destino o Casualidad // Posie //
Fiksi PenggemarPenelope y Josie, dos adolecentes. Que jamás se habían visto, las dos viven en Miami. Se comienzan a encontrar en diversas ocasiones, pero en cuanto Josie vio esos ojos verdes, supo que estaba perdida.