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CAPÍTULO: 29
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—Ah, me odio.
Suspiró la de ojos azules mientras barría el suelo de la cocina mientras escuchaba de fondo la radio que transmitía una canción llamada Chiquitita de ABBA, era pegadiza pero eso no lograba que su mal humor desaparezca de un segundo a otro. Miró el reloj que estaba colgado en la cocina y chistó su lengua barriendo más rápido; si su madre la viera en esos momentos diría que llovería por lo que estaba haciendo.
—¿Desde cuándo Bella tiene tanto dominio sobre mí? —cuestionó dejando la escoba a un lado para ir hacia la heladera y buscar una botella de agua fresca—. Tengo que ser menos blanda, ahora deberé aguantarme al idiota ese y a la duende.
—¿Hablas de mí?
Escupió el líquido incoloro que tenía en su boca en la cara del varón y le lanzó una patada en los genitales, haciéndolo retorcer.
—¡¿Por qué mierda apareces así, hijo de puta?! ¡Estás buscando que te mande a la otra punta del mundo! —lo señaló con molestia la Swan viendo detrás del varón la Cullen y a su prima que sonreía divertida por lo que hizo—. Ya te limpié la casa, encárgate de tus compañeros idiotas.
Los miró a ambos Cullen con un irritación y se encaminó a la habitación que compartía con Bella, en busca de ropa para cambiarse e irse a visitar a Harry porque no iba a estar en la misma casa que la duende. Al cobrizo lo aguantaba un poco, pero a esa duende vampírica no, la aborrecía por hacerse pasar por una amiga vacía con su prima. Rodó los ojos al escuchar la pregunta inocente de la Cullen hacia Bella, preguntándole si es que no era bien recibida en su casa por parte de la hada.
—Que te jodan, vampira de cuarta —musitó abriendo el placar y sacó un jean celeste que tenía bordados de rosas con hilo negro, era de tiro alto, agarró un pullover de lana de color negro que tenía un cuellito. Chistó la lengua viendo su atuendo y se rascó la nuca, le faltaba algo indispensable, los zapatos. Buscó de manera superficial hasta que encontró sus habituales zapatillas, unas Van's negras pero de suela marrón—. Cool pero cómoda.
Se cambió rápidamente y agarró las llaves que tenía sobre una mesa para luego bajar a la planta baja, escuchando las risas en el salón y rodó los ojos pasando derecho a la cocina, buscando alguna galleta para comer antes de irse a la Reserva. Mientras buscaba que comer tenía puesto su oído en la conversación que ocurría a unos metros de ella, y le fue incapaz no escucharlo.
—¿En serio? ¿Ya no sientes nada por Edward? —puso sus ojos en blanco, estaba creyendo firmemente que esa estúpida vampira estaba tratando de que Bella siguiese con el bola de disco—. Pregunto, porque no hace mucho fue que terminaron.
—Alice, si preguntarás esto sabiendo que está mi prima a unos metros, te pediría que te calles —espetó con seriedad la menor apretando un poco su lapicera para seguir escribiendo en su libreta—. ¿Haremos los deberes o no?
—¡Oh! Si, claro.
—Bella, ya me voy —informó la Swan con una mueca, notando de reojo la mirada dorada de su nuevo amigo clavarse en su rostro con intriga—. Tal vez no regrese.
Bella la miró con curiosidad y sonrió de lado para pararse y sacarle un pedazo de galleta que se había quedado en un mechón del cabello de la mayor, logrando que una sonrisa tierna adornara la cara de Aqua. La muchacha alzó su mano decorada por anillos finos y plateados y acarició la cabeza de la fémina con suavidad.
—Estaré en la Reserva, te preparé comida y está en el horno —susurró, cosa que era en vano porque los vampiros la escucharon—. Nos vemos.
—Aqua, cuídate —habló Edward dándole una fugaz mirada con una sonrisa ligera—. No vaya a ser que choques con algo teniendo un auto precioso.
—¿De qué hablas, anciano? Para tú información, soy una genio manejando —miró sus uñas con arrogancia y le sonrió de lado para ponerse sus lentes negros sobre su cabeza y caminar en dirección a la salida—. Sino, pregúntaselo a tu ex.
—¿Por qué siempre me metes a mi? —gimoteó Bella viéndola partir pero sonrió a la vez que negaba con su cabeza—. Ustedes dos me matarán algún día.
—Lo que tu digas, Bella, lo que tu digas —le dijo el de hebras de color cobre divertido, escuchando el ruido del motor al arrancar y la música de la radio alejarse de la casa, Aqua ya se había ido.
La Swan mayor repiqueteaba sus dedos sobre el volante, largando un bostezo que hizo que pequeñas lágrimas se acumularan en sus ojos. El trayecto no era tan largo por la velocidad en la que andaba pero eso no fue impedimento para que el sueño, que siempre tenía, tomara presencia y la haga bostezar a cada rato. Vio a unos metros la casa de su viejo amigo y sonrió estacionando su auto a un costado de la vereda, apagó el motor y salió del vehículo cerrándolo con llave. Caminó el pequeño tramo que quedaba y dio pequeños toques a la puerta, oyendo rápidos pasos acercarse hacia donde estaba.
Y la puerta se abrió dejando ver a un adolescente.
—¡Hola! Soy Seth —se presentó haciendo que la fémina sonriera ligeramente.
—Soy Aqua, ¿está tu padre?
—¿Mi padre? Oh, ¡sí! Solo que está durmiendo su habitual siesta pero ya lo despierto —musitó para darse la vuelta y correr hacia el interior de la casa con una sonrisa en su rostro.
—No ha cambiado nada ese mocoso —murmuró la mujer entrando al hogar y cerrando la puerta detrás de sí, yendo a la cocina sabiendo que ahí estaría la esposa de su amigo—. Sue, es un gusto volver a verte.
—¿Aqua? ¿Eres tú, niña?
La joven asintió para luego ser rodeada por unos semi-fuertes brazos que la hicieron jadear por el contacto físico. No le gustaba pero debía acostumbrarse por la personalidad cálida de Sue. Le dio suaves palmaditas en la espalda de la mayor y escuchó detrás suyo la característica voz de Harry.
—Hace unos días que no nos veíamos.
H | ᴇᴅɪᴛᴀᴅᴏ
Me enfermé 🙃
¿Que cosas, no? Una se va a la playa y a la noche camina descalza tres veces toda la arena cuando la marea baja, y llega a la casa y tiene gripe.
Solo espero que se me pase un poco más los dolores para escribir.
Pero bueno, ¿algo para contar ustedes? ¿Las clases? ¿Algún gusto musical o literario? ¿Crush? ¿Comida favorita? ¿Algo que desean ser?
Yo una nube.
Suerte en lo que hagan 🎐
No se enfermen como yo, no es lindo.
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𝐇𝐚𝐝𝐢𝐭𝐚 |Edward Cullen ✓
Fanfiction𝐇𝐚𝐝𝐢𝐭𝐚 |Ella enfrentó a sus temores a pesar de que si lo hacía, podía acabar perdiendo la lucha. El vampiro de ojos dorados va en busca de respuestas después de ver los ocelos azules de aquella misteriosa mujer, al igual que será totalmente ig...