Chapter 5

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— Por favor, hermano ¡te chuparé el pene! — Había esperado a que su amigo saliera de su castigo en las cocinas; Jae creyó que bromeaba al pedirle más de lo que probaron en la fiesta, pero su amiga se veía desesperada y lo que acababa de decir era tocar fondo.

— Deja de bromear, me cuesta conseguirlo así que lo seguiré conservando. — Sacudió la pequeña bolsa delante de sus narices. — A menos que tengas algo de dinero, claro.

— Acepta mi anterior oferta.

—¡Deja de bromear con eso!- Temía que sus palabras no fueran un mal chiste pero ella se veía tan seria y decidida. — Espera, ¿Eso quiere decir que todos los rumores son ciertos?

— Jae... Sé un buen amigo ¿por favor? — Jae Kim podía decir en ese mismo instante que no reconocía a la persona frente a él. Nunca se sentía culpable por traficar artefactos peligrosos y de dudosa procedencia, pero esta era la primera vez que veía directamente las consecuencias de sus acciones. Se preguntó qué haría si no se lo daba, ¿ella buscaría conseguir en otro lado? ¿Arriesgaría su vida por un poco de satisfacción?

Mordió su labio. Si le daba la bolsa, la condenaba a una vida codependiente de sustancias; si la rechaza, ella conseguiría de peor calidad y seguramente podrían estafarla en el proceso, se metería en problemas. Maldijo la noche de la fiesta y su incapacidad para guardar secretos.

— De acuerdo. — Había algo más, algo sobre lo que sentía mucha curiosidad. — Entonces... ¿Tu oferta era en serio?

MC le susurró al oído que lo esperara en la sala de artefactos y luego se fue. No debería ir, ¿o sí? Nunca en su vida tuvo un encuentro de ese tipo, y ahora la oportunidad de despejar sus dudas estaba en la palma de su mano. Después de todo, sólo sería un intercambio.

Antes de ir al lugar acordado, pasó por su habitación y tomó un poco más del polvo. La bolsa estaba medio vacía y debía entregarla en condiciones.

Ya en la puerta de su destino, las piernas le temblaban y temía que todo saliera mal. Descubrir qué era un niño precoz, que su tamaño ni siquiera alcanzaba el promedio, no tener una erección o nunca acabar. Por lo que, en el momento en el que entró a la sala y la vio esperándolo, exclamó:

—¡Nunca hice esto, no me juzgues!

Apoyó la espalda contra la puerta cerrada y contuvo su respiración, el aire se sentía pesado y no podría resistir de pie mucho más. Su amiga se acercó hasta tenerlo frente a frente, tomó su rostro con ambas manos y le proporcionó una mirada tranquilizadora.

— Jae, ¿tú me juzgas?

— ¿Qué?

— ¿Me juzgas por lo que pienso hacer? ¿Me ves diferente ahora que sabes que haría esto con cualquiera? — Sonaba horrible si lo decía así. Lo llevó a darse cuenta cuantos secretos estaba escondiendo ¿Alguien de su círculo de amistad sabía lo que estaba haciendo? ¿Alguno de sus amigos estuvo con ella? La rompemaldiciones que todos conocían nunca se rebajaría a chuparle el pene a nadie solo por un producto estúpido que ni siquiera necesitaba.

— No. — Respondió con sinceridad. — Si yo hiciera lo mismo que tú, sé que no me juzgarías.

MC se puso de rodillas, con cautela desabrochó los pantalones del chico asiático y los bajó hasta sus tobillos. Paso su mano provocadora sobre la tela de la ropa interior; dio suaves besos en toda la zona, guiándose por los suspiros de Jae.

Dejó al descubierto la erección del chico, quien regulaba su respiración para tranquilizarse; la tomó con ambas mano y comenzó a masajearla. Quería ser cuidadosa, sabía como hacerlo pero precisaba que Jae confiara en ella. Fue aumentando gradualmente la velocidad de sus manos, su amigo aún tenía sus manos apoyadas en la puerta y le pareció gracioso que se negase a tocar su cabeza.

I need a mental stability spell (Hogwarts mystery)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora