Chapter 9

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— Escuché que mi golpe en la cabeza fue tan duro que ahora necesitaré que diez chicas hermosas me den baños de esponja.

— Apenas te lastimaste, no seas asqueroso. — Movió su peón, cada vez era mejor jugando al ajedrez mágico. Era cierto que su golpe había sido fuerte y que ahora tenía una pequeña cicatriz oculta bajo su cabello, aunque no pasó a mayores fue motivo de preocupación para muchos. Su herida progresó rápido, de vez en cuando Chiara venía verificar que la lastimadura estuviese bien cerrada.

Tuvo una mañana interesante; pensó que el mundo sería más generoso con ella gracias a que cuidó a Jae día y noche, pero no. No tenía permitido ausentarse tanto de sus prácticas, lo correcto era presentarse ante Orión y continuar con la "experiencia" de quidditch.

La experiencia no fue agradable. Fue atacada por duendecillos azules mientras hacía equilibrio con su escoba, descubrió que Murphy fue un participante y cómplice del crimen. Decidió aceptar la lección de Orión, aprendió que el quidditch requiere de concentración al equilibrarse, ignorando toda distracción.

Al terminar, planeó una pequeña venganza contra el comentarista. Tomó su escoba, tomó velocidad y pasó volando frente a él; la rapidez de su movimiento y el que no haya esperado algo así, fue suficiente para que soltara un grito de terror y su altavoz saltara de sus manos. Se acercó casualmente hacia él, con una sonrisa triunfal.

—¡¿De qué se trató todo eso?! — Sacó su varita y volvió a reacomodar su peinado.

—¡Tú soltaste a esos duendecillos para fastidiarme mientras intentaba equilibrarse en la escoba! — Respondió ofendida.

— Sí, ¡pero fue idea de Orión! — Puso una mirada inocente, desvió la mirada unos segundos para no dejarse manipular por sus ojos de cachorro. — En primer lugar, Orión me preguntó si sabía dónde podríamos conseguir muchos duendecillos, y luego yo le pregunté qué de cuántos duendecillos estábamos hablando, si una docena, un ciento o un millar. Y luego Orión me preguntó qué cuántos duendecillos creía que eran muchos, y entonces le pregunté que para qué eran esos duendecillos, porque así sabría cuántos son muchos...Y luego Orión me preguntó que por qué...

— ¿Podemos saltarnos esto, por favor?

— Claro. Para cuando termine mi narrativa, las pruebas de Cazador se habrán terminado.

—¡¿Qué?! — gritó. — ¿Pruebas de cazador? ¿Cuándo?

— Hoy, por supuesto. Y si Orión te está probando así, que te esté mirando de cerca es buena señal...

—¡Pero Orión no me ha invitado a hacer una prueba para el equipo! — sentía su corazón saltar en su pecho, estaba emocionada y confundida.

— ¿Estás segura? ¿100% segura?

—¡Sí! Cada vez que nos vemos intento hablarle sobre las pruebas de quidditch, pero sólo nos... equilibramos.

— Entonces, es hora de que te enseñe una nueva estrategia...— Parecía tan preocupado como ella, realmente quería meterla en el equipo y poder compartir más tiempo juntos.

— No tengo tiempo para otro "Dónde quedó la quaffle", Murphy. — Dijo con voz suave.

—¡Técnica que te salió perfecta, por cierto!- Exclamó mientras le guiñaba un ojo.- Pero he pensado en otra clase de estrategia: Ve a hablar con Orión hasta convencerlo de invitarte a las pruebas de cazador ¡Agótalo con tu confianza en quidditch! ¡Con un ruido estrepitoso demuestra que eres talentosa! ¡HABLA TAN ALTO QUE ÉL QUERRÁ LANZARSE A SÍ MISMO UN EMBRUJO ENCOGE OREJAS!

I need a mental stability spell (Hogwarts mystery)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora