I need a mental stability spell (Hogwarts mystery)

Chapter 1

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Nota de autora:

No se preocupen por la pareja principal o si su ship no aparecerá, aquí probamos de todo ;)

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Sentía su respiración acelerarse.

Sabía lo que se aproximaba, con Bill siempre era fácil distinguir cuando estaba por acabar. Sintió como sus partes bajas se contraían ante el movimiento fuerte y rápido de su amante, atesoraba cada uno de sus orgasmos como si fuera la primera vez. Debía admitir que Bill Weasley era uno de sus favoritos, claro que todos en Hogwarts tenían una técnica diferente pero el chico Weasley era especial.

MC estuvo fascinada con él apenas lo vio, era un espécimen único sin duda, pero su mente atrevida jugueteaba con aquel rumor: "Bill Weasley está lleno de hermanos". MC no los conocía, pero pensar en más como él solo le provocaba tener que apretar los muslos y respirar profundo.

Ahora estaban en el baño de los prefectos, sin duda su sitio favorito para dar rienda suelta a su extraña relación. Ella era oprimida contra el borde de aquella bañera, y la sensación de él entrando y saliendo era algo que esperaba ansiosa. No contuvo sus gemidos y se dejó llevar por la fuerza del prefecto de Gryffindor. Enredó sus dedos en su cabello color zanahoria y tiró levemente de él, un poco de rudeza nunca se negaba, aprovechó para devorar su labio bajo y alimentar su hambre sexual.

— Bill... No pares...

Volvió a enredarse en un beso salvaje mientras sentía como llenaba su interior. Ella tiró su cabeza hacia atrás mientras clavaba sus uñas en los omóplatos del mayor, se sentía tan caliente y húmeda. Se permitieron recuperar el aire, dando paso a la parte menos favorita de nuestra protagonista.

Siempre era igual. Orgasmo, y luego adiós.

Weasley le mordía con suavidad el cuello para luego salir de la bañera, secarse, cambiarse, e irse. A MC nunca le había importado que la abandonaran rápido después de una sesión pasional de sexo, pero luchaba con emociones difíciles de procesar cada vez que Bill se iba sin decir más.

Existían cientos de chicos en Howgarts, tenía una variedad amplia para escoger -y claro que lo había hecho- pero ninguno la satisfacía. Existía un hueco que sólo él podía llenar, pero estaba segura que se negaba a algo más; eso no quitaba su amistad, fuera del baño de prefectos se presentaban como cualquier par de amigos, pero ¿Cómo ignorar que luego se reunían para follar desesperadamente en el baño?

Ese día en Howgarts comenzó como cualquier otro. Las miradas que se clavaban en ella ya eran difíciles de descifrar ¿Era acaso por ser una rompe maldiciones? ¿Empezaban a confirmar que había tenido relaciones sexuales con casi todo alumno del colegio? Era una suerte que nunca le hubiese preocupado realmente su reputación, era quinto año y ya tenía dieciséis años ¡por el amor a Merlín! No pueden culparla por buscar un modo de desahogarse.

Este año su primera clase era cuidado de criaturas mágicas, esperaba ver a Barnaby o a sus amigas. Pero encontró algo más: otro pelirrojo. Tan pecoso, parecía haber pasado toda su vida trabajando bajo la luz del sol; se acercó cautelosamente como sabía hacerlo, era momento de verlo caer en sus redes.

— Hola cariño, ¿eres nuevo? No recuerdo haberte visto antes.

—Oh, ¡Hola!- era energético, irradiaba amabilidad— No soy nuevo realmente, suelo escabullirme y no presentarme tanto en clases, si no estoy con Bill entonces estoy en la reserva de criaturas mágicas.

— Espera...— Necesitaba procesar esa información, ¿Acaso era tan ciega? ¿Cuántas posibilidades existían de que ese chico fuera un...? — Disculpa, ¿Dijiste Bill? ¿Bill Weasley?