#2.03

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¿Lentejas? ¡Odio las lentejas!

De todas las comidas más horribles que pudo haber en una cena de los más incómoda con mi ex amor y su pareja tuvieron que servir lentejas.

Aunque, sabía realmente que lo que me incomodaba realmente no eran las lentejas.

Nancy tenía un suéter amarillo con cuello de tortuga. Estaba en frente mío mirándome fijamente sin apartar su vista de mi —Aunque también miraba su plato— Apenado sólo miraba el mío intentando comer esas cosas. Paul estaba comiendo tranquilamente. Miraba sus lindos movimientos y lo afortunado que era de poder volver a presenciar eso.

¿Qué estaba pensando? Yo ya era un adulto, no podía seguir así, Paul no iba a volver a ser dueño de mis sentimientos nuevamente, el que debía controlarlos era yo mismo.

Aunque con esas canas y esa linda barba casi escasa hacía que mis suspiros fueran más frecuentes y pesados.

—Bueno, Paul, quería darte una noticia muy linda que estoy segura te emocionará.

Dejó su cuchara para poner atención a sus palabras.

—Claro, te escucho linda.

—Pues—dijo con una sonrisa en el rostro que irradiaba emoción y felicidad.— Compré un libro para la pequeña Mary.

—¿Un libro?—dijo Paul levantando una ceja mientras articulaba su brazo para tomar el libro color violeta que Nancy le extendió.

—"La guía para ser un hermano mayor"...¿Es...es en serio?

Nancy emocionada movió su cabeza de forma positiva sin soltar aquella sonrisa que a mí parecer era molesta.

Y NO SÓLO ESO ME MOLESTABA, TAMBIÉN LAS LENTEJAS Y EL HECHO DE QUE VENÍA UN PAUL EN CAMINO.

Ambos se levantaron y se abrazaron con fuerza. Estaban al borde de las lágrimas.

—Muchas... felicidades.—dije con la mejor de mis sonrisas.

Paul se alejó un poco de Nancy y fue hacía mí para abrazarme fuertemente. Correspondí, además de que pude oler su cabello. El mismo olor de siempre que me trajo recuerdos.

Nancy carraspeó, lo que hizo que Paul se separara. Paul tomó el libro con una enorme sonrisa y dijo:

—¿Puedo entregarle yo el libro? Lo pondré en su cama para que cuando llegue de la escuela lo vea. En un momento vengo.

Cuando Paul salió del comedor para seguro, dirigirse a la habitación de la pequeña Mary; Nancy cambió su expresión por una de enojo.

—Yo sé lo que sucedió entre tú y Paul hace años.—dijo con firmeza y una simpleza que me erizó la piel.

—¿Q-qué?

—Por Dios, ¿Cómo pudiste acostarte con un hombre comprometido? ¿Es lo que te gusta hacer en tus ratos libres? Me extraña eso de un hombre, normalmente las que son así son las mujeres.

—Yo...

—Cállate, tú no tienes derecho de estar aquí ni de estar con él. Es mío, ¿Oíste? Yo soy su esposa, él me ama a mí y él espera un hijo mío.—esas últimas seis palabras las dijo con una pausa retante.

—Yo no vine a...

—Estuve a nada de acusar a Paul de abusador de menores por pura venganza, pero él me explicó que tú fuiste el que se le subió.

Okay, esta perra ya me hizo enojar.

—¿Disculpa?

—¿Ni lo sabes? Para él fuiste un momento de confusión, él no es gay, sólo estaba confundido. Fuiste pasajero para él, yo, pues— dijo con una risa burlona— yo soy su esposa...

Paul llegó y al parecer no había escuchado nada de lo sucedido. Lo ví a los ojos —acuosos— tomé ni mochila, la puse en mi hombro y me dispuse a salir sin decir nada.

"John, ¡Espera! ¿Qué le dijiste, Nancy?"

"¡Nada!"

Me alejé de su casa y me dispuse a caminar para encontrar un taxi que me pudiera llevar a casa.

En el camino a una parada del camión ví a una chica con cabello negro y largo. Se trataba de May.

—¡John! Qué grata sorpresa encontrarte aquí. ¿Qué haces por este vecindario?

—Uh...un amigo... digo- un conocido me invitó a comer. Eso no importa, ¿Qué hay de ti?

—¿Estás bien? Tus ojos se ven rojos y llorosos...

—Estoy bien.

No, no lo estaba.

—Sólo son alergias, ya sabes, este frío es horrendos y más en Liverpool.—dije.— pero eso no importa, ¿Tú qué haces aquí?

—Vine a visitar a mi abuela, es una mujer ya grande y pues... Me gusta ayudar.

—Qué bueno que la ayudes...

—Sí...

Hubo un silencio entre nosotros. Miramos a la calle y sólo había casas y nos cuántos letrero con anuncios en ellos.

—¿Esperas el camión?— dijo.

—Esoeraba un taxi, normalmente también se paran aquí.

—Puedes venir conmigo, si gustas.

Era obvio que le gustaba a May, pero no quería mostrar que fuera recíproco, porque no lo era.

—O podemos ir por un café si no estás ocupado.

Movió mi vista hacia ella y le sonreí.

—No estoy ocupado.

—Eso es un...¿Sí?

—Tal vez.

Soltó una risa que extrañamente sonó realmente tierno.

—Tonto, si no gust-

—Sí, sí quiero. Vamos por un café.—la interrumpí.

Su mirada se tornó brillosa y más atractiva de lo normal.

—Es un honor salir por un café con John Lennon.

Who Cares? -♡[McLennon]♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora