El desastroso segundo día

1.2K 55 15
                                    

- ¡Qué suerte has tenido!.- Le dijo Cinta divertida al ver a Camino tan entusiasmada.

- Sí, pensé que quería castigarme o algo así.- Le contestó con cierto alivio.

- Es más bien un regalo. Los de 1º no suelen entran en esos programas. Se entra a partir de 3º. Así que puedes darte por satisfecha. No sé qué habrás hecho o qué le habrás dicho, pero has acertado de lleno.

- Dice que tengo potencial en dibujo.- Camino se tapó la boca.- No sé si debía decírtelo, aunque ya lo he hecho.- Se dijo encogiéndose de hombros.- Es que vio mi bloc...

- No tienes que darme ninguna explicación, Camino.- Cinta sonrió con amabilidad.- Si la profesora dice que tienes potencial es que lo tienes y ojalá que llegues muy lejos.

- Gracias.- A Camino le pareció en aquel momento que había obtenido dos premios aquel día... las clases con Maite Zaldua y una mejor amiga.

- ¿Entonces te habrá dado su teléfono?.- Le preguntó Cinta interrumpiendo sus pensamientos.

- Sí, pero aun no lo he guardado.- Dijo recordando que lo había metido en el bolsillo trasero de su pantalón.

- ¿Y a qué esperas, a perderlo?.- Le increpó Cinta.

- No, mierda... demasiado tarde.- Dijo apesadumbrada.- Ya lo he perdido.- Cinta se pasó una mano por la cara con desesperación. - Lo puse en mi bolsillo, pero debió de caerse al sacar el movil.

- Bueno, de todas formas, mañana la clase es a las 10, sabiendo eso y donde está su despacho, no habrá problemas, basta con que estés antes allí y la esperes hasta que llegue.

- Sí... supongo que sí.- Dijo Camino triste. Que torpe había sido. - También puedo ir a pedírselo de nuevo.- Insinuó pensativa.

- Olvidalo, el profesor de Geografía Humana acaba de llegar.- le dijo Cinta con abatimiento mientras señalaba a un hombre joven.

- Pues entonces probaré suerte luego y si no haré lo que has dicho tú.- Le murmuró mientras entraban en el aula.

Y aunque Camino fue a buscarla a la hora del almuerzo, el profesor de mitología griega, un joven de no más de 30 años bastante guapo, le informó de que ya se había marchado a su casa y a Camino le dio vergüenza pedirle el teléfono.

De vuelta a casa, en el tren, se encontraba un poco abatida. Le habría encantado agregar a Maite y pode hablar con ella por Skype, como le había dicho la profesora que haría en cuanto Camino le diese un toque, para darle las instrucciones del día siguiente. Maite había murmurado algo así como que prefería ver la cara de la persona con la que hablaba.

Al llegar a su casa, Camino saludó a su madre y a sus hermanos y subió a su cuarto a hacer los deberes. Tras una hora tediosa enfrascada con la Revolución Rusa, su móvil sonó rompiendo su concentración.

Lo cogió y sonrió complacida. Era aquella mujer a la que había conocido en un foro de dibujo. Hacía como un par de semanas que venía hablando con ella por el chat. Al principio hablaban mucho, pero luego las conversaciones fueron disminuyendo y Camino no había querido molestarla, ya que aunque no sabía mucho de ella, sí sabía que trabajaba y que tenía responsabilidades.

Botticelli: Hola, ¿cómo has estado?.

Aficionada: Ey, holaaa. Bien, hace tiempo que no sé nada de ti.

Botticelli: Cierto, perdona, he estado algo liada. Me he acordado que hoy era tu primer día de clases, ¿no es así?. ¿Quería saber que tal te había ido?

Aficionada: Vaya! Gracias por acordarte.

Botticelli: Como para no hacerlo... (es un chiste mío).

Impresión, sol naciente (Maitino love)Where stories live. Discover now