Los soldados de sombras lo inclinaron ante ella. Manteniendolo ahí a la fuerza.

—¿quieres recuperar la memoria? —preguntó Amora, mirandolo fijamente —saber quién eres, saber quién fuiste y a quién amaste —

—¡Callese! —grito, luchando aun contra los soldados que lo mantenían arrodillado.

—extrañas a alguien ¿verdad? —la mirada azul, tan fría como un hielo parecía calar atravez del alma del rubio. El dejó de hacer fuerza, los guardias se alejaron. Amora se inclino en su trono más cerca de él —si pudieras ver su rostro, saber quién es ¿que es lo que darías? —El hombre seguía sin confiar en las palabras de la reina —conoces mis poderes— dijo al ver la desconfianza en los ojos azules —ve por el niño y yo te devolveré tu pasado —dijo en un suave tono.

—es imposible que yo recuerde —gruñó.

—yo si—declaró en un murmullo —una vida por una vida— ofreció.

El ahora cazador, intentó forzarse a recordar, pero el deseo el anhelo de lo que una vez fue suyo. Aceptó.

Guió al ejército de sombras al bosque oscuro.

Miró el suelo, pese a la densa niebla podía ver huellas —no pudo haber hido lejos—les informo. —hagan justo lo que yo haga— ordenó —que mala idea... —murmuró y avanzó hacia más adentro del bosque.

La mañana apenas tocaba el bosque, cuando Loki se levantó. Al perdido, sólo supo levantarse y seguir corriendo cuando escucho el clamor de las bestias del bosque.

El cazador divisó las pisadas en el suelo. Pidio al ejército que esperaran y avanzó a saltos por las raíces de un gran árbol.

Loki corría apresurado por el bosque, sentía que algo estaba por atraparlo, rompió ramas para poder avanzar lejos de lo que sea que lo siguiera.

El cazador avanzaba, siguiendo las pisadas que hiban en círculos.

Loki llegó a un gran árbol, pensando que ya estaria muy lejos se oculto bako las raíces del árbol, un especie pequeño pero perfecto para esconderse y mirar a través de los espacios. Alerta, miró a los soldados a lo lejos, gracias a la niebla rogaba porque no lo vieran ahí.

Uno de sus tobillos fue tomado por una mano, que lo arrastró lejos de su escondite.

—¡No! —grito, luchando contra el hombre que lo sarandeaba. —tienes que ayudarme—le rogó al no reconocer ni un rostro ni uniforme —o la reina quiere matarme—

El cazador había quedado extrañado, mirando los ojos verdes, sintiendo una leve sensación de familiaridad —no lo dudo— ignoro toda sensación y tomando del brazo del contrario lo quiso arrastrar con él.

—¡quiere sacarme el corazón! —le grito, aferrándose a él, pero aún aún así manteniéndose firme en su lugar.

Mephisto llegó junto a los soldados —que rápido —sonrió.

Loki al verlo soltó al cazador y salió corriendo.  —¡oye! —grito el cazador. Apretando el agarre en su brazo y regresandolo al lugar donde estaba antes.

—bien hecho cazador —Mephisto extendió la mano —ahora entregamelo—

El joven de ojos verdes trataba de que el cazador lo soltara, este al verlo tan desesperado miró fijamente a Mephisto —¿que intensión tienen con él? —

—no importa ya —mantuvo su mano extendida y los soldados avanzaron.

El cazador dio un paso atrás —¡Hey! —grito y los soldados se detuvieron —dame lo que me prometieron —apuntó su hacha contra ellos.

—hiciste bien tu trabajo—alabó Mephisto —ahora cumple el trato—

—harás que nos maten—gruñó Loki

El cazador lo oculto detrás de él, retrocediendo más —no hables—le dijo serio.

—es cierto

—¡Dije que no hables! —la cabeza del cazador empezaba a dolor, sentía que sus manos temblaba. Coloco a Loki frente a él y amenazó a los soldados poniendo el hacha en el cuello de aquel a quien buscaban. —yo cumpliré cuando la reina cumpla el trato ¡Que me diga quien soy! —

Loki respiraba con dificultad —te van a traicionar —advirtió

—Amora, tiene muchos poderes. —dijo tranquilamente Mephisto —ella puede quitar la vida o prolongarla—su expresión tranquila cambió por una divertida, ladeando una sonrisa —pero no puede recuperar tu mente trastornada ¡estúpido! —

El cazador empujó a Loki y enfrentó a los soldados con su hacha.

Loki se levantó y se alejo de ahí. Mephisto lo vio y trató de ir tras el. El cazador lo atoco por la espalda pero la mano derecha de la reina era hábil.

Pelearon uno contra el otro, hasta que el cazador empujó a Mephisto a un charco hecho de magia oscuro que el bosque había estancado. Mephisto se levantó perdido en su entorno vio marchar al cazador.

—¡No podrás escapar cazador! —advirtió, mientras veía sus dedos derretirse como si fueran aguas negras.

Loki corría en el bosque, apresurado, se giro al oír pasos detrás de él. El cazador le cubrió lo boca y lo estampó contra la corteza de un árbol.

—silencio ¿oíste? —Loki asintió. El cazador alejo su mano de la boca del príncipe de las Nieves. Este le dio un fuerte golpe en el rostro y lo alejo, tomó una de las dagas que tenía el cazador y lo amenazó.

—¿que es lo que está pasando? —le preguntó el cazador —¿porque te quiere muerto la reina? —

—¡ella nos quiere muertos a todos! —le grito.

—¿porque eres tan valioso para ella?

Loki arrugó el entrecejo —¿no lo sabes? tú estás cazandome—

El cazador iba a seguir peleando, pero un dolor punzante en el pecho lo hizo mirar debajo de sus ropas, tocó la herida y sus dedos se llenaron de sangre —olvidalo, nunca debí meterme en asuntos de la reina— tomó su hacha y se alejo de Loki. —soy un estúpido —

Loki lo siguió —¿a donde vas?

El cazador ya unos metros lejos lo callo con un sonido, miró a un lado y luego lo apuntó con su hacha —¡lejos de ti! Problemas es lo que atraes —

El príncipe de la nieve Corrió detrás de él —tengo que ir a Nuevo Asgard. Tienen un ejército—

—¿ah, Nuevo  Asgard y sus tropas? —dijo divertido —solo campesinos y lavanderas con palos—comió algunas frutas que tenía en sus bolsillos—conozco ovejas que pelean mejor—

—yo valgo mucho—le hizo saber. —¿por eso estas aquí no es así?—el cazador siguió caminando —si llegas sin mi morirás, y si yo me quedo aquí morire—

El cazador lo miró de reojo, escupiendo la semilla de su fruta —por curiosidad ¿cuánto pagarías?

—lo que quieras

El cazador lo miró de reojo —unas treinta, cuarenta...

—¡te daré cien! —el cazador lo miró sorprendido —ayúdame —pidió.

El cazador se acercó a grandes zancadas, mirandolo fijamente —¿quién eres? —

Blanca NievesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora