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Amora volvió al castillo, cayendo en picada se arrastró lentamente por el piso del cuarto al espejo de oro. Envuelto en los restos de su magia oscura, poco a poco su esquelético rostro empeoró, demostrando lo demacrada y horroroza que era en realidad.

—ayu... dame—le rogó al espejo, con sus pocas fuerzas extendiendo su mano al espejo de oro.

En el nuevo Asgard, la noticia de que el príncipe perdido volvía hizo celebrar a los habitantes, pero la felicidad no duró mucho.

Cuando un grupo de seis personas traían en sus hombros una gran pacha de madera, sobre esta un príncipe recostado era visto por todos, llevando en el al príncipe de las nieves.

Las campanas sonaban por el luto, la bajo sus cabezas y dio paso a los recién llegados, permitiéndoles llegar al palacio y dejar en uno de los grandes cuartos dejaron al príncipe, lo cambiaron, esas ropas sucias y rotas fueron reemplazadas por un hermoso traje blanco con filos verdes.

Thor bebía en la entrada del cuarto donde Loki descanzaba, camino hasta la cama donde descanzaba el de cabellos negros.

–aquí estas... Vestido como si te fueras a levantar para darme más penurias —bebió un trago —no merecías morir... No cuando por fin te encontré —arrojó lejos la cantimplora —cuando te vi. Fue apenas te vi, supe que yo te conocía, que eras lo único que podía ayudarme a saber quien era. Te ame y aun te amo mas que a nada ni a nadie, pero te descuide un segundo y volvieron a arrebatarte de mi lado —camino, rodeando la cama donde Loki descanzaba. —tu me hiciste recordarlo, tu me devolviste lo que fui, sin saberlo, levantaste una maldición que nisiquiera conocías —se acercó a él y acarició sus cabellos —con tu corazón, con tu espíritu— Thor sintió un gran nudo en su garganta —pero ahora te fuiste. Merecías algo mejor... Y siento tanto haberte fallado, haberte dejado solo, haber permitido que sufrieras tanto, que sintieras esa gran soledad —dejó caer sus lágrimas al ver a Loki tan pálido y con los ojos cerrados, sabiendo que no los volvería a abrir —ahora serás un rey en el paraíso, rodeado por los ángeles —se inclino y beso los labios fríos de Loki.

El cazador salió del cuarto, borrando las lágrimas de su rostro con sus manos.

Sin saber que detrás de él, Loki lentamente abría sus ojos. Lentamente volvió a respirar, lentamente el color volvió a su piel. Abrió sus ojos, dejando caer lágrimas al escuchar las palabras del rubio.

Thor salió del cuarto, encontrándose con Frandal el cual le traía muy malas noticias. Los consejeros no creían oportuno pelear ahora, aseguraban que no había motivaciones suficientes.

—el murió por esto —dijo seriamente —no podemos escondernos tras los muros y ver que la tierra muere con él —

—nuestro deber es proteger a quienes vienen a los muros y ahora es el suyo también —dijo Frandal.

Thor negó y se alejo rápidamente.

Un anciano con grandes lentes de cristal y barba palmero la espalda de Frandal —yo hablaré con él —le dijo para seguirle el paso a Thor.

En la entrada del castillo, las personas se encontraban algo inquietas, no había noticias del príncipe de ninguno de los herederos, no sabían que pasaría.

Steve acunaba a su pequeño en sus brazos, sentia la ausencia de Tony tanto, no podía creer que no estuviera con ellos, miró a sus amigos, Clint Pietro de mantenían juntos, Wanda jugaba nerviosas con unas piedras, Natasha y Bruce se sentaron en el suelo, esperando alguna noticia.

La ansiedad era tanta, que Steve fue el primero y el único por varios minutos en notar quien habían cruzado la puerta principal del castillo y miraba a todos con suma tranquilidad.

—se levantó el embrujo —dijo, dejando que una sonrisa se formará en su rostro.

Loki camino hasta Frandal, mirándolo seriamente, vio al portero y hasta el momento protector del nuevo Asgard mirándolo felizmente —la muerte lo ha perdonado—

—la muerte no perdona jamas—dijo Loki, y busco con la vista a Thor, pero no logro verlo. —tenemos que cabalgar, como olas furiosas con el estandarte de los dos reinos —le dijo en un tono bajo.

—debe descansar —aconsejo Frandal.

—ya hemos descansado suficiente. —miró a todos los guerreros que los rodeaban y lo miraban expectantes —frío al fuego, fuego al frío —murmuró —el hierro se fundira ¡pero se retorcera desde su centro mismo! –declaró. Las personas lo miraban atentos —Todos estos años solo conocí oscuridad, pero jamás vi luz tan brillante que cuando mis ojos se abrieron —les dijo, caminado, mirándolos a todos—y se que ¡esa luz brilla en todos ustedes! Esas brazas deben convertirse en llamas —

Thor escucho la voz de Loki, apresurado paso por el tumulto de personas hasta llegar al centro y verlo.

—¡yo me convertiré en su arma, forjada por el fuego abrazador que hay en sus corazones! —grito, encontradose por fin con la mirada azulina —he visto lo que ella ve—les hizo saber —se lo que sabe... Yo la mataré... Y preferiría morir hoy, que vivir esta muerte otro día —miro a Thor —su legítimo Rey está entre ustedes, el guiará el ejército y recuperará su tierra y yo acabare con la reina—declaró —¡Quién vendrá conmigo! —

Todos gritaron a favor, apoyándolo, inclinándose ante el, mostrando su completa y absoluta lealtad y confianza.

Loki se acercó a Thor  —yo te prometo que el sol volvera a brillar —le aseguro y Thor le creyó.

En la antigua tierra de Asgard, Amora había devorado la vida de las jóvenes que quedaban, no las había dejado ni siquiera como ancianas, había consumido hasta su último aliento, lista, sabían do muy bien, que la batalla estaba por comenzar.

Thor lideró al ejército, cruzaron las montañas y llegaron al castillo de Amora, donde la tropa de los soldados de sombras los esperaban.

El estandarte de los dos reinos hondeaba de nuevo, ya frente al gran castillo donde Amora los esperaba ansiosa de consumir su premio.

Invadieron el pueblo desde las tuberías de aguas negras, infiltraron hombres para atacar desde dentro y luego abrir las puertas para que el ejército ataque con todo.

—volviste de la muerte —le dijo Thor. Loki lo miró arqueando una ceja —la armadura te sienta —le alabó.

El ejército avanzó por el filo del mar. Bolas de fuego les eran arrojadas, algunos se quedaron en el camino pero el gran ejército avanzó.

Steve, Clint, Natasha, Pietro, Wanda y Bruce abrieron la puerta principal, luego de acabar con algunos soldados.
El ejército logró entrar. Una gran masacre se daba, mientras Amora miraba desde lo alto del castillo.

Blanca NievesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora