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Loki se infiltró en el castillo. Mientras Thor guiaba al ejército y daban pelea se encontró con sus seis amigos, juntos más varios soldados más entraron al castillos.

Loki llegó al salón del espejo, encontrándose con Amora, ella parecía esperarlo.

Se giro lentamente y lo vio con una sonrisa tranquila. Por la puerta principal entraron Thor y más soldados, Amora los templo, movió su cabeza y del techo del castillo cayeron bajas como agua, una lluvia los cubrió, levantando sus escudos algunos no pudieron salvarse de la masacre.

Cuando las dagas dejaron de caer, estas tomaron formas, pegando se unas a otras se convirtieron en grandes bestias que atacaron a los soldados sobrevivientes.

Thor golpeó a una con su martillo, esta se perdió pero luego los cuchillos volvieron a su lugar, dándole nueva forma. Parecían indestructibles.

Loki giro a ver la masacre, Amora lo llamó y lo miró impaciente —ven y acaba acaba conmigo, así como yo acabe con tu pueblo —le sonrió —tan débiles y ni se defendieron—

El de cabellos negros se avanlanzo contra la rubia, Amora lo empujó y envió lejos. Loki se levantó, lanzándose sobre ella, Amora tomó la espada de Loki que venía hacia ella, apretando el filo de la espada arrojó a Loki de cara contra el suelo.

Amora sintió un cosquilleo en su palma, se encontró con el desagradable corte de la espada que no se curaba, forzó su magia pero el corte permaneció intacto. Tomando a Loki de los cabellos, dejó ver como de su boca salía sangre por el impacto contra el suelo.

—ven aqui—lo tomó del cuello, obligándolo a mirar la pelea de los soldados —miralos los morir —le susurro al oído, mostrándole como sus bestias de dagas los asesinaban, los golpeaban, atravesaban sus corazones sin piedad alguna —que se siente saber que fuiste tu quien los trajo a parecer —apretó el agarre en su cuello —ya vez, no somos tan diferentes ¿o si? —Loki se zafó del agarre, cayendo de nuevo al suelo.

Escupió sangre y se levantó —no me parezco a ti —aseguró furioso.

Tomando su espada, la levantó contra la reina, está esquivo cada ataque, hasta que se harto de tan molesto movimiento y tomó a Loki del cuello nuevamente, casi arrojandolo a la gran hoguera en medio del cuarto, con una de sus manos apretaba su cuello y la otra intentaba arrancar la espada de sus manos.

Con gran fuerza, logró quitarle la espada, mandándole lejos, arrojó a Loki sobre la hoguera mandándole al otro extremo del cuarto.

—¡tu no puedes vencer me! —le grito, sin notar que estaba parada en la hoguera, mientras su cuerpo lentamente se consumía, ella gritaba y amenazaba —¡he vivido, demaciadas vida, dejaste reinos enteros. Me otorgaron  poderes que no pudieras ni siquiera imaginar! —su rostro se consumía —y esto no terminará —dijo en un tono mas bajo.  —jamas— lentamente su rostro volvió a sanarse, mostrando nuevamente su hermoso rostro sins er tocado por el fuego de la hoguera —me encargaré de darle a este mundo la reina que se merece –aseguró. —asqueroso y vil—

Loki se arrastraba en el suelo, intentando llegar a su espada, con todas sus fuerzas miraba la espada y extendia su brazo. Amora salió del fuego, pateó con fuerza el cuerpo de Loki y lo alejo de la espada, teniéndolo frente a él, de gusto el momento en que por fin ella podría tener lo que siempre había deseado, su tan anhelada inmortalidad estaba ahí, a sus pies, retorciendose en busca de una salida para lo que era inevitable. Amora sacó su daga y la levantó contra Loki.

—¡Por la sangre más bella será! —grito desesperada por clavar la daga en el corazón de Loki.

Loki  detuvo el ataque, con su brazo detuvo la muñeca de Amora, mientras el, clavó su daga con fuerza en el estómago de Amora, enterrando el filo hasta la daga. Las creaturas malignas que atacaban al ejército se decisieron como agua frente a los soldados.

Amora miró fijamente a Loki —y sólo por la sangreas bella dejará de ser —le dijo el de ojos verdes, estrujando hoja de la daga.

Lentamente la rubia fue sacando la daga de su interior, dejó salir una fuerte exalacion, al sentir la hoja de metal fuera de su estómago, corrió desesperada al dorado espejo.
Loki se apartó, contemplando a la desesperada mujer acercarse el espejo, mirandolo rabiosa, ya sin fuerzas sintiendo su vida caer como arena en el viento.

—no puedes tener mi corazón —le aseguro Loki.

Amora tomó una fuerte bocanada de aire, lentamente su imagen cambió, lentamente su piel se volvió grisasea, con grandes arrugas y marcas por la venjes, con su piel cayendo por su rostro dejándolo casi esquelético, su pelo blanco, tan blanco y fino que parecía hilo de araña. Amora miró por última vez a Loki antes de caer en las manos de la muerte y ser arrastrada al infierno para que pudiera pagar por todo el mal que causó y por todas las vidas que quito, para que pague por todo lo que gozo de la desdicha y miseria que ocasionó.

Loki la vio morir, como poco a poco la magia negra que tanto le dio, ahora le quitaba la belleza de la que tanto presumió.

Levantando su vista, sus ojos verdes se encontraron frente a frente con el objeto de la locura de Amora, aquel espejo dorado, hecho del oro de algún lugar lejano ahora sin dueño, lo reflejaba a él de una manera que el espejo ya no parecía oro si no el cristal más puro y limpio que alguna vez se vio.

Talvez, pensó Loki, ese reflejo no es sólo su apariencia, si no su alma y es por eso que Amora hizo todo para verse hermosa frente al espejo de oro y nunca lo consiguió.

Blanca NievesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora