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Loki no bajó su mirada, pese a estar asustado por todo lo que había pasado se mantuvo firme —debiste preguntarle a la reina—

—yo no confío en ti—le escupió el cazador cada sílaba con la mayor seriedad

—te doy mi palabra

El cazador gruñó —aún así no confío... —escupió en su mano y se la extendió —pero tenemos un trato. —

Loki tembloroso y asqueado tomó la mano. El cazador le quito la daga.

—dame eso—le guardo —te cortarlas un dedo—

La tarde llegaba y el sol de medio día pasaba sobre el el nuevo Asgard.

Un viajero, padre uno de los jóvenes asesinados por la reina Amora, aquel que presenció la huida de Loki y la llegada de Thor al palacio le contaba todo a Heimdall.

—los príncipes están vivos —había asegurado el hombre.

Y la paz en el nuevo Asgard se vio afectada. La noticia alboroto al pueblo. Incesisos de sí ir al bosque oscuro o no.

Pues en este ninguno de los herederos la pasaba muy bien.

Loki seguía el paso del cazador. Pero cuando este se adelantó unos metros el príncipe de la nieve quedó atodaro en un árbol de serpientes. El cazador las decapito y auxilio al príncipe.

—el bosque se fortalece con tu debilidad—advirtió. Sacó una botella de cuero y bebió su contenido con desesperación.

—¿bebés para ahogar tus penas o tu conciencia? —le preguntó al verlo tan desesperado por unas pocas gotas.

—y desde cuando te importa porque bebo—dijo el cazador de mala gana.

—las penas de un hombre son sólo suyas...

El cazador se giro y lo miró burlon —¿que sabes tú de las penas? —Loki negó débilmente, negándose a continuar con la conversación.

El cazador tomó su hacha y corto la tela del amplio y viejo sacó del príncipe. Les estorbaria su se quedaba enganchado, atraparia el príncipe y el no podría salvarlo si una bestia venía contra ellos.

—no esperes algo más —le advirtió —no te alejes —siguió avanzando dejando a Loki completamente extrañado.

Avanzaron un gran tramo, pero Loki ya no podía aguantar sus dudas.

—¿cuál es tu nombre? —preguntó casi resbalando con unas rocas.

El cazador movió unas ramas peligrosas con su hacha —cazador—

Loki detuvo su paso lentamente —tu nombre insistió —

El cazador camino lentamente hasta detenerse y girar —no lo se... —murmuró, a su mente llegaban vagos recuerdos de un nombre enterrado en su memoria —Thom... Thon o algo así? —

—¿Thor? —preguntó Loki seriamente.

El cazador levantó sus hombros y siguió caminando —si, supongo —

Loki no deseo insistir más, tal vez solo era una coincidencia de nombres, tal vez ni siquiera tuvieran que ver nada el uno con el otro.

—¿no te molesta servirle? —preguntó caminando lentamente por una pequeña baja de fango.

El cazador le extendió la mano y lo ayudó a avanzar –¿a la reina? Yo no sirvo a nadie, en especial a esa vieja bruja—siguió avanzando adelante del príncipe —a nadie de la realeza, están malditos—

—¡el rey y su reina no estaban malditos! —dijo Loki siguiéndole el paso como podía.

Thor soltó una carcajada —¿no fue el rey quien me abrió más puertas al demonio? —se giro ue volvió a extender su mano a Loki —todo inició por ese tonto pueblo extinto entre la nieve. De seguro ellos le dieron esos poderes y  luego fue por el premio más grande. Es culpa suya que luego todo cayera en tinieblas —

Se quedó con la mano extendida, Loki lo mirada enojado —¿eso piensas? —Thor lo miró incrédulo —no sabes nada —

—¿que tu si? Que le importan esos reinos a alguien como tú— lo miró de arriba a abajo. Loki apretó sus puños —la tierra agoniza, la naturaleza se volteo, este, este es el legado de tus preciados reinos —

Loki miró arrorizado como un grupo de mariposas deboraban rápidamente el cadáver de un venado.

Continuaron su camino, Thor bebió de golpe el último trago de su cerveza.

—te voy a enseñar algo —saco su daga y se la paso —¿con que pie te apoyas? —Loki tomó la daga y miró sin nada de confianza al cazador.

El cazador al ver que el príncipe no respondía dio un paso adelante muy amenazante. Loki retrocedió y se apoyo en su pie izquierda.

—si alguien te va a atacar tienes que subir este brazo— levantó su brazo derecho tomándolo con dureza —bloques —coloco su brazo sobre el de Loki—y utilizas su peso a tu favor —eres muy delgado. Dejas que se acerquen y se lo clavas en el corazón —con su otra mano tomó la daga y la acercó a él. —hasta el mango ¿entendiste? —se apego más a Loki y apretó la muñeca que sostenía la daga —no tengas dudas, los miras a los ojos y hasta que veas en sus ojos que su alma salga, lo dejas adentro —lo soltó y Loki asintió lentamente.

Thor volvió a sentir aquello, aquellos ojos verdes lo miraron tan detenidamente, parecían tomar un brillo tan único, un brillo que no vio cuando lo encontró debajo de ese árbol. La cercanía sólo lo hacía sentir cosas aún más confusas y que su mente diera vueltas.

Alejo sus manos de las muñecas de Loki y este negó con la cabeza —no podría hacerlo... —

Thor estampó sus labios, Loki casi deja caer el cuchillo por la sorpresa, sintiendo la presión de los otros labios sobre los de el, tembló, se quedó casi en blanco. Una lengua se adentro en su boca, dejándolo sin aliento, las pocas fuerzas que tenía se perdieron en ese beso tan posesivo y demandante.

Sin dudarlo lo apuñaló.

Thor se separó y miró seriamente al príncipe. Para su suerte el cuchillo sólo traspaso aún lado de la ropa. La mano de Loki sostenía el cuchillo con fuerza y como le habían dicho enterró el cuchillo hasta el mango.

—como en este caso, no te dejaran opción —aseguró aún muy cerca de Loki, aún casi hablando sobre sus labios, dejando aún la ansia por otro beso.

Loki lo vio alejarse y sintió un vuelco en su estómago.

Blanca NievesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora