Día 2

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─¡Onii-chan!─ mi hermanito menor, Kei, se acerca, y yo lo miro, pero algo en mi mirada hizo que se asustara─¡¿Qué le pasa a tu cara, onii-chan?!─ se esconde atrás del sillón.

─¿Eh? ¿Mi cara?─ me miré en la pantalla de mi celular y tenía los ojos rojos, estaba despeinado, tenía un poco de baba en el contorno de mi boca... En resumen: parecía un zombie─¡Oh my God! Creo que es por estar desde ayer mirando setenta y tres series en Netflix─ me rasco la nuca y le sonrío inocentemente a mi hermanito, quien seguía escondido detrás del sillón─. Ay, bueno, es que en esta cuarentena no hay otra cosa mejor que hacer que mirar Netflix.

─¿Seguro que no eres un zombie? ¿No me comerás el cerebro?

─No, Kei─ le digo riendo, y me levanto para darle un abrazo─. Soy un humano cien por ciento vivo.

─Qué alivio, porque amo mi cerebro.

─Jeje. 

─Oye, ¿no quieres jugar conmigo con la pista de autos?

─¡Sí! Mejor dejo Netflix por ahora, antes de que me convierta en un verdadero zombie, jeje.

Mi hermano me olfateó.

─Wakala, tienes mal olor, onii-chan─ se queja, tapándose la nariz con los dedos pulgar e índice.

Levanto el brazo y olfateo mi axila. Casi vomito frente a mi hermano.

─Voy a darme una ducha y después juego contigo, Kei─ voy al baño.

Tengo que cuidar mi aspecto estos trece días que quedan de cuarentena.

𝗤𝗨𝗜𝗡𝗖𝗘 𝗗𝗜́𝗔𝗦 𝗗𝗘 𝗖𝗨𝗔𝗥𝗘𝗡𝗧𝗘𝗡𝗔 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora