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Día 3

Ayer pasé el resto del día jugando con Kei con los autitos. Tiene terrible pista con vueltas y todo, y con los autitos hacemos carreras. Él me ganó en casi todas las partidas, jeje.

─Eres pésimo, onii-chan─ rió.

─No es eso, es que hace tiempo que no juego─ me excusé.

─Sí, claro─ dijo sarcásticamente.

La próxima verás, maldito mocoso... Digo, hermanito.

─Kazuki, en dos días te mandan tarea─ me dice mamá.

─¡No me menciones nada sobre tareas, mamá!─ le grito, agarrándome la cabeza con las manos.

─Más te vale que hagas todo cuando te lo manden─ se va.

No te preocupes, Kazuki. Haz de cuenta que esto es escuela en casa: levantarse tarde, hacer dos o tres tareas por día y después holgazanear el resto de la tarde... Es sin duda el paraíso. Esta cuarentena tiene su lado bueno, hay que aprovechar nomás.

Sólo espero no perder el control más adelante...

Estoy en el comedor tomando un jugo de naranja y comiendo pan, cuando entra mi madre con un cuaderno y dos libros.

─Bueno, Kazuki, vamos a aprovechar estos días para repasar, para estudiar, porque no estamos de vacaciones, ¿eh?─ apoya los libros en la mesa, pero yo salgo corriendo de la cocina─¡Ven acá!─ me persigue por toda la casa, y me encuentra al final del pasillo─¿Tú crees que es joda esto? ¿Crees que es una joda lo que yo estoy diciendo? ¿Te piensas que vamos a estar quince días así? Y yo tengo que cuidar a tu hermanito, cocinar, limpiar la casa, tender la ropa, sacar la basura...─ dice mientras contaba con los dedos─Tú lo único que tienes que hacer es es-tu-diar. Es tu única responsabilidad.

Yo vuelvo a salir corriendo a mi habitación.

─¡Ven acá!─ me persigue hasta mi habitación, donde me ve acostado en la cama y con un plato con galletitas en la falda─Aaaaah, para ver la tele sí tienes ganas, ¿eh? Estás bien despiertito... ¡Te pones a estudiar!─ deja los libros en la cama, pero yo me hago el dormido─¡Despierta, despierta!─ me sacude─¡Dios mío!─ se va.

Jaja, debo admitir que esto es divertido.