Orgullo y Prejuicio [JiCheol • Adaptación]

𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓧𝓛𝓥𝓘𝓘

—He estado pensándolo otra vez, Jihoon —le dijo su tío cuando salían de la ciudad—, y finalmente, después de serias consideraciones, me siento inclinado a adoptar el parecer de tu hermano mayor. Me parece poco probable que Chwe quiera hacer daño a un muchacho que no carece de protección ni de amigos y que estaba viviendo con la familia Song. No iba a suponer que los amigos del chico se quedarían con los brazos cruzados, ni que él volvería a ser admitido en el regimiento tras tamaña ofensa a su coronel. La tentación no es proporcional al riesgo.

—¿Lo crees así de veras? —preguntó Jihoon animándose por un momento.

—Yo también empiezo a ser de la opinión de tu tío —dijo la señora Gardiner—. Es una violación demasiado grande de la decencia, del honor y del propio interés, para haber obrado tan a la ligera. No puedo admitir que Chwe sea tan insensato. Y tú mismo, Jihoon, ¿le tienes en tan mal concepto para creerle capaz de una locura semejante?

—No lo creo capaz de olvidar su propia conveniencia, pero sí de olvidar todo lo que no se refiera a ello. ¡Ojalá fuese como vosotros decís! Yo no me atrevo a esperarlo. Y si no, ¿por qué no han ido a Escocia?

—En primer lugar —contestó el señor Jeon—, no hay pruebas de que no hayan ido.

—¿Qué mejor prueba que el haber dejado la silla de postas y haber tomado un coche de alquiler? Además, no pasaron por el camino de Barnet.

—Bueno, supongamos que están en Londres. Pueden no haberlo hecho más que con el propósito de ocultarse. No es probable que ninguno de los dos ande sobrado de dinero, y habrán creído que les saldría más barato casarse en Londres que en Escocia, aunque les sea más difícil.

—¿Pero a qué ese secreto? ¿Por qué tienen que casarse a escondidas? Sabes por Jisoo que el más íntimo amigo de Chwe asegura que nunca pensó casarse con Seungkwan. Chwe no se casará jamás con un hombre que no tenga dinero, porque él no puede afrontar lo gastos de un matrimonio. ¿Y qué merecimientos tiene Seungkwan, qué atractivos, aparte de su salud, de su juventud y de su buen humor, para que Chwe renuncie por él a la posibilidad de hacer un buen casamiento? No puedo apreciar con exactitud hasta qué punto le ha de perjudicar en el Cuerpo una fuga deshonrosa, pues ignoro las medidas que se toman en estos casos, pero en cuanto a tus restantes objeciones, me parece difícil que puedan sostenerse. Seungkwan no tiene hermanos que puedan tomar cartas en el asunto; y dado el carácter de mi padre, su indolencia y la poca atención que siempre ha prestado a su familia, Chwe ha podido creer que no se lo tomaría muy a la tremenda.

—Pero ¿cómo supones que Seungkwan sea tan inconsiderado para todo lo que no sea amarle, que consienta en vivir con él de otra manera que siendo su esposo legítimo?

—Así parece —replicó Jihoon con los ojos llenos de lágrimas—, y es espantoso tener que dudar de la decencia y de la virtud de un hermano. Pero en realidad no sé qué decir. Tal vez lo juzgo mal, pero es muy joven, nunca se le ha acostumbrado a pensar en cosas serias, y durante el último medio año, o más bien durante un año entero, no ha hecho más que correr en pos de las diversiones y de la vanidad. Se le ha dejado que se entregara al ocio y a la frivolidad y que no hiciese más que lo que se le antojaba. Desde que la guarnición del condado se acuarteló en Meryton, no pensó más que en el amor, en el coqueteo y en los oficiales. Hizo todo lo que pudo para excitar, ¿cómo lo diría?, la susceptibilidad de sus sentimientos, que ya son lo bastante vivos por naturaleza. Y todos sabemos que Chwe posee en su persona y en su trato todos los encantos que pueden cautivar a un hombre.

—Pero ya ves —insistió su tía— que tu hermano no cree a Chwe capaz de tal atentado.

—Jisoo nunca cree nada malo de nadie. Y mucho menos tratándose de una cosa así, hasta que no se lo hayan demostrado. Pero Jisoo sabe tan bien como yo quién es Chwe. Los dos sabemos que es un libertino en toda la extensión de la palabra, que carece de integridad y de honor y que es tan falso y engañoso como atractivo.