𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓧𝓧𝓘

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Las discusiones sobre el ofrecimiento de Chan tocaban a su fin; Jihoon ya no tenía que soportar más que esa sensación incómoda, que inevitablemente se deriva de tales situaciones, y, de vez en cuando algunas alusiones puntillosas de su madre. En cuanto al caballero, no demostraba estar turbado, ni abatido, ni trataba de evitar a Jihoon, sino que expresaba sus sentimientos con una actitud de rigidez y con un resentido silencio. Casino le hablaba; y aquellas asiduas atenciones tan de apreciar por su parte, las dedicó todo el día al joven Junhui que le escuchaba amablemente, proporcionando a todos y en especial a su amigo Jihoon un gran alivio.

A la mañana siguiente, el mal humor y el mal estado de salud de la señora Hong no habían amainado. El señor Chan también sufría la herida de su orgullo. Jihoon creyó que su resentimiento acortaría su visita; pero los planes del señor Chan no parecieron alterarse en lo más mínimo. Había pensado desde un principio marcharse el sábado y hasta el sábado pensaba quedarse.

Después del almuerzo los muchachos fueron a Meryton para averiguar si Hansol había regresado, y lamentar su ausencia en el baile de Netherfield. Le encontraron al entrar en el pueblo y los acompañó a casa de su tía, donde se charló largo y tendido sobre su ausencia y su desgracia y la consternación que a todos había producido. Pero ante Jihoon reconoció voluntariamente que su ausencia había sido premeditada.

—Al acercarse el momento —dijo— me pareció que haría mejor en no encontrarme con Choi, pues el estar juntos en un salón durante tantas horas hubiera sido superior a mis fuerzas y la situación podía haberse hecho desagradable, además, a otras personas.

Jihoon aprobó por completo la conducta de Hansol y ambos la discutieron ampliamente haciéndose elogios mutuos mientras iban hacia Longbourn, adonde Hansol y otro oficial acompañaron a los muchachos. Durante el paseo Hansol se dedicó por entero a Jihoon, y le proporcionó una doble satisfacción: recibir sus cumplidos y tener la ocasión de presentárselo a sus padres.

Al poco rato de haber llegado, trajeron una carta para Jisoo. Venía de Netherfield y el joven la abrió inmediatamente. El sobre contenía una hojita de papel muy elegante y satinado, cubierta por la escritura de una hermosa y ágil mano de un caballero. Jihoon notó que el semblante de su hermano cambiaba al leer y que se detenía fijamente en determinados párrafos. Jisoo se sobrepuso en seguida; dejó la carta y trató de intervenir con su alegría de siempre en la conversación de todos; pero Jihoon sentía tanta curiosidad que incluso dejó de prestar atención a Hansol. Y en cuanto él y su compañero se fueron, Jisoo lo invitó con una mirada a que lo acompañase al piso de arriba. Una vez en su cuarto, Jisoo le mostró la carta y le dijo:

—Es de Yoon Soonyoung; su contenido me ha sorprendido muchísimo. Todos los de la casa han abandonado Netherfield y a estas horas están de camino a la capital, de donde no piensan regresar. Oye lo que dice.

Jisoo leyó en voz alta el primer párrafo donde se manifestaba que habían decidido ir con su hermano a Londres y que tenían la intención de comer aquel mismo día en la calle Grosvenor, donde el señor Mingyu tenía su casa. Lo siguiente estaba redactado de la siguiente forma: «No siento dejar Hertfordshire más que por ti, queridísimo amigo; pero espero volver a disfrutar más adelante de los deliciosos momentos que pasamos juntos y entre tanto podemos aminorar la pena de la separación con cartas muy frecuentes y efusivas. Cuento con tu correspondencia.» Jihoon escuchó todas estas soberbias expresiones con impasibilidad por la desconfianza que le merecían. Le sorprendía la precipitación con la que se habían marchado, pero en realidad no veía por qué lamentarlo. No podía suponerse que el hecho de que ellos no estuviesen en Netherfield impidiese venir a Jeonghan; y en cuanto a la ausencia de los caballeros, estaba seguro de que Jisoo se consolaría con la presencia del hermano.

—Es una lástima —le dijo después de una breve pausa— que no hayas podido ver a tus amigos antes de que se fueran. Pero ¿no podemos tener la esperanza de que ese «más adelante» de futura felicidad que tu amigo tanto desea llegue antes de lo que él cree y que esa estupenda relación que habéis tenido como amigos se renueve con mayor satisfacción como hermanos? Ellos no van a detener al señor Yoon en Londres.

Orgullo y Prejuicio [JiCheol • Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora