"¡Disculpe!" - 09

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Jungkook, muchos días antes.

Mientras salía me sentía tan derrotado, las luces alumbraban con penumbra el gran pasillo de una manera que nunca presencié antes, como si el ambiente concordara con lo que sentía en ese momento. Seguía sorprendido en el trayecto a la salida del hospital, mi jefa me acompañó hasta la salida. No estoy seguro, ¿tal vez sintió lástima por mi? de todos modos agradezco no haber estado solo en esos momentos.

Era la primera vez que me sentía así.

No recuerdo cuanto tiempo fue que dejé de llorar, pero me despedí adecuadamente y eso fue lo mejor. No lo mejor para mí, tal vez era lo mejor para todos. En realidad no lo sé.

Desde que conocí a Jimin no había parado de dudar de mí mismo, eso me molestaba un poco, no tener el control.

La noche era demasiado oscura, lo suficiente como para no dejar que ninguna estrella se asomara esa noche. No muy lejos del hospital había un gran barandal que permitía apreciar la ciudad desde lejos, decidí quedarme ahí unos momentos antes de volver a casa. No estaba solo, otras personas se paseaban por ahí sin que les prestara atención, sólo escuchaba a lo lejos el motor de varios vehículos, sirenas, gente caminando y platicando, un paisaje urbano que me mantuvo distraído varios minutos.

A decir verdad todavía tenía ganas de llorar, pero me las tragué con orgullo. Hace mucho que no lloraba, y se sentía raro ese cosquilleo involuntario.

Sentí a alguien más a pocos metros de mí, recargado de la misma forma que yo en el barandal metálico pintado de blanco, sorbí mis mocos y recuperé mi compostura. Concentrándome de nuevo en el paisaje luminoso frente a mí.

El viento azotaba con fuerza, pero aún así escuché el tono del móvil que interrumpió repentinamente mis pensamientos. El chico a mi lado traía un gorro que casi cubría su rostro, sacó su celular de su abrigo y lo pegó contra su oreja. Yo había desviado casi al instante la mirada, considerando separarme unos metros a la izquierda o tal vez tomar el metro a casa de una buena vez.

La voz temblorosa del chico a mi lado captó de inmediato mi atención, su cabello se orillaba por sus patillas de un color negro y algunos mechones curveados caían en su frente. Tiritaba de frío y se lo aclaraba a la persona en el teléfono.

No era de mi incumbencia pero hablaba demasiado apresurado y cargado emocionalmente como para ser ignorado.

- No me atreví - rió contra el teléfono, pero no parecía ser broma - ¿Qué te digo? Siempre he sido así. Ni pude hablar con su madre, me ignoró en cuanto le dirigí la palabra. Sigue igual, no me extraña que Jimin siempre se quejara en conmigo en secreto.

Para controlar mi inesperada reacción casi me como mi lengua apretándola en mi paladar. Controlé mi incesante palpitar, no creyéndome que por coincidencia estuviera escuchando lo que llegaba hasta mis oídos a pesar del ensordecedor viento a esa altura.

- Regresaré pronto a casa, no te preocupes. No sé ni porqué vine.

Pronto escuché que comenzó a dar vueltas, caminando sin dirección. Reía un poco, no entendí mucho de su conversación, a excepción de las partes en que volvía a mencionar a Jimin. No estaba seguro de que hablara de el mismo Jimin, pero las similitudes me convencían cada vez más de que era el mismo.

- Vine de tan lejos, y perdí el tiempo toda la tarde. Me la pasé dando vueltas y para cuando entré ya era muy tarde para la hora de visitas. Estuve indeciso todo el día, y ni sabía la habitación en la que estaba mi amigo, ¿puedes creerlo? Me sentí como un tonto.

Open Your Eyes 🍂Kookmin PausadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora