Cartas a la obsesión

El dolor de un imposible.

Eres la única persona a la qué tal vez he amado de verdad, lo supongo porque eres la única persona a la que jamás he odiado ni siquiera un poco, y eso es lo que dicen del amor, no puedes odiar a alguien a quien amas.
He sentido odio por otros, incluso por mi misma. Por ti siento amor, aunque eres prohibido y jamás serás para mi, aunque has causado gran dolor en mi oscuro corazón, simplemente no puedo odiarte.
No es que te idealice, porque no eres el más guapo, ni el más fuerte, o tal vez el más inteligente, tampoco eres el más amable, ni eres de una buena posición o vives en el mejor lugar. Eres callado y de vez en cuando dedicas medias sonrisas cuando algo te hace gracia, no demuestras tus sentimientos, eres indiferente. En realidad te conozco desde hace años, pero no se nada de ti, sin embargo lo poco que se me ha hecho apreciarte, ver que eres diferente a los demás y eso me agrada.
Probablemente tengamos poco en común, no lo sé, no te he visto en varios años. Aún así se que diferiremos más que coincidir, pero aún así me encantaría charlar contigo, saber que te gusta, tu canción favorita, tu miedo más profundo, tu momento más feliz, quisiera hacerte tantas preguntas e incluso compartirte parte de mi alma.
Solo después de amarte durante años me doy cuenta de porque nunca ha funcionado con nadie, porque nunca pude tener una relación o amar a alguien, siempre fue porque estabas ahí, como el fantasma que siempre has sido, recordándome que ninguno de los otros serías tu.
Por eso les encontraba mil defectos y mil pretextos, incluso a chicos más guapos o inteligentes e incluso carismáticos que tu.
No eres el mejor, de eso estoy consciente, no eres perfecto y eso está bien, pero siento que eres el único que encajaría conmigo, o tal vez quiero que seas el único.
No puedo saberlo, no he amado a alguien más, en todos estos años nunca nadie logró hacer sentir lo que tú con una sola mirada, una media sonrisa y un simple abrazo de unos segundos.
Me he enamorado no te mentiré, he intentado sostener una ilusión que en algún momento se terminará, me he aferrado a muchos de ellos, pero todos ellos siempre me recordaron a ti e inconscientemente buscaba alguien que se pareciera a ti, que luciera como tu, que actuara como tú o cualquier cosa.
Me enamoré de uno que otro chico, pero ninguno de ellos me ha importado, ni a ninguno de ellos podré amar nunca, y mucho menos cambiar, porque amo mi forma de ser, destructiva, egocéntrica, manipuladora, pero se que incluso por ti, dejaría todas mis malas actitudes porque no mereces tener a alguien así a tu lado.
Se que aunque esté con alguien más, que haya formado una familia y tenga una vida, lo dejaría todo por estar una sola vez más contigo. Haría cualquier cosa porque regresarás a mi. Y no sabes como he intentado de que eso suceda. Indirectamente, porque soy demasiado cobarde para buscarte y sentir tu rechazo el cual será evidente considerando lo que representó en tu vida, si es que algún día fui algo para ti.
Pero me conformaría con tenerte, cerca a la distancia, verte sin tenerte. Simplemente me conformaría con saber que estás cerca de mi, poder verte, oler tu perfume, abrazarte, aun sabiendo que nunca podré estar contigo.
Me gustaría contarte mi historia y lo que he sufrido, porque Dios, la vida y sobre todo el destino, han sido crueles desde que llegué al mundo, pero ni toda la crueldad se compara a amarte sin jamás poder decírtelo, demostrártelo o ser correspondida por ti, porque esa fue la peor de las jugadas, hacerme enamorarme de alguien que por leyes de Dios y hombres está prohibido.
Y tengo que resignarme a que sólo yo sabré lo que siento por ti y viviré con este dolor por siempre, me resignaré a que vivas solo en mi memoria que con el tiempo se deteriorará hasta que quede en el olvido que alguna vez estuviste ahí junto a mi.

-Escrito para D.