Confundido

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Albert a penas y pudo disimular el gran nerviosismo que aquella pregunta le provocaba, no podía creer que ella se encontrara ahí parada frente a el esperando una respuesta, no podía decirle aun lo que estaba pasando, necesitaba que ella se relajara, qué pasara unos días hermosos, y si le decía la verdad temía que se deprimiera

George Johnson le lanzo una significativa mirada,animandolo a decir la verdad, más disimuladamente tomo el periódico que su amigo arrojo sobre el escritorio, no podía desobedecerlo nuevamente a pesar de que moría por hacerlo, ocultarle aquella noticia a Candy no era algo en lo que estaba de acuerdo, sabía que nada bueno saldría de callar aquello

Albert en el fondo de su corazón esperaba que no hubiera escuchado nada mas de aquella conversación, perdió la compostura por solo unos instantes pero se recupero, se acerco a ella, la tomo de los hombros y con una radiante sonrisa mintió, por primera vez en su vida, le mintió, a quien supuestamente era su mejor amiga

-¡Pequeña!¿Qué haces aquí? George y yo hablábamos de una gran sorpresa que te preparamos-dijo esto último mirando fríamente a George que solo meneo la cabeza con desaprobación

-¿Una sorpresa?-repitió entusiasmada-¿Me dirás que es?

-Lo siento Candy espera hasta mañana…no deberías estar escuchando conversaciones ajenas-la reprendió, pero en el fondo estaba aliviado de que no escucho toda su charla

-Fue sin querer, es que la verdad tengo muchísima hambre ¿Podriamos cenar ya?-preguntó

-Por supuesto linda, como desees ¿Verdad George?-le lanzo una mirada que el hombre no supo cómo interpretar

-Se hará como tú digas William-respondió un poco enfadado

-Está bien te esperare en el comedor, no tarden…Sigan planeando mi sorpresa-le guiño un ojo y salió

-No puedo creer que lo hicieras-le recrimino-¡Vaya amigo!

-¿Qué esperaba George?No quiero verla triste-se justificó

-Se pondrá furiosa cuando sepa que le has mentido y no te escudes en absurdas excusas, no lo haces por ella, lo haces por ti mismo, porque aún no defines que es lo que vas a hacer…No te engañes William toda la vida has sido solo un egoísta…

-¿Qué es lo que te pasa George?Jamás me habías hablado así

-Pasa que no me agrada que ocultes algo tan importante solo por tu confusión, debes decírselo antes de volver a Chicago, si no inevitablemente lo sabra y temo que no saldrás bien librado de esa situación-sentenció

-Lo sé…Vamos George, confía en mí, se lo diré pero hoy no-dijo decidido

George solo resoplo indignado, apreciaba a Candy como si fuera una hija, la conoció desde niña y poco a poco se gano su corazón, pensó que ya tenía bastante con todo lo que sufrió en su vida, ¿Cuántas veces ellos habían sido participes de sus desdichas?Quizá hasta causantes, sobre todo cuando Albert recupero la memoria y ella lo buscaba incansablemente, fue testigo mudo de sus lagrimas de frustración al no tener noticias de su amigo, eso sin contar las veces que le oculto la verdadera identidad del tío abuelo, en aquella ocasión no fue fácil mentirle, en esta tampoco, aquello que William estaba haciendo era una ingratitud.

La cena transcurrió en total armonía entre los rubios, la complicidad que ambos tenían era sorprendente, al parecer las aguas estaban volviendo a su cauce normal, pero aun estaba aquella noticia que era como una sombra entre ellos al menos para Albert, que actuaba como si no estuviera enterado de nada, más dentro de sí se debatía entre decirle lo ocurrido o seguírselo ocultando
                                O o O

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