Te necesito a ti...

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Ella no podía creer lo que estaba escuchando¡ Kate lo había dejado!En verdad quería sentirse mal por escuchar eso, sobre todo porque él estaba completamente borracho y eso significaba que tenía un gran dolor, pero quizá era egoísta porque aunque no lo quisiera admitir aquello le daba cierta alegría, en cuanto salió de su trance se acerco a él para ayudarlo a ponerse de pie,lo tomo de la mano para ayudarle a ponerse en pie.

Justo en ese momento vio que tenía una herida en la frente así que tomo el pañuelo de él para limpiar la sangre que brotaba, lo abrazo por la cintura y lo sentó en el recibidor se puso en cuclillas frente a él y empezó a limpiar con las manos temblorosas, tenerlo tan cerca le afectaba, él le sonrió dándole las gracias pero ¡Maldita sea! Su triste sonrisa le estrujaba el corazón.

-¿Estás bien?-dijo viéndolo a los ojos

-¡Nunca había estado tan bien como hoy!

-Pues no lo parece-dijo arqueando la ceja-¿Qué es lo que ha pasado?

-Nada ¡Ella decidió terminar!-dijo encogiéndose de hombros

-Pero ¿Por qué motivo?

-En realidad no quiero hablarlo…Al menos no contigo-dijo poniéndose de pie

-Siéntate por favor estas muy borracho, iré a la cocina a prepararte un café-se puso de pie y camino hacia la cocina

-No es necesario Candy solo bebí unas copas-la siguió

-Pues creo que no solo algunas, más bien creo que te excediste.

-¡No exageres Pequeña!Candy tu eres mi Pequeña….dijo en tono suave

-¿Bien y porque han peleado?-pregunto mientras buscaba lo necesario mientras él seguía de pie en la puerta de la cocina

-Ella no lo entiende…Nunca lo hará…pero tu si ¿Verdad Candy?...Siempre lo haces…Me entiendes sin necesidad de que yo diga nada…

-Albert en este momento¡No se dé que rayos hablas!-exclamo molesta

Él no dijo nada pero no dejaba de observarla cada movimiento de ella le fascinaba, además se veía linda con ese camisón no quería seguir viéndola de aquella manera pero tampoco quería evitarlo, de pronto sintió una fuerte necesidad de abrazarla así que se puso de pie y camino hacia la estufa se puso detrás de ella justo en el momento en que se giro y se encontró con el cuerpo de el muy cerca, tenía una mirada extraña por lo que inmediatamente se le subieron los colores al rostro

-Candy…-la llamo dulcemente-¿Verdad que tu si me quieres?

-Yo…sabes que si Albert…-respondió nerviosa por su cercanía, para entonces él ya acariciaba su mejilla

-¿Por qué mirabas así a James esta tarde?¿ Te gusta Candy?

-¡No sé de qué me hablas Albert!Estas muy borracho-dijo apartándose para preparar el café

-Respóndeme Candy¿Te gusta ese francés?-dijo sujetándola fuertemente de las muñecas y la acerco a su cuerpo sus ojos estaban fijos en ella, aquella mirada hizo que ella se estremeciera

-Suéltame por favor, mañana conversamos…Toma tu café…Date una ducha…

-¿de verdad la necesito?-dijo sonriendo sin soltarla

-¡Por Dios Albert!Pareces un niño, has como te digo y si la necesitas para que se te baje esa borrachera

-¿Me ayudarías a ducharme?-dijo seductoramente es su oído-Por favor…

-Pero¿Acaso te has vuelto loco?-su corazón latía aceleradamente

-Si Candy…Hoy descubrí que soy un loco, quizá deberías marcharte de aquí-dijo acercando su boca a la de ella-¡Soy muy peligroso!

Déjate AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora