La Cita

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Unos minutos después llegó ella, es increíble, estaba igual de vestida y maquillada que hace unos instantes pero era como si cada vez que la veo, la noto más linda. Después de saludarnos salimos a caminar por las instalaciones.

- Entonces, Mateo, cuéntame más de ti, ¿cómo conociste a Angelo?.

- Lo conozco desde hace muchísimo tiempo, el era un compañero de universidad de una amiga, nos conocemos hace más o menos unos nueve o diez años.

- Uff, hace muchísimo, y entonces eso significa que son muy buenos amigos.

- ¿Pues que más puedo pedir?, ahora mismo estoy aquí gracias a él.

Llegamos al restaurante del lugar, pedimos nuestros alimentos y esperamos, me quede en blanco, no sabia de que hablar, ¡¿Por que me tienes que poner tan incomodo maldita sea?!

- ¿Y usted majestad?, ¿Que me cuenta de su vida?, ha de ser muy interesante.

- Jajaja, pues no tanto fíjese mi leal súbdito, solo soy una chica normal, muy creyente y que se gana la vida de lo que más le gusta.

- ¿Y cual es esa actividad de su agrado?, seguía yo metido en el rol del honorífico caballero de una reina.

- Escribir, me dedico a eso y es lo que siempre quise hacer.

- ¡Que interesante!, ¿y que cosas escribes?.

- Usualmente novelas, de la mano de una pequeña editorial, ella las produce y las vende, no gano lo que ganaría un Gabriel García Márquez o Paulo Coelho, pero me alcanza para vivir, cuando haces lo que amas hacer el dinero pasa a segundo plano

Me hice el loco al ver que venía nuestro pedido, es decir, ¿Como que no gana mucho?, su sueldo debe ser una millonada, solo con venir a este hotel solo a acompañar una amiga es mucho decir, no quería parecer de mal gusto así que preferí quedarme callado y retomar el tema, cuando intenté proceder, ella lo hizo primero.

- Pero quiero saber de ti, dijo ella.

- Al igual que tú, solo soy una persona normal, aunque no tuve tanta suerte con la vida.

- ¿A qué te refieres?.

- Solo que mi vida no me ha sonreído tanto, pero ahora quiero empezar de cero, por esto estoy trabajando aquí, un nuevo Mateo renacerá.

- Bueno... no se cual es tu problema pero con tu positivismo, y de la mano de Dios podrás llegar muy lejos.

Empezamos a comer, y ahí fue cuando la conversación se puso totalmente en contra mía.

- ¿Y eres de por aquí?, preguntó ella. 

- Pues siempre he vivido en esta ciudad, a pesar de que incluso nací aquí, esta parte no la conocía, no salgo mucho de mi casa y menos estos últimos días.

- ¿Que ha pasado estos últimos días?.

- Nada... cosas personales más que todo, solo no quería mencionarle y qué una vez más Julieta arruinara todo, ¿Y tú eres de por acá?.

- No de hecho, soy del otro lado del país, vine a hacer mi vida aquí.

- ¿A qué se debe esa decisión?.

- Pues, aquí hay mas oportunidad y vine a otra cosa un poco más personal.

- ¿Cosas de trabajo?.

- No..., dijo ella bajando la cabeza, como si estuviese triste.

- ¿Estás bien Nicki?.

- Si es que..., ¿Sabes?, olvídalo, estoy bien.

- No, dime por favor, ¿Que pasó?.

- Hace doce años, mi familia se dividió, éramos cinco hermanas y una de ellas se fue cuando solo tenia once añitos, verás, mi padre nunca fue el mejor, a parte de sus maltratos siempre nos forzó a ser amas de casa, a que el hombre trabajara, mi pequeña hermanita al ver esto y preocupada por su futuro salió, a sumergirse en una nueva vida, en esta ciudad la recibió la familia de su mejor amiga y vine en busca de ella, pero, llevo unos cuantos meses en una búsqueda sin frutos, y aún no pierdo la esperanza de volver a abrazar a mi pequeña Julieta.

Mi sangre se heló, al escuchar este nombre mis cinco sentidos se activaron, no podía ser así, no podía estar pasando, ¿Por eso el parecido físico?, ¿Por eso Nicole me atrae tanto?.

- Que historia tan, tan, des, garradora, no podía ni hablar de los sentimientos encontrados. ¿Pero Nicole, puedo hacerte una pregunta?.

- Si claro, dime.

- ¿Que fue lo ultimo que supiste de tu hermanita?.

- Pues, ella me contó que le diagnosticaron una enfermedad muy rara, eso me alarmo y fue el causante de que viniera tan pronto a la ciudad a buscarla.

No cabía duda, Julieta tenía una hermana, y estaba charlando con ella, tratando de cortejarla, ¡¡¿Será que nunca me dejarás en paz?!!

Desgarro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora