Desgarro

Las Mariposas Volvieron

Fue una desvelada mágica, cómo un sueño hecho realidad, quería que me abrazaras y que nunca me soltaras, vivir entre tus brazos si era posible pero jamás apartarme de ti. Fui a contarle todo a Angelo, iba como el niño que iría a un parque de diversiones, muy animado y desesperado por contarle mi preciosa experiencia.

Llegue a su casa y conversamos un largo rato, me ofreció desayuno pero le dije que no tenía hambre debido a que no había dormido absolutamente nada, el se sorprendió y me pregunto por que no había conciliado el sueño así que procedí a contarle todo lo sucedido.

- Y bueno amigo, eso pasó, la mejor noche de mi vida con la mujer que amo, ¿Que te parece lo que acontece compadre?

- Te felicito querido amigo, pero cuídate mucho, quizás son la pareja perfecta pero no aguantaré tus delirios amorosos otra vez.

- Le encomendé esta relación a Dios, créeme no saldrá mal.

Estuve hablando con el hasta el mediodía, comí un poco y me fui a dormir, estaba realmente agotado pero se que todo valió la pena. Llegue a mi habitación y caí en un sueño profundo, aún en mis sueños se apareció ella, no podía olvidar aquella noche y la perfección, la calidez del suelo, su vocecilla y una larga platica de múltiples cosas, hasta que en mi propio sueño recordé que no veía a mi madre desde que empecé a trabajar en el Hotel, tenía que ir a visitarla y contarle todo.

Tome un taxi y fui a la casa de mi madre, mi viejecita estaba en el frente regando las plantas como de costumbre.

- Disculpe señora, ¿Por que es usted tan hermosa?, grité.

- Hola hijito, ¿Cómo está mi niño?

- Mejor madrecita, le dije mientras empujaba la puerta para entrar a la casa.

Como siempre tan servicial mi mamá me sirvió un sándwich muy prominente con un vaso de jugo, el gusto de esa rica comida sabía a infancia.

- ¿Y qué te trae por estos lados?, dijo mi vieja.

- Vengo a contarle algo mamá.

Le conté todo, desde que entré en el Hotel hasta "La madrugada de miel" (qué así opté por denominarla) mientras comía silenciosamente, cuando termine ella recogió mi plato, y lo apartó de la mesa.

- Ven conmigo hijo, me dijo y me llevo a un rincón de la casa que no recordaba mucho. Hace unas semanas tuve un sueño, te soñé acostado durmiendo en la banca de un parque, tenías frío y hambre, se te notaba muy triste, hasta que una luz brillante encandiló todo a su paso, y de una nube bajaba una chica con las mismas características que tú me estás dando, venía vestida de ángel, cuando te tocó, limpió todas tus imperfecciones y te dejo como un hombre nuevo, hijo, Nicole es un regalo de Dios, y cuando ya hayan pasado unos añitos más, quiero que le des esto y le propongas matrimonio.

Mi mamá saco de un cajón viejo un anillo, a pesar de que se veía algo anticuado aun tenía su encanto y reflejaba un imponente destello.

- ¿Que es esto mamá?

- Es un anillo tonto, bromeó.

- Si lo sé viejita pero, ¿A quien pertenecía?

- Ese es el anillo con el que mi padre le pidió su mano a mi mamá, es decir, este es el anillo de compromiso de tus abuelos, y quiero que cuando tengas un hijo se lo des a él, y que quede de generación en generación.

No pude evitar lagrimear de felicidad, la abrazé súper fuerte, ella era mi razón de vivir y creo que nunca tuve la oportunidad de hacérselo saber. La llevé al Hotel para que viera cómo era mi lugar de trabajo, le mostré todo y cómo por arte de magia, ella estaba paseando por ahí.

- Mamá, ¿Ves esa chica?, ella es, la que me quita el sueño, ella es Nicki, ¿Te gustaría saludarla?.

- Por supuesto hijo mío.

Nos acercamos a donde ella estaba.

- Hola Nicki, ¿Como va todo?, le dije dándole un beso en la mejilla.

- Pues todo bien, saliendo un poco a caminar para pensar y distraerme.

- Te presento a mi mamá, mamá, te presento a Nicole.

- Un placer señora, tiene usted un hijo encantador, dijo ella.

- El placer es mío hija, eres realmente hermosa.

- Muchas gracias, es usted un amor.

Seguido a eso ellas hablaron por un larguísimo rato, incluso fui a comprarles aperitivos (cosa que mi mamá pidió, siempre con sus ocurrencias) y ahí el ambiente de torno a la perfección, las dos mujeres de mi vida hablando como si se conocieran desde siempre. Pasada ya más o menos una hora de charla tuve que llevar a mi mamá devuelta a su casita, Nicki se ofreció a acompañarnos, ellas seguían en lo suyo en el taxi mientras yo estaba pendiente de que mi madre no metiera la pata.

Afortunadamente no pasó y todo salió como lo esperaba, ellas se despidieron y Nicole y yo nos fuimos caminando al Hotel, ya que nos fue muy difícil tomar un taxi y ambos compartíamos un inusual gusto por caminar.

Cuando llegamos, la acompañe a su habitación.

- Tu mamá es un encanto, es como tú pero versión femenina.

- Si, bueno.. de tal palo tal astilla.

- Mateo... he pasado unos días memorables contigo, siento que tenemos una conexión inigualable.

- Princesa, su súbdito ha disfrutado todos y cada uno de los momentos que ha vivido a su dulce compañía.

Ella en un acto de cariño, y sin pensarlo dos veces me besó, que peculiar, ¿Acaso era un sabor a fresas?, o ¿Café?, no, era más de dulce, ¿Galletas?, no lo sé, fue una sensación como si probaras lo que más te gusta en el mundo, junto con una subida de pulso que sientes que el corazón te va estallar, fue como escuchar mi canción favorita al son de sus labios color fuego, todo combinado, fue tan especial para mi.

- Buenas noches, dijo ella con un tono pretencioso, y metiéndose rápidamente en su habitación.

Yo, aún en shock, fui a mi pieza, y me quede un rato largo viendo el techo y asimilando todo lo qué pasó, que gracioso, las mariposas volvieron.