Detonante

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Pareció que me desmaye, entre en un sueño tan profundo que no me di cuenta cuando me había dormido, y las ocho horas de descanso se fueron como en diez minutos. Mire mi reloj y eran las 8:00am, pase la noche en la banca de ese desolado parque, mi espalda me dolía por la incomodidad y ya no tenía ni que reflexionar, acabaría con este sufrimiento.

Sin ningún plan que llevar a cabo fui a la casa de Angelo, si iba a irme de este mundo al menos alguien tenía que saberlo, a nadie le interesaría que yo me vaya pero siento que no es lo que Julieta hubiese querido.

Toque la puerta y me recibió con una extraña amabilidad, no entiendo, después de lo que le hice el me recibe como a un hermano, el iba de salida al centro comercial a comprar algunas cosas y me invitó a ir con el, deje mis 4 cosas en la casa de Angelo y fuimos en su auto. Me rehusé a decir algo hasta que llegáramos ahí, le había comentado que no desayuné y me dijo que me llevaría a desayunar antes de ir a comprar. En el auto y al ver por la ventana no pude evitar acordarme de ti, te gustaba "contar autos" por la calle, para mi en ese tiempo era la mayor estupidez y pérdida de tiempo que podía existir pero ahora no puedo concentrarme sin tu voz chillona contando los autos a mi lado.

Llegamos al mall, había cambiado mucho desde la última vez que fui, habían nuevas tiendas y se vía todo mucho más ordenado, subimos al área de comida y fuimos al restaurante favorito de Angelo (que era de mi agrado también), nos sentamos y pedimos la comida

- Y... ¿como has estado últimamente?, me pregunto.

- ¿Que como he estado?..., sonreí irónicamente, Mírame amigo, no tengo donde caerme muerto, solo estoy esperando dormir y cuando despierte tener a una chica de vestido azul, cabello corto, ojos cafés y tez pálida a mi lado (haciendo referencia a Julieta).

- ¿No tienes donde caerte muerto, a que te refieres con eso?.

- A, cierto no te he contado, procedí a contarle lo que me había pasado y pude notar como sus ojos empezaban a lagrimear.

- Pero Mateo, no puedes decidir sobre tu destino así como así, no eres Dios para saber si vas a vivir o no.

- Ojalá estuvieras en mis zapatos ahora mismo y supieras todo lo que he tenido que llevar por no tener el coraje para cortarme las venas cuando tuve la oportunidad.

- Yo no soy el responsable de que cayeras tan drásticamente en la barbarie, pero prometo que voy a ayudarte a salir de ella.

- ¿Y cómo se supones que vas a salvar a alguien hundido?

- Poniéndole un salvavidas, bromeó el.

Se echo a reír, más a mi no me dio ni una gracia, estaba decidido a forjar mi miserable destino, más queria que Angelo tártara de ayudarme, y al ver cómo fracasaba burlarme un poco de el, así como el se acaba de burlar de mi. Después de esa charla llegaron nuestros alimentos, pedí una hamburguesa (mi comida favorita desde que era un niño) y al darle la primera mordida no pude evitarlo y eché a llorar, después de no comer por dos días y mucho tiempo sin saborear mi comida favorita fue como probar el cielo por un momento, que tonto soy, vamos ¿quien llora al comer comida rápida?.

El pago todo y nos regresamos a su departamento, dormí un rato allá, para recuperar el sueño que no tuve en la noche, cuando desperté (mas o menos
como las seis y media de la tarde) Angelo me estaba esperando, muy bien vestido.

- Alístate que nos vamos
- ¿A donde?
- Tú solo anda y date un buen baño, yo te presto la pinta, voy al supermercado a comprar lo de la semana mientras tú te preparas, nos vemos en la recepción en 30 minutos
- Esta bien jefe, bromee.

No tenía ganas de ir a ninguna parte pero prefería ir con el y dejarlo contento a qué se enojara y me echara, no extraño para nada esa banca y al menos por una noche quería dormir bien. Termine de alistarme y espere a mi amigo en la recepción, ambos nos fuimos en su auto. Llegamos a la casa de uno de sus amigos, no entendía muy bien lo que estaba pasando pero todos estaban muy elegantes, este es el principio del final pues, en esa simpática reunión encontré el detonante, lo que cambiaría mi vida, ahí pude encontrar la salvación...

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