Color

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Nos bajamos del auto, esa parte de la ciudad no la conocía, al fin y al cabo no salía mucho de mi zona, era todo muy lindo y verde, mucha vegetación y se sentía un aire más puro, nos paramos en frente de un edificio gigante, era increíble ver cómo los avances de la tecnología y la arquitectura se mezclaban tan glamorosamente con la naturaleza. Parecía un hotel por la zona y por la inmensidad del edificio, efectivamente, era un hotel. Entramos y había una recepción envidiable, todo era de oro, cómo entrar a un palacio con muchos empleados; según había entendido el gerente del hotel era un amigo íntimo de Angelo, que me diera un empleo no sería algo difícil:

- Hola, ¿Mateo verdad?, me llamo Juan Carlos, soy el gerente del hotel, me dijo el sujeto

- Hola un placer señor, le respondí

- Angelo y yo llegamos a un trato, te daré una de mis habitaciones si tú trabajas para mi, verás, esta sede es nueva, necesitamos empleados así puedo ayudarte, consigo un trabajador y también le devuelvo el favor a Angelo, ¡Todos felices!

- Me parece bien, le dije, ¿cuando empezaría?

- Para mañana es tarde hijo, vamos a ver tú habitación, me dijo Don Juan con muchísima amabilidad

Mientras mas caminábamos por el hotel más me iba enamorando, me hizo un recorrido completo, tenía todo lo que un hombre podía soñar. Llegamos al cuarto, era súper lujoso, ya saben típico cuarto de hotel cinco estrellas, no era tan grande pero si perfecto para una sola persona, igual no estaba en mi derecho de quejarme o reclamar, me estaban dando todo en bandeja de plata

- Ok Teo, te dejo con Don Juan para que te explique cómo es todo el procedimiento, pasaré en una hora a buscarte porque tengo que ir a trabajar, dijo mi amigo y se fue.

Don Juan y yo nos fuimos a la sala de adjuntas a charlar más sobre el tema

- Entonces, vas a trabajar como recepcionista, la empresa te proveerá tu uniforme y vivienda, los gastos que hagas dentro del trabajo correrán por tu cuenta, quiero que empieces mañana mismo y que traigas tus cosas más tardar hoy en la noche.

- ¡¿Que puedo decirle?!, muchísimas gracias, no sabe cuanto necesitaba este empleo para empezar de cero denuevo.

- No, dale gracias a Angelo, el me insistió como un loco para que te diera una oportunidad, te vez un buen muchacho, no hagas que el esfuerzo de tu amigo sea en vano y no me desilusiones.

- No se preocupe señor, no voy a defraudarlo, le dije apenas conteniendo la felicidad

Después de una entrevista rutinaria, ya saben esas donde te hacen las típicas preguntas y donde te piden tus papeles y credenciales, Don Juan estrecho mi mano y dijo que me esperaría más tarde, no espere a Angelo, solo salí a caminar y a meditar sobre todo lo que me estaba pasando.

Hace unos días todo estaba mal, mi mundo estaba de cabeza, ¿como es que todo está relativamente bien de un momento a otro?, me siento mal, me siento mal porque todo este bien, ¿y qué pasa si todo esto es un rato de gloria y después el mundo se me viene encima de nuevo?, hace días que no pienso en Julieta y eso está mal, ¿ella ahora mismo estaría orgullosa?, ¿o defraudada porque la he olvidado?. Son demasiadas dudas,
pero hay algo claro, Dios escucho todas y cada una de mis plegarias, no es casualidad que la sombra que llevaba por vida se haya pintado de color en un instante.

Desgarro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora