El pasillo del hospital se veía bastante apagado y hasta cierto punto lúgubre, Peter miró al fondo donde se veían puertas y algún médico o enfermera pasando ocasionalmente, del otro lado estaba el mostrador de la recepción, una mujer estaba allí anotando algunas cosas mientras escuchaba la radio, no le causaba nada de confianza esa mujer, especialmente por la forma en la que lo miraba ocasionalmente, sentía cierto desagrado en su mirada.
La puerta frente a él se abrió, un hombre adulto, su abuelo, salió, la tristeza era clara en su mirada y eso no hacía más que desalentar al joven Peter. Suspiró largo, con un ademán del hombre se puso de pie, acomodó su mochila y se acercó con él.
— Tranquilo Peter, todo estará bien —
Trató de decir algo alentador, pero vamos, siendo sinceros lo menos que había allí era esperanza, Peter no sabía lo que pasaría realmente, pero lo presentía y no le gustaba para nada esa sensación desagradable.
Suspiró pesado, miró al abuelo y luego la puerta abierta del cuarto, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo al observar a su madre, tan débil, tan cansada, tan enferma. Por un momento quiso salir corriendo de allí, alejarse del lugar, pero sus piernas no respondían a sus órdenes, además el abuelo estaba allí, seguramente lo detendría si intentaba algo, no había dónde huir, debía enfrentar lo inevitable.
Arrastrando un poco las piernas se acercó, el médico, su tía y su tío estaban allí también, pero ellos eran lo menos importante, ahora su madre era lo único que importaba y que ocupaba su vista, quería decir algo, pero las palabras no salían de su garganta, simplemente no había nada allí que pudiera expresar con claridad.
— tu abuelo... Cuidará de ti, Peter... —
Dijo aquella mujer en un tono bajo y algo débil, se notaba cuanto le cansaba sólo hacer eso.
— se bueno... Con él cariño... —
Las lágrimas se agolpaban en los ojos de Peter comenzando a rodar por sus mejillas, quería gritarle que parara, no quería seguir escuchando sus dolorosas palabras de despedida pues sabía que no podría con eso, no quería vivir con esas palabras dentro de si, sería el recuerdo más doloroso de su vida, estaba perdiendo a la única persona que quería en todo el mundo, no podía con eso.
— Mi pequeño... StarLord... —
La mujer suspiró largo, miró a su hermana y le pidió una caja pequeña que llevaba.
— Esto... Es para ti... Peter... —
El niño sólo negó con la cabeza mientras su abuelo tomaba la caja.
— lo guardaré por ti, hijo —
Mencionó el hombre mientras metía la caja a la mochila del niño para que no la olvidara.
— Peter... Dame tú mano... —
Pidió la mujer tratando de estirar el brazo hacia el menos quien de pronto comenzó a llorar más de forma algo incontrolable, se pegó a su abuelo tratando de alejar, no quería tener ese contacto, era como si supiera todo acabaría en cuanto le diera la mano, todo su mundo se vendría abajo.
— tu mano... Peter... —
Pidió de nuevo la mujer mirando al niño con dejo de tristeza.
— Peter, obedece —
Indicó el hombre mientras el niño seguía renegando a darle la mano a su madre, simplemente no quería hacerlo, no era capaz de hacerlo, no podía y mientras se seguía debatiendo con esos pensamientos negativos y sintiéndose cada vez peor un sonido desolador llenó la habitación.
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My little StarLord
Fanfiction1975, Peter Quill sólo tenía 8 años cuando tuvo que enfrentarse a la muerte de su madre, en medio de la desesperación y el deseo de recuperarla hace muestra de habilidades sobrehumanas, tal vez mutantes. Ante ésta situación se solicita la ayuda de l...