Capítulo 4

864 88 120
                                    

Capítulo dedicado a: @Larriet_Stylinson12 @Jen_Stylinson espero que disfruten el capitulo:) ღ

╰⊱⊱╮

Tras la visita a la universidad de Niall, decidió desistir respecto a su plan.

El definitivamente no podía estar con un hombre. Es que de solo pensarlo le daban escalofríos.

Todo era culpa de los maricones de sus vecinos. Años llevaba aguantando sus espectáculos de cada fin de semana, y ni hablar de la celebración de sus aniversarios.

Acaso no piensan que hay un Dios que todo lo ve, se preguntaba el ojiazul.

Niall le había preguntado el porqué de su cambio de pensar, Louis le explico con simpleza que lo había pensado mejor y que no podía cometer un pecado tan grande. El rubio se río en su cara y le dijo que si volvía a tener un ''breakdown gay'' él estaría ahí.

El castaño no era muy fan de visitar a sus padres, sin embargo, este fin de semana sabía que tocaba visita. Por lo menos no escucharía a George gritar cuan fuerte le estaba dando David.

Margaret y Damián se mostraban como el matrimonio perfecto, con un hijo perfecto y correcto. Todo realmente era una mentira. La pareja estaba separada de palabra hace ya cinco años, el divorcio no estaba dentro de su vocabulario eso era inmoral, impuro, los transformaba en adúlteros.

Damián engaño a Margaret por primera vez hace ya diez años. La pobre mujer vino a abrir los ojos cinco años después un día que llego a casa y encontró a su marido acostado en su cama junto a su secretaria. Desde ese día que viven en la misma casa, pero no duermen juntos y prácticamente no hablan más allá de un saludo por la mañana y unas buenas noches por la tarde. A pesar de esto cada domingo asisten juntos a la iglesia tomados de manos haciéndose lucir como una seudo pareja perfecta.

Tras su separación Margaret comenzó a trabajar, actualmente la mujer se desempeñaba en una empresa que se dedicaba al diseño de interiores. Damián trabajaba como agente de la bolsa, en una pequeña oficina en su natal Doncaster.

La semana paso y cualquier tipo de recuerdo acerca de la tonta idea que había tenido hace ya unos días había quedado obsoleta.

Domingo siete de la mañana. Louis acostumbraba a levantarse a las diez de la mañana y eso era solamente los días que amanecía con ánimo (casi nunca realmente), comúnmente se levantaba cerca de las una de la tarde.

Un gran esfuerzo tiene una gran recompensa. Se repetía una y otra vez mientras se duchaba, hoy sus padres le darían su tan querida manutención.

Era un jodido viaje de tres horas y media en bus.

Sus padres asistían sagradamente a misa cada domingo. De nueve a diez de la mañana se realizaba la misa dominical en una pequeña iglesia que no quedaba a más de veinte minutos en auto desde la casa de sus padres.

Según sus cálculos Louis debería estar llegando a Doncaster cerca de las once de la mañana, salvándose de manera efectiva de asistir a la tan dichosa misa.

Tras un largo y tedioso viaje llego a su lugar. Estaba de regreso en casa.

Eran las diez y media de la mañana, seguramente sus padres iban de regreso a casa. Se vio en la obligación de tomar un segundo bus. A las once de la mañana estaba parado en la puerta de su casa, dos toquecitos a la madera y se hicieron sentir pasos cerca, Margaret fue quien le abrió la puerta.

- William. - Exclamo, poniendo su mano en la espalda de su retoño haciéndolo entrar. - Te perdiste la misa. - Dijo entristecida. Louis le miro con un falso puchero. - Pero lo importante es que ya estas acá, ¿Qué tal el viaje? - Ambos caminaron hacia la isla que había en la cocina. Louis tomo asiento en una de las sillas y Margaret fue directo al refrigerador.

No homoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora