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Alice ya se encontraba caminando por las calles nuevamente, se dirigía a casa de Jotaro. Quería caminar con él hasta la escuela.

Si se preguntan que paso la noche anterior, es simple:

Cambiaron de tema y hablaron de lo que se les viniera a la mente, ya que el ambiente estaba muy tenso. Alice termino cenando en casa de los Kujo y se retiro alrededor de las 11 p.m. con su chófer.

Volviendo a el presente.

Alice llegó a la entrada de la casa Kujo y espero en silencio, oyendo como Holly se despedía de Jotaro con un beso y ese la apartaba, diciendo que ya no era un niño.

"Debería apreciar esos gestos. Yo extraño mucho a mi madre" Pensó tristemente.

Jotaro finalmente salió y la vio, esperándolo.

—Buenos días, Jotaro —lo saludo.

—¿Que estas haciendo aquí?

—No quería caminar sola a la escuela.

—¿Por que no haces que te lleven?

—Por que es aburrido. Quiero caminar contigo —e inflo sus mejillas.

El joven Kujo suspiró y comenzó a caminar junto con la rubia, hablando tranquilamente. 

—Ne, estaba pensando en transferirme a tu escuela —confesó Alice.

—¿Por que? —preguntó, mirándola y alzando un ceja, dubitativo.

—Por que quiero pasar más tiempo contigo —y le dio una dulce sonrisa.

El silencio se hizo presente, hasta que...

—¡Jojo!

—¿Ese es Jojo?

—¡Es Jojo!

Un aire deprimente se apodero de Alice.

"Me lleva..."

—¡Jojo! ¿Por que faltaste tantos días a clase? —preguntó una de sus fans mientras se aferraba a su brazo. Alice la fulmino con la mirada.

Jotaro la observo en silencio.

—¡Oye! —otra estudiante la empujo— ¿Que haces tomando su brazo así? ¡No te le pegues tanto! ¡Aléjate de él!

—¿Como dices, fea?

—Cállate, plana.

—Fea.

—Plana.

—Fea.

—Plana.

—¡Fea!

—¡Plana!

—Fea, fea, fea...

—Plana, plana, plana...

Eso fue suficiente.

—¡Cállense! ¡Pero que molestas son! —Vocifero Jotaro, volteando hacia ellas.

Todo quedo en silencio nuevamente, hasta que las fans comenzaron a gritar de regocijo.

—¡Me estaba hablando a mi!

—¡No, se refería a mi!

La rubia suspiró, harta. Tomó del brazo a Jotaro y lo jaló hacia ella, dándole un beso en la mejilla. Permaneció así unos segundos y finalmente lo dejó ir.

—¡Oye! ¿¡Como te atreves a besar a Jojo?!

—¡Yo quería ser su primer beso!

—¡Usurpadora!

Alice volteó hacia todas ellas, con una mano en la cintura.

—Óiganme bien, pubertas estúpidas. No se que mierda tengan de cerebro, pero a diferencia de ustedes no soy una perra escandalosa y una completa estúpida. No gritó cada vez que lo veo, no lo molesto en las mañanas y tampoco me agrada solo por su físico. A diferencia de ustedes, veo a Jotaro como un faro de luz, una estrella que brilla en un cielo oscuro y nada ni nadie va a apartarme de él. 

>>Jotaro es como mi hermano y no pienso dejarlo ir. Él es mi familia, su familia es mi familia. Y si cualquiera de ustedes se atreve a interferir o trata de separarme de él. Lo va a pagar caro.

Para ese punto su mirada ojiazul se había oscurecido y su tono de voz se había vuelto hostil. Todo rastro de amabilidad en su ser se había esfumado.

Sin más que decir, se volteo y dio unos pasos antes de voltear hacia Jotaro con una nueva sonrisa.

—¿Seguimos, Jotaro? —pregunto con su habitual tono de voz.

El muchacho seguía anonado, pero como le fue posible volvió a caminar junto con la rubia, que sonreía con el ego por las nubes.

Poco le duro eso momento al ver como este caía por las escales con una herida en la pierna. Alice mentiría si dijera que no estaba preocupada, pero a penas vio el brazo de Star Platinum se relajo y se deslizo por la baranda para llegar hasta él.

—Jotaro, ¿estas bien? —pregunto con tono de preocupación.

—Si...

Alice bufó al oír los chillidos de las fans de Jotaro, que bajaban por las escaleras con rapidez.

 Mientras que las fans del pelinegro le hablaban, la rubia miro hacia las escaleras, viendo a Kakyoin descender por ellas con suma tranquilidad. Esta capto su mirada ojiazul y la miro con algo de curiosidad.

Y tal y como había sucedido con Dio, su cuerpo se sintió palpitar. Y la imagen de sus ojos azules quedó grabada en la mente del pelirrojo, que intento recomponerse de la sorpresa y se acerco a Jotaro, con un pañuelo en la mano.

—Chico. Parece que te cortaste la pierna. Deberías envolverla con este pañuelo —le tendió dicha tela—. ¿Estas bien? 

—Si. Es solo un rasguño —respondió el ojiverde, levantándose.

Sin más que decir Kakyoin se dio la vuelta y comenzó a avanzar, siendo detenido por la voz de Jotaro.

—Alto —el pelirrojo lo miró por sobre su hombro—. Gracias. Es la primera vez que te veo, ¿Vas a nuestra escuela? 

—Noriaki Kakyoin. Acaban de transferirme ayer. Mucho gusto —y se marchó sin más.

—Dijo que se llama Noriaki-kun. No esta nada mal —comenzó una de las fans.

—¿De verdad?

—De todos modos prefiero a Jojo.

—Yo también.

—¡Yo también!

Mientras las chicas no miraban, Jotaro se llevó la mano a la parte posterior de su cuello mientras que Alice se llevaba una mano al pecho, una fuerte sensación se albergaba allí.

El cuerpo de Jonathan los llamaba

***

—Hasta luego, Jojo.

Alice se desvió en dirección a su instituto. Jotaro la observo hasta que a penas pudo verla. Noto que luego del encuentro con el tal Kakyoin se había comportado extraña.

Mientras este pensaba en la rubia y el misterio en cuanto a su ser, una mariposa azul se poso en el hombro de este.

El azabache tardó en darse cuenta de ella, pero quedo desconcertado en cuanto la vio.

—¿Una mariposa azul? —murmuró mientras la observaba.

La mariposa revoloteo sus alas alegremente y sin previo aviso voló hasta el sombrero de Jotaro, donde se poso a descansar.

El Kujo suspiró.

Yare Yare Daze.

Y sin más distracciones, camino hacia el instituto.


Guardian Angel [Vento Aureo]Where stories live. Discover now