Tredici

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Ambos rubios siguieron conversando mientras tomaban sus bebidas y comían el pastel de la casa.

—Ah, no puedo esperar a recuperar el tiempo perdido—dijo Alice con emoción. Giorno sonrió al verla.

—Giorno.

Ambos rubios voltearon hacia la voz, que pertenecía a Bruno Bucciarati. Se acerco a la mesa con la vista fija en Giorno, pero se desvió momentáneamente a la ojiazul.

—Debes pasar la prueba para poder entrar en la organización, vamos.

Giorno suspiró y se levanto, pero alguien se colgó al brazo de Giorno. Era Alice, que lo sujetaba con suavidad pero lo suficientemente fuerte para que no se marchara. Ambos hombres estaban desconcertados, ¿como se había levantado tan rápido sin hacer tanto ruido? ¿como no habían notado cuando esta se movió?

—Acabo de volver ¿y ya te iras?—preguntó la ojiazul con tristeza, mirando a su sobrino.

—Realmente quiero quedarme pero tengo algunos asuntos pendientes—respondió el rubio con la misma tristeza.

Alice hizo un berrinche infantil y soltó a Giorno, dándose la vuelta y colocando sus manos en su vientre, su habito de dama antigua. 

"Mi propio sobrino me deja por Bucciarati, esto es indignante."

Pero se sorprendió cuando Giorno la abrazo suavemente desde atrás.

—Juro que te lo recompensaré, tía—dijo el adolescente con una sonrisa.

La ojiazul suspiró con una diminuta sonrisa en sus labios.

—Bien, supongo que te veré en casa.

Luego miró a Bucciarati, se coloco frente a él con una expresión agradable. Bruno quedó maravillado con su belleza y su aura, que transmitía paz a cualquiera que estuviera con ella.

Ciao—saludó con una sonrisa.

Ciao, signorina—respondió Bruno con una sonrisa—. Soy Bruno Bucciarati, es un placer.

—Yo soy Alice Fujimoto. Pero la gente me apellida Joestar. Es un placer conocerte, Bruno.

Al pelinegro le gusto como ella le dirigía hacia él, le gusto el sonido de su voz. Si se conocieran por más tiempo podría decir que estaba totalmente cautivado por la ojiazul.

Giorno miró a Bruno con mala cara. Su rostro podría no expresar por completo lo que el muchacho sentía, pero Giorno sabía que cualquier hombre caería ante el encanto de su tía. Una vez se pregunto si el encanto y el carisma era algo que venía de familia.

Bruno captó la mirada del rubio y dijo:

—Espero que no sea un inconveniente tener que llevarme a su sobrino—declaró el ojiazul.

—No, es solo que hace mucho que Giorno y yo nos nos vemos y quería pasar tiempo con él. Pero ya lo haremos después. Se que Giorno no es un niño y tiene responsabilidades que atender—. Bien—se volteo hacia Giorno una vez más, que la observaba con una sonrisa, la cual había puesto antes de que esta volteara—Te esperaré en casa, tenemos muchas cosas al pendiente.

Se acerco a su sobrino y beso su mejilla antes de marcharse soltando un alegre "¡Ciao!", desapareciendo entre las calles de Napoles. 

El ojiverde se acerco a Bucciarati.

—No me dijiste que tenías familia—lo miró.

—No es realmente mi tía, pero fue una figura familiar para mi durante mi infancia. Y la considero mi familia, no importa que no compartamos lazos de sangre.

Guardian Angel [Vento Aureo]Where stories live. Discover now