Hachi

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Los días pasaban lentamente para Alice, la preocupación la carcomía por completo.

Constantes pensamientos avecinaban su mente:

"Debí haber ido"

"¿Y si les pasa algo que no les tenía que pasar?"

"No puedo más, tengo que ir"

"Ya mismo voy a empacar mis cosas"

Pero sabía que debía esperar el momento adecuado y finalmente decirle adiós a su pasado. Debía recibir a Dio para así poder cerrar un capitulo de su historia.

También estaba impaciente por terminar con el asunto por que quería ir a Italia e interactuar con Giorno, pero sabía que no podía cambiar drasticamente las cosas. Así que solo tenía la opción de revelarle la verdad cuando este comenzara su aventura para convertirse en jefe de la mafia.

¿Quien diría que todos esos días pasarían más rápido de lo que ella esperaba?

***

—Alice, ya casi es hora.

—Menos mal que ya me había arreglado.

Alice se había puesto su antiguo vestido una vez más, después de todo, si iba a reencontrarse con Dio debía lucir igual que cuando aún estaba en Inglaterra.

—Por cierto, Kakyoin esta a punto de ser asesinado —advirtió Erik.

—¡¿EHH?! ¿¡Y POR QUE NO ME AVISASTE?! ¡Vamonos, rápido! —sentenció Alice, levantandose.

—Bien.

Ambos desaparecieron de la habitación sin más.

Mientras tanto, Kakyoin trataba de revelar la habilidad de The World.

—¡Toma esto, Dio! ¡Recibe mi Emerald Splash dentro de un radio de 20 metros! —sentenció el pelirrojo mientras las esmeraldas se disparaban hacia el rubio desde todas direcciones.

—¡Bufón! Ya veras... que el poder de The World controla al mundo ¡The World! —dicho Stand se hizo presente.

Pero cuando The World fue a darle un golpe mortal, algo se llevo a Kakyoin a una velocidad que hizo que incluso The World fuera incapaz de ver quien se había metido en su camino.

Incluso Dio estaba desconcertado.

¿Quién había sido capaz de anular la habilidad de su stand?

El viento sacudió el cabello y la vestimenta del pelirrojo y su salvador.

—Ne, Kakyoin-kun ¿estas bien?

El nombrado miró a su salvador, desconcertado.

—¡¿Alice-san?! —pregunto conmocionado.

La rubia que traía al pelirrojo al estilo nupcial, rió.

—Kakyoin-kun, ¿Podrías hacerme un favor?

—A-ah, ¡Por supuesto! ¡Haré lo que sea! 

—Entonces, ve a buscar a la Fundación Speedwagon e informales de la situación y por muy difícil que sea, mantente lejos de aquí. A partir de ahora los únicos que podemos permanecer aquí somos Jotaro, Dio y yo —sentenció la ojiazul.

Mientras estos hablaban, Joseph intentaba escapar de Dio, que lo perseguía. Alice miró el destello dorado que seguía a Joseph.

"Dio...Hoy finalmente puedo recibirte con los brazos abiertos. Y así decirle adiós a mi pasado."

—Alice-san, ¿podría bajarme por favor?

—Perdón.

***

Finalmente había llegado la pelea de Dio y Jotaro. Alice observaba desde un tejado y por supuesto ambos hombres habían notado su presencia.

Pero no la reconocían debido al antifaz de mariposa azul que portaba para ocultar su identidad. Ya que bajo los ojos de Dio y Jotaro ahora era vista como una simple civil.

Aunque ella sabía que la batalla estaba cerca de terminar, se le hacia eterno.

—¡¿Que?!

—¡ORA!

—¡Deten el tiempo! ¡The World!

Pero el tiempo no se detuvo y el puño de Star Platinum se estrello contra el cráneo de Dio.

—Fue muy difícil, pero aunque detengas el tiempo...te reventaré la cabeza, Dio —sentencio Jotaro, cuyo corazón había vuelto a latir.

—¡ORA!

El cuerpo de Dio se estrello contra unas escaleras mientras Jotaro se recomponía lentamente.

—Por fin...por fin pude asestarle un golpe en la cabeza.

Dio intento levantarse para volver a la pelea, pero cayó.

—¡¿Q-que pasa?! ¡No puede ser! Mis piernas...Mis piernas no tienen fuerza ¡No puedo levantarme!

Tras unos segundos, Dio fue rociado con una liquido inflamable, cortesía de Jotaro.

—Como su olor lo indica, te bañe en gasolina. Me siento mal por patearte cuando estas indefenso, pero...Miento, no siento nada.

Alice soltó una carcajada, que para su suerte no pudieron oír.

"Ay Jotaro, siempre igual de gracioso"

—Mis amigos y mucha gente inocente murieron por tu culpa —el pelinegro encendió un mechero.

La rubia no pudo evitar entristecerse al escuchar la sentencia de Jotaro, pues si no fuera por tener miedo a cambiar mucho las cosas, ella podría haber salvado a Avdol e Iggy. Cargaba con la culpa desde el día en que estos habían dado sus vidas para derrotar a Dio.

La rubia soltó un suspiro al aire.

Ella solo quería que todo terminara de una buena vez. La guerra de la familia Joestar contra Dio la estaba drenando. Desearía que nunca hubiera pasado.

A veces se preguntaba ¿Que habría pasado si hubiera seguido viva en aquel entonces? ¿Dio habría parado? Lo dudaba, ni sus suplicabas habían surtido efecto. Y entonces volvió a pensar en su madre.

Su mirada ojiazul se desvió al cielo.

No podía ni imaginar lo avergonzada que se encontraba su madre. La rubia se sintió culpable al no haber visitado nunca su tumba, pero lo compensaba con pensarla todos los días, aunque fuesen solo 10 segundos, siempre pensaba en ella.

"Lo siento mamá. No fui capaz de llevar a Dio por un buen camino."

"Si soy sincera"

"Creo que todo esto..."

"Es culpa mía"


Guardian Angel [Vento Aureo]Where stories live. Discover now