Ventuno

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Mientras Mista yacía en el piso de un vagón, sangrando, en la tortuga todo estaba en silencio. Trish mantenía hidratado a Narancia, inconsciente en su regazo. Alice estaba sentada tranquilamente, aunque la preocupación la carcomía por dentro. 

—No te preocupes por Narancia —dijo el ojiazul de repente—. Conserva el vaso de hielo para ti. Tienes que mantener el cuerpo fresco. 

—No bastará con abanicarle aire o ponerle una toalla húmeda —replico Trish, alarmada—. Lo único que funciona es el hielo. A este paso será el primero en morir. 

—Narancia y el resto estamos dispuestos a arriesgar la vida por una orden del jefe. Tienes que anteponer tu seguridad. Es nuestro trabajo.

Trish obviamente estaba muy sorprendida por sus palabras, pero cierta rubia no lo estaba. Aún así, ciertamente estaba muy disgustada por aquellas apalabras, aunque no lo demostrara. 

—Ni siquiera estás aquí por decisión propia. En cuanto al enemigo que nos hace envejecer...Mista se encargará de él. Sé que hará algo...

La joven ojiazul suspiró cansinamente y le tendió su vaso lleno de hielo a una sorprendida Trish.

—Úsalo en ti y Narancia, no lo necesito —le dijo la rubia.

—Alice-san —Bruno intento hacerla entrar en razón, pero antes de que pudiera continuar ella lo interrumpió.

—Mis genes me ayudan en estas situaciones. En mi familia tenemos genes que nos hacen envejecer a un ritmo mucho mas lento que los demás —explico sin mucho interés.

—Pero...—respondió Trish, insegura.

—Tranquila, no envejeceré, solo...madurare —se rio con poca gracia.

La pelirosa acepto el vaso y observo a la rubia ojiazul. 

—Por cierto...¿Cuántos años tienes?

—Tengo 27 años —respondió Alice con una sonrisa.

Tanto Trish como Bruno se sorprendieron. Tan incrédulos que Alice se rio de sus rostros de sorpresa.

—Se los dije, los genes de nuestra familia nos hace envejecer muuy lento —dijo sin borrar su sonrisa.

Mientras Alice hablaba con Trish y Bruno, Stand Queen o Golden Empress, su nombre real, se cernía sobre Mista. Se agacho a su lado y sin dudarlo metió sus dedos en los orificios de su cabeza, hábilmente saco las balas y al instante de uno de los orificios salió Número 5, llorando.

—¡Mista! ¡Levántate, por favor! Es todo el hielo que tengo, pero mejórate, por favor —lloriqueo el pequeño Stand.

—No se si fue gracias a mi intuición o simplemente tuve suerte. Pero recogí un cubo de hielo y gracias a que lo puse en mi gorra, solo tú evitaste envejecer, Número 5 —hablo Mista, moribundo.—Gracias por detener las 3 balas. 

Fue entonces cuando Número 5 se percato de Golden Empress y de como esta los observaba a ambos en silencio.

—¡Mista! ¡Hay un Stand desconocido! —lloriqueo el pequeño Stand.

Para que Mista pudiese verla, Golden Empress se movió, colocándose frente a su rostro. El moribundo Mista la observo, pensando que en realidad era un Ángel por su belleza y sus cabellos dorados. 

Número 5, Ángel, debo pedirles un favor —mascullo Mista.

—Si es enviar a alguien con Bucciarati, ¡ya reviví a Número 6 y lo envié con él! Tomó el hielo de tu bolsillo y fue a decirle que dos enemigos se dirigían hacia la tortuga.

Guardian Angel [Vento Aureo]Where stories live. Discover now