Guardian Angel [Vento Aureo]

Nana

—Gracias, Jotaro. Vaya, me pregunto que me pasó. No puedo creer que una fiebre me haya hecho perder la consciencia...Pero ya me siento mejor.

—Si que me asustaste, Holly. Ahora que ya despertaste, es hora de cepillarse los dientes.

Tanto Joseph como Alice ayudaron a Holly a higienizarse.

—Papá, ayúdame a cambiarme la ropa interior—al hombre se le encendieron las mejillas—. ¡Era una broma, una broma! Y bien, ¿que quieres de cenar, Jotaro? —preguntó Holly, comenzando a levantarse.

—¡No te muevas! ¡Quédate acostada! —le gritó bruscamente el pelinegro. Todos quedaron pasmados, al darse cuenta este rápidamente agrego:—Digo, no deberías hacer nada hasta que te baje la fiebre. Mejórate pronto.

Alice no pudo evitar sonreír suavemente.

"Se ve que la amas mucho"

Joseph arropo a su hija.

—Son tan amables cuando me enfermo. No esta mal resfriarse de vez en cuando —y entonces volvió a la inconsciencia.

—¡H-holly! Se desmayó otra vez —dijo Joseph muy preocupado—. Se mostraba alegre, pero en realidad sigue teniendo una fiebre altísima... Puedo confirmarlo por su forma de actuar, aunque no nos dijo nada, ella estaba al tanto del Stand en su espalda. De hecho, no quería que lo viéramos...

—No quería que nos preocupáramos —Alice terminó por él.

—Así es mi hija.

—Señor Joestar, lo encontré —interrumpió Avdol, entrando a la habitación—. Esa mosca es...

Enseño la enciclopedia y señalo un dibujo en especifico.

—Esta. 

Los Joestar leyeron la información.

—¡Egipto! —exclamó Joseph.

—Ya limitamos nuestra búsqueda a las vecindades de Asuán. ¡Allí se encuentra Dio!

—Así que era en Egipto —interrumpió cierto pelirrojo.

—Kakyoin...

—¿A que te refieres? —preguntó Joseph.

—Me implantaron el brote en el cerebro hace tres meses —empezó a narrar—. Cuando fui de vacaciones con mi familia a Egipto, me encontré con Dio.

Mientras todos le prestaban atención al pelirrojo, Star Platinum se acerco a Alice y le acaricio la mejilla. La rubia miró hacia arriba, encontrándose con su mirada. Casi tímida, esa se apoyo en su mano, disfrutando su afecto.

Nadie pareció notarlo.

—Estuviste en Egipto... Parece ser que Dio no quiere alejarse de Egipto por alguna razón.

—¿Cuando irán? Los acompañaré —proclamo el pelirrojo, llevándose una mano al pecho.

—¿Quieres acompañarnos? ¿Por que? —cuestionó Jotaro al pelirrojo.

—Para ser sincero...No se de donde me vienen las ganas de acompañarlos. Volví a ser yo mismo gracias a ustedes. Eso es todo.

Tras que Kakyoin acabara de decir sus razones, Joseph se levanto y se cernió sobre su hija.

—Holly...te salvaremos cueste lo que cueste. No te preocupes. No hay nada de que preocuparse, te sanaremos —acarició la mejilla de su hija—. Todo esta bien.

—La madre de Jojo es una mujer que puede calmar a otras personas. Tenerla cerca me dio serenidad. Puede que suene raro, pero si fuera a enamorarme de alguien, desearía que fuese alguien como ella —confesó Kakyoin.