Donghae
Era un pueblo hermoso. Grande, concurrido y lleno de vida.
-Señor, ¿Me llevarán con el rey?.
El hombre que anteriormente había verificado que fuera una mujer me observo unos segundos fijamente, para después sonreír y negar con la cabeza.
-No señorita, las doncellas que verán al rey son las que pasen todas las pruebas. Como usted sabe cada año, el rey celebra su cumpleaños con cosas extravagantes y fuera de lugar, entre ellas obtener tres concubinas nuevas. De cien mujeres de la región, pero dentro del país solo el consejo acepta a veinte, de esas chicas, diez son eliminadas. Las tres concubinas son escogidas por el rey.
Asentí, poniendo atención a todo lo que me explicaba.
-Señor, ¿Cuando harán esas pruebas?.
-En cuanto, tú llegues. Tu región era la última, solo estaban esperando a la doncella del mar del este para comenzar las elecciones. Por cierto, deja de llamarme señor, no estoy tan viejo, llámame hyuk o consejero hyuk.-Sonrió tomando mi mano.
No estaba seguro si este hombre me estaba coqueteando o solamente era muy amable conmigo.
-Esta bien.-Quité mi mano lentamente.
Continuo sonriendo mientras me observaba sin pudor, pero no era incomodo mas bien vergonzoso. Me miraba de una manera extraña, con cariño, con ternura, con amor, no estaba seguro de este último. Solo paró cuando los guerreros del rey avisaron que habíamos llegado al castillo.
-Bien señorita, la llevaré a la alcoba de las doncellas donde las geishas le prepararán para que el gabinete del rey la vean.
-Si.
Me ofreció su mano para caminar. Le mire confuso, más acepte agarrarle del hombro, al menos así no se vería tan mal, teniendo en cuenta que estaba concursando para ser la concubina del rey.
-Geisha hyuna, aquí esta la última, se la dejo en sus sabias manos para hacerla aún más hermosa.
-Bien, consejero hyukjae.
Lo mire alertado, buscando a mis amigos.
-Tranquila, ella solo te maquillará y vestirá. Claro, siempre en compañía de tu geisha.
Me abrace a su hombro. Descubrirían que era hombre si me vestían.
-Tranquila vendré por ti una vez terminen de prepararte, es una promesa, ¿vale?.
Suspiré tomando todo el valor que pude conseguir, tal vez podría hacer que no lo notarán.
-Bien señorita, sigame.
Las puertas del gran salón se cerraron cuando heechul entró, caminando a mi lado.
-¿Usted es la geisha que la educó?.
-Así es, mi chica sabe lo fundamental, desde conocimiento académico hasta el del hogar, además de ser hermosa, es el partido completo.
La mujer me observo unos segundos de arriba a abajo, deteniéndose unos segundos en mi cuello. Tragué seco.
-Bien.-Reanudo su andar.-Te bañas con todas tus compañeras.
El color subió a mi rostro cuando al entrar observe a chicas totalmente desnudas bañandose en una enorme tina, llena de burbujas y sales aromáticas. Me gire a mirar a heechul, quien estaba igual de desconcertado que yo.
-Mi chica no se bañara con ese montón de plebeyas, ella es hija del jefe del mar del este, ¿lo entiendes?.
-¿Y que quieres que haga?. No le daré un trato especial solamente por ser hija de un jefe cualquiera, aquí es una plebeya más.
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Haerin [Eunhae]
Science Fiction-A partir de ahora eres Haenin, doncella del Mar del Este. No e editado la historia, o corregido errores, por lo que puede haber cambio de nombres, apellido o algún defecto. Espero la disfruten.