Haerin [Eunhae]

Capitulo 5

Donghae.

Año 1957. Seúl, Corea del Sur.

Amber termino de maquillarme, minutos después.

—Mirate en el espejo. Te vez hermosa.—Me guiño el ojo.

Me gire lento hasta el espejo. Abrí los ojos sorprendido, jadeando una exclamación. Estaba realmente atontado por lo que mis ojos veían.

—Me veo...—Toque mi rostro con ambas manos.—bonita.

—¡No te toques el rostro!.—Chilló. Retire mis manos rápidamente.—Arruinarás mi obra maestra.

Asentí, para darme un último vistazo en el espejo frente a mi.

—Bien señoritas, finalmente están listas. Acerquense.—Tal cómo lo ordeno hyuna, los hicimos.—Bien, el consejo las está esperando. Ahora lo único que las evaluarán será el físico de cada. Solo pasará la mitad o puede que un poco más, un poco menos, eso depende de ellos. Mucha suerte a cada una, estaré encantada de ser su maestra a las que pasen a la siguiente ronda.

Todas dijimos un "Si, señorita hyuna", para ir con nuestros mentores. Siwon, junto con JongWoon se miraban preocupados entre ellos.

—Mira hae, allá dentro nosotros no podremos pasar, tendrás que apañartelas tu sólo.—Me tense al momento de escuchar sus palabras.—Estará el consejo, la geisha hyuna, y el consejero Lee. Ellos son los encargados de elegir a las doncellas que pasen a la siguiente ronda.

Suspiré tratando de llenarme de valor, sino podría echar a perder todo el plan.

—Bien, lo haré bien, gran sabio.

Heechul me besó una mejilla, mientras siwon me acariciaba la cabeza y JongWoon apretó mi hombro izquierdo.

—Es hora hae. Suerte.

Todas las doncellas fueron llamadas para hacerlas entrar en un enorme salón, donde había una habitación al final de la cuál provenían voces.

—Dentro de esa habitación se encuentra el consejo del emperador. Entrarán por región, ¿entendido?.

Primero pasaron las qué eran de la región en la que se encontraba el palacio. De este entraron más de una cuarta parte.

—Si que son muchas.—Yoona se acercó a mi, con una bella sonrisa.—Yo soy de Icheon.

—Mokpo.

—Lo sé, tu mentora de se encargo de hacerle saber a todas las geishas que eras hija del jefe del mar del este.

—Heesica.—Reí nervioso.

—Serás la última en pasar hae. Al haber sido la última en llegar, y en cubrir tu región serás la última de nosotras en pasar.

—Esta bien, no tengo prisa.

Ambas nos sentamos en el suelo, al igual que otras que estaban ahí. Yoona se sentó a mi lado, acariciando mi cabello.

—¿Cómo es el mar del este?.

—Es un hermoso lugar, para vivir y crecer. Hay muchos árboles enormes, flores hermosas, y muchos animalitos, además de un precioso y cristalino río donde me bañaba y jugaba todos los días.

—Suena aún lugar realmente hermoso, cómo en los cuentos de hadas.

Del primer grupo salieron más de veinte chicas, abatidas.

—Bien señoritas, gracias por participar. En la entrada del palacio les darán una canasta con fruta como agradecimiento por haber venido.—Hyuna las despedía.—Tal vez el siguiente año.