Donghae.
Después de hablar con Siwon y jongwoon, corrí a la cocina. Ya era de noche, era para que estuviera ya durmiendo, pero mi estómago rugía molestó por comida. Por lo que después de hablar con ellos, me había colado en esta.
Al abrir el refrigerador, me encontré con muchas delicias. Sungmin, el cocinero real, todos los días hacía pasteles y galletas para la familia real. Era conocido por hacer los mejores pasteles junto con Junsoo, otro excelente cocinero.
—Pero, ¿Que tenemos aquí?.
Saque mi cabeza inmediatamente del refrigerador, al oír la voz del consejero Lee.
—C-consejero Lee. Y-yo puedo explicarlo.
Me miró serio, mientras se acercaba lentamente a mi. Al estar a un paso cerca de mi, cerré los ojos, esperando algún golpe o grito de su parte, más al no sentir ninguno, abrí uno de mis ojos. El consejero Lee, me ponía enfrente de mi rostro, un emparedado, lo acepto un poco dudoso.
—Gracias.
—Si tenías hambre, debiste decírmelo a la hora de la cena. Le hubiera pedido a Junsoo que te cocinará algo más.
—N-no quería dar molestías.—Comence a comerlo con hambre, mientras el señor Lee me veía con una bella sonrisa de encías.
Camino hasta un banco en la encimera, donde se sentó. Palmeó el banco a su lado, indicándome que me sentará con él. Lo hice un poco avergonzado.
—¿Que tal a ido tu día, señorita Lee?.
—Supongo que bien. No a habido mucho que hacer después de la llegada del príncipe al castillo.
Sonrió, antes de levantarse por dos vasos de jugo, me ofreció uno de ellos segundos después.
—¿Y el suyo, consejero Lee?.
—Ya te e dicho que me digas hyukjae.
—Entonces usted también dígame haerin.
—Bien, si yo te digo hae, tu me dices hyuk, ¿Es un trato?.
Asentí con una sonrisa, a su trato que me ofrecía.
—Mi día, fue un poco más agotador que lo habitual. Con la llegada del príncipe hay más tareas que hacer, y ahora más por la fiesta del rey que es en unos días. Todos en el palacio estamos apresurados.
—Debe ser agotador.
—Como no tienes idea.—Se quedó en silencio, mirándome unos segundos.—Pero, cuando amas a alguien, y lo miras, por muy cansado que estés, este hará que te llenes de energía nuevamente.
Me sonroje levemente antes sus palabras. Lo había dicho de una manera sería mientras me veía, de una manera diferente a la qué me miraba frente a los demás. Esta era íntima, cálida y llena de amor.
—E-entiendo H-hyukjae.
Finalmente dejo de mirarme así para sonreírme nuevamente. Su sonrisa era tan grande y hermosa, que mostraba sus encías en ella.
—Me gusta como dices mi nombre, hae.
Nuevamente el bochorno apareció. Termine lo más rápido mi refrigerio para irme de nuevo a mi habitación con las demás o me regañarían.
—Gracias por el emparedado hyukjae, y por la conversación. Es momento de que me retire con mis compañeras.
Se levantó para ayudarme a bajar del banco. Una vez abajo comencé a caminar rápido de vuelta a la sala donde dormía con las demás, sin embargo la mano de hyukjae sosteniendo la mía, me lo impidió.
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Haerin [Eunhae]
Science Fiction-A partir de ahora eres Haenin, doncella del Mar del Este. No e editado la historia, o corregido errores, por lo que puede haber cambio de nombres, apellido o algún defecto. Espero la disfruten.