Final

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Donghae.

Desperté al sentir un fuerte dolor en mi vientre. Abrí los ojos tratando de enfocarme.

—¿Dónde estoy?.—Mire a todos lados buscando alguna pista del lugar donde me encontraba.

—Oh, has despertado.— Yoona me sonrió desde la puerta.—Espera aquí, iré a avisarle a los demás, que has despertado ya.

Así como entró, se fue dejándome solo nuevamente. No paso mucho tiempo antes de oír pasos acercándose al lugar donde estaba. La puerta fue abierta y de ahí entraron heechul y mis demás amigos.

—¡Donghae, estás bien!.—Se abalanzó a abrazarme.

—Auch.—Gemi de dolor.

—Lo lastimas, Heechul.— Siwon lo alejo de mi. Le agradecí en silencio.—¿Cómo te sientes, hae?.

—Perdido. Mi cabeza da vueltas, pero mi cuerpo pesa, como si de promo se tratara.

—Es entendible, fue una gran herida la que recibiste. Pero, afortunadamente ya estás bien.

—Gracias.— Jongwoon se acercó hasta nosotros.— Gracias a ti, e podido recuperar mi trono donghae. No tengo palabras ni formas suficientes para agradecerte por esto.

Sonreí tímido ante él. Me miraba con mucho respeto y admiración, logrando que me pusiera tímido. Su esposo se unió a el, segundos después.

—Mi pueblo y yo, nunca terminaremos de agradecerte.

—No es nada prínci....—Me corregí.—Emperador Jongwoon.

—Vamos, somos amigos hae, dime Jongwoon o bueno, puedes seguir diciéndome Yesung. Mi mamá me decía así antes.—Ryeowook lo abrazo, reconfortándolo.

—Hecho Yesung Hyung.

Sonrió complacido mientras asintía. De a poco cada uno fue acercándose a mi, y dándome ánimos. Después de un rato Jongwoon me contó que su coronación había sido un éxito y había comenzado a hacer cambios en su gabinete como en su gobierno. Me había enterado que había estado inconciente dos semanas.

—Eres ahora el héroe de la nación, hae. Dime, ¿Cómo puedo pagarte?.

Me quedé pensativo. Debería pensar bien el pago que quería, no quería ser superficial y pedir riquezas, más bien quería algo más.

—¿Que paso con sehun?.

El lugar se quedó en silencio. Jongwoon me miró serio antes de suspirar.

—Sehun fue exiliado para siempre, del país.

Me sentí mal por sehun, aparte de haberle quitado al único ser que le quedaba, lo había exiliado sin nada ni nadie. Debía remediarlo cuánto antes.

—Quiero como pago, el perdón y misericordia de Kang sehun, hijo del soberano tirano.

Jongwoon me miró unos segundos en silencio, antes de suspirar. Mando a llamar a un hombre.

—Bien.—Se giro a su trabajador.—Busca a Kang sehun, y brindarle un hogar así como un saco de monedas de oro. Dile que el Emperador Kim Jongwoon le a dado su perdón, a su traición.

—Como usted diga señor.— Se fue. Jongwoon se giro nuevamente a mi.— Dime, ¿Que otra cosa puedo hacer para pagarte?.

Yoona tomo mi mano con dulzura. Mis demás amigas estaban ahí también, animandome con una sonrisa.

—Quiero la libertad, y apoyo a mis amigas. Y, que dejen vivir a las demás concubinas del rey. No es justo que sean sepultadas vivas con este.

Yoona me miró con lágrimas en los ojos, mientras me abrazaba con cuidado, agradeciéndome por eso.

Haerin [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora