meses sin descanso

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Tonks había pasado tres meses sin descansar, sentía que sus fuerzas se debilitaban cada vez más a cada mes que transcurría, muerte, tortura, desolación acompañaban a cada persona en todo Londres, incluso los muggles estaban siendo muy afectados. Los dementores andaban en las calles y un frio insoportable arrullaba todos los días la maldad. No era solo la ausencia de Remus, ella estaba en el peor lugar para tener un corazón roto, en medio de una guerra, ser un auror nunca fue tan duro, se le exigía su presencia casi 24 horas al día, y la orden aunque golpeada por sus constantes perdidas seguía en pie, y eso si necesitaba su atención, mucho más que las tonterías del ministerio. Constantemente buscaba conseguir algo de información sobre los hombres lobo, además de aventurarse a ir a las misiones más peligrosas que incluían estar muy cerca de los mortifagos.

-Tonks, sé que no debería darte esta misión, pero no soporto seguir viéndote asi- Kingsley se acercó a el escritorio de Tonks donde la chica estaba tomando una insipiente cena- Hay que ir a espiar un poco cerca de la casa de Notts tu viejo amigo, y tengo entendido que Greyback ira a ahí con algunos de sus hombres lobo, realmente dudo que Remus haya logrado estar tan cerca como para asistir pero quizá escuches algo, no solo tu estas preocupada por el-

-¡Te adoro!- Tonks salto y lo abrazo- Eres el mejor jefe del planeta espero que te hagan ministro de magia y consigas una veela de esposa y tengan muchos bebes calvos y hermosos- le dijo la chica plantándole sendos besos en las mejillas.

-Suéltame ya Tonks!, me conformo con la veela de los demás paso, así que ponte en marcha- Termino Kingsley y le hizo señas para que lo siguiera.

Se trasladaron por aparición conjunta ella y dos aurores mas, chicos nuevos y nada experimentados, le dio algo de temor por ellos, el ministerio estaba tan corto de personal que enviaban a magos poco preparados para misiones muy peligrosas, eso era con enviarle carnada a los mortifagos, pero nada apagaría su ánimo, sabría algo de Remus tenía esa corazonada.

-¿Qué hora es?- mientras se escondían en un hueco debajo de la vía Tonks escucho una voz calmada, un sonido de ensueño, la voz que le había dicho que la amaba, la misma voz que la había dejado sola.

-Las 11 Remus- Respondió una segunda voz un poco gruesa y amenazadora

-Tengo demasiada hambre, ¿sería mucho pedir un poco de comida no cruda?- dijo la voz de Remus y sonaba algo agotada, en el estómago de Tonks surgieron millones de mariposas, era él estaba ahí y estaba lo suficientemente bien para preocuparse por qué tipo de comida habría.

-Pareces un humano Remus, qué más da lo que comamos, a mí personalmente me gusta el sabor de la sangre-

-Ya, claro a mí también- Fue lo último que escucho decir a Remus, y sus pasos se alejaron.

Era la última vez que lo escucharía en muchos meses, y conservo en su memoria el sonido hermoso y suave de su voz, quería recordar exactamente el sonido de su voz, y llevarlo en su memoria, lo extraña cada vez más, y daría lo que sea por volver a verlo, pero pronto iba a descubrir que lo que sea era demasiado.

  Remus y Tonks: Hasta el final   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora