nuevo comienzo

692 36 10
                                    

Remus despertó en medio de la noche, Dora estaba adorable acostada a su lado en el sucio piso de la casa de los gritos, a penas cubierta con la capa de él temblaba de frio, estaba embobado con esa visión, era preciosa desde su cabello de nuevo rosa totalmente desordenado hasta esa cosa negra muggle con la que siempre se pintaba las uñas, lo que le había pedido era una completa locura pero realmente era todo lo que su corazón necesitaba saber que ella sería su familia ahora, que tendría un motivo para luchar para poder ser feliz a su lado y para cuidarla.

Se levantó y prendió fuego, la habitación estaba helada y el cielo más oscuro debía amanecer pronto.

-¡Remus!- exclamo Dora despertándose de repente exaltada- ¡Merlín! Estas aquí, estas bien.

-Claro que estoy aquí Dora, ¿creíste que tenías pesadillas y habías aceptado casarte con un hombre lobo?- inquirió Remus algo divertido

-Tonto, fue un sueño y pensé que el amor de mi vida me había pedido matrimonio y luego me había hecho el amor apasionadamente- respondió a la defensiva le molestaba que Remus siempre menospreciara el afecto que ella le profesaba.

Remus se acercó y tomo la mano donde tenía el anillo, lo miro por unos momentos y no pudo reprimir una sonrisa, había soñado con ponerlo en su dedo desde hace tanto, ahora ahí estaba su pequeña Dora, siempre seria para él, no había otro modo de hacer las cosas estaban destinados a amarse.

-Era el anillo de mi madre, sé que no hago más que darte sus viejas joyas pero… no podría comprarte un anillo real de compromiso y pensé que ella quizá lo dejo con la intensión de que algún día consiguiera a alguien para mí- dijo con voz queda, lo volvía loco saber que nunca le daría a Dora nada, que él no podría llenar un cuarto de rosas como James para Lily, ni tan siquiera podría darle una boda hermosa y gigantesca como ella merecía, de hecho no sabía cómo se casarían no tenía ni un centavo para eso.

-Es perfecto, como tú y me hace feliz igual que tú también-

-Dora, esto… nuestra boda, ¿sabes que no podemos hacer una gran boda en realidad verdad?, es decir yo, quisiera hacer la boda más grande de todos los tiempos y gritarle a todo el mundo que tengo a la mujer más inteligente e increíblemente divertida del planeta pero…-

-Pensé en eso, quiero algo más romántico que una boda clásica y sosa de traje blanco, quiero fugarme y casarme sin ningún sentido- dijo riendo, Remus torció el gesto y ella lo detuvo- en serio, quiero eso, solo quiero tenerte a ti a mi lado y casarnos solos.

-¿Algún día parare de quitarte cosas?, solo quiero dártelo todo y me desespera saber que no tengo nada para ti…- Dora lo detuvo con un beso profundo y suave, saboreando cada suspiro y cada aliento entre sus labios, Remus deslizo suavemente su mano por la espalda de ella, su piel era tan suave que lo hacía perder la cabeza y su aroma inundándolo todo, llenando el vacío y suplantando la miseria con luz y esperanza, ella nunca lo había rechazado siempre lo admiraba como si el fueses alguien para admirar, lentamente perdió el control mientras ella lo besaba, cada caricia era un bálsamo para las heridas y el dolor, no podía haber pedido nada más perfecto que ella, a la luz de la luna su piel era preciosa y ahí en medio de la oscuridad no parecían tan distintos y su cuerpo penoso estaba medio oculto. Pronto estuvo sobre ella besando su cuello y sus labios, Dora rodeo su cadera con las piernas y lo empujaba a estar más cerca, se separó un instante y la miro a los ojos, eran de ese bonito color castaño, su color natural.

-Estoy tan enamorado de ti…- quería decirle tantas cosas pero Dora lo acerco para besarlo y lentamente se deslizo dentro de ella, era la sensación más poderosa que podía sentir tenerla tan cerca sentirla parte de él, durante un buen rato se debatió entre ir más lento porque no quería dejarla e ir mucho más rápido porque se sentía maravilloso, pero cuando escucho su nombre esos hermosos labios supo que ya no podía seguir y con un violenta sacudida colapso finalmente.

-Lo siento creo que querías decirme algo- dijo Dora sonriendo satisfecha cuando se separaron.

-Eres buenas haciendo que olvide ser elocuente-

-¡Profesor Lupin no pierda su elocuencia!-

-Nunca fui tu profesor no tienes por qué llamarme así-

-Eso está bien, no podríamos hacer esto si fueras mi profesor- Dijo Dora mientras se apoyaba en su codo de lado para mirarlo- no sería apropiado, le quitarían puntos a mi casa

-Por esto, te daría mil puntos- dijo sonriendo, Dora tenía la capacidad de hacerlo sentir muy ligero y joven.

-¡No voy a prostituirme por puntos!, estoy sumamente ofendida - dijo haciendo un gesto dramático y tumbándose completamente en el suelo.

-Creo que debemos vestirnos e irnos, corremos el riesgo de no salir nunca de aquí-

-No me molestaría eso la estoy pasando fenomenal-

-Lo sé, pero debemos irnos- Remus se levantó y empezó a vestirse, Dora supo que no había remedio había muchas cosas por hacer, y muchas cosas por luchar ahora que Dumbledore no estaba el futuro de la orden pendía de un hilo y el mundo mágico estaba en mayor peligro.

-Está bien además, hay que pensar en la boda, es extraño nunca fui tu novia y ahora soy tu prometida- Dijo Dora mientras se ponía los vaqueros, Remus se acercó y la tomo de la cintura atrayéndola a él.

-Nunca serás mi novia, ni mi prometida, ni mi esposa, todas esas cosas son tan pequeñas para lo que eres, eres algo así como mi sol, mi universo, mi mundo, la razón de mi vida, algo por el estilo- dijo remarcado cada frase con un beso, Dora lo miro risueña.

-Eso suena mejor, eres la persona más genial que conozco Remus es imposible no derretirse contigo-

-Tengo mis momentos, así que por favor la orden necesita su auror mas talentoso- dijo soltándola y poniéndose la vieja capa, ¡Merlín nunca dejaría de sentirse tan poca cosa ante ella, estaba preciosa, tenía unos vaqueros y una camiseta parecía un chico muggle y aun así era perfecta, la vio ponerse su capa y soltó un sonoro suspiro.

-¿Qué tengo que ver con eso?-

-Con mis suspiros, todo, con ser la mejor auror del planeta, todo-

-Te amo vayamos a salvar el mundo-

-Nunca habida tenido tantos motivos- dijo Remus y le tendió la mano para salir de la casa de los gritos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 15, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

  Remus y Tonks: Hasta el final   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora