los planes de la orden

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Al día siguiente Tonks no notaba cambio alguno en su relación con Remus, así que dio por sentado que el encuentro con Remus luego de confesarle su temor a los dementores había sido no más que una muestra más, de los buenos compañeros que eran, y que su meta, vencer al señor tenebroso estaba como su más alta prioridad, las noticias truculentas provenientes de informaciones secretas llegaban a diario, algo oscuro los rondaba, algo con lo que ella nunca se había enfrentado, sabia por no más que referencias los horrores a los que Voldemort sometió a la comunidad mágica y muggle en su primer ascenso. Sentía mucho pesar al pensar que las vidas de Remus y Sirius habían sido truncadas por Voldemort, Sirius era un muchacho cuando entro a Azkaban para cumplir la condena de un traidor, y Remus había quedado solo, sin familia y sin amigos, sobreviviendo, a ella no le gustaba pensar en eso a menudo, pensar en las cosas terribles por las que paso su amigo y los momentos de desamparo a los que se vio sometido. Algunas veces él le contaba cosas, y al escucharlas sentía que daría lo que sea en el mundo, solo para borrar esos recuerdos de su memoria, se sentía pequeña e insignificante ante las experiencias terribles que él había vivido.

El día de sacar a Harry de Grimmauld place había llegado, Sirius no parecía caber en sí de la emoción, Remus estaba bastante más tranquilo por poder sacar al chico de esa casa de locos, sabía que el muchacho vivía con la hermana de Lily que según el mal no recordaba era la persona menos parecida a su hermana del mundo. Lily fue una mujer buena, amable, simpática y con un sentido del humor encantador, donde ella llegase los presentes no podían dejar de caer en los encantos de aquella bruja, pero no era por eso que Remus sintió un afecto tan grande por aquella chica, su afecto se debía a algo más, algo que el no pudo compartir jamás con sus amigos, algo en lo que solo ahondo con Lily.

 Recordaba vagamente cuando ella empezó a salir con James, pasaba mucho tiempo con los chicos y parecía que los años de enemistad entre ellos nunca habían existido, Sirius la quería un montón por ser la novia de su mejor amigo, parecía dos hermanos que peleaban y se reían por todo, en esa época él tenía una nueva persona que conocía su condición, y una nueva persona a la que confiar sus sentimientos. Cierta noche Remus se hallaba sentado en una butaca de la sala común, falta poco para los EXTASIS y él estaba muy concentrado leyendo, James estaba en las prácticas de quidditch y Sirius y Peter estaban acompañándolo, el hueco del retrato se abrió y apareció una Lily muy cansada y algo abatida.

-¿Qué hay Lunático?- Pregunto la pelirroja

-Hola Lily, estoy algo agobiado con los exámenes, aunque la verdad no creo que me sirvan de mucho- Respondió el chico, un sentimiento amargo al saber que terminaría sus estudios en Hogwarts lo invadía - No creo que ni aunque saque las mejores notas pueda hacer nada con eso-

-¿Por qué crees eso?- Lo inquirió Lily

-Mi problema peludo, no sé si es peor saber que nunca podré hacer nada, o darme falsas esperanzas al respecto-

Lily lo miro ceñuda y le dio un buen regaño por hablar de esa forma, le recordó que ser hombre lobo solo lo limitaba unos días por mes y que tenía una vida perfecta y normal los demás días del año, que seguramente conseguiría una hermosa muchacha que lo amase y así además de ser un mago excepcionalmente talentoso podría tener una familia, en ese momento Remus levanto su mano para que parase, estaba ahí sentado llorando.

-Remus, ¿qué sucede?- Le dijo Lily arrodillándose ante el con una expresión de congoja bastante marcada.

-El dedo en la llaga, ¿sabes que me duele más que saber que jamás podre tener un empleo o ser aceptado en ningún lugar?, me duele saber que nunca podre enamorarme, que jamás sabré que es tener a una persona que te quiera, que te admire que desee estar conmigo, no es envidia ni nada, estoy tan alegre de que James y tu sean felices, pero a veces los veo y se todo lo que jamás tendré- Y en ese momento se desplomo, esos sentimientos de terror y desconsuelo lo habían seguido toda su adolescencia y ahora eran reales, porque él los había dicho, y en un gesto de indulgencia, Lily tomo su mano y lo vio a los ojos, los ojos de la chica también estaban empapados en lágrimas.

  Remus y Tonks: Hasta el final   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora