Mi pequeño alumno♡|• ᵀᴷ

Capítulo 5:

"Llamada"

•Taehyung•

Me hice hacia atrás cuando ví que iba abrir la puerta, solo una pequeña rendija estaba disponible para que me comunicará con él, di un suspiro largo intentando hablar, el nudo en mi garganta era bastante grueso pues nada me salía.

Éste estuvo a nada de cerrar, tome la perilla y metí mi pie para impedir que me dejara afuera, su fuerza fue más ruda impidiendo que pasará a la recámara.

—Jeon es mi alumno—comence hablar con la voz áspera—no lo conozco, él tiene una situación difícil y yo converse con él hoy, creo que me centré demasiado en el tema y aún me tiene abrumado, pero no tenemos nada que ver, él necesitaba ayuda y yo se la ofrecí, le hacía falta llorar y yo fui su hombro hoy, jamás te engañaría amor.

Los hipidos seguían, mi temblar de igual forma me senté y oculte mi rostro entre mis rodillas las alce hasta mi pecho y respire profundo.

Detestaba la violencia, odiaba la difamación porque yo no era el tipo de persona que hacía lo posible por demostrar su infelicidad.

Hice lo posible por enamorarme de él, quizá nunca lo noté y logré hacerlo o le tome cariño mejor dicho, aunque él me manipulara para que siempre me culpara a mi mismo no me atrevía a lastimarlo.

Escuché el seguro de la puerta ser retirado, el rechinar de esta indicándome que había abierto, quise dejar de llorar pararme y marcharme, mi debilidad por él existía, me estaba marchitando lentamente.

La brisa que se colaba por la ventana golpeó mi cuerpo su cercanía ardía, dolía, era tóxica, me sentí fallecer en ese momento, por el rabillo del ojo observé como tomó asiento a mi lado, sus brazos me rodearon lo sentí aspirar mi aroma, me tense ante aquel toque intenté alejarlo sin embargo fue en vano.

—Taehyungie, por dios amor, ¿Por qué no lo mencionaste antes?, Lo siento tanto, mi amor—me apartó los brazos del pequeño fuerte que yo mismo había construido, me tomo del mentón y sembró un beso sobre mis párpados.

—Hoseok... Perdón sabes que te amo tanto, jamás te lastimaria—aquellas palabras eran honestas, quizá no lo amaba de la forma romántica pero lo estimaba debido a la amistad que teníamos antes de todo lo ocurrido, lo sentí acercarse a mi robando un beso, accedí torpemente cayendo en su red una vez más—no te enojes yo solo tengo ojos para ti.

Me sentí indefenso delante de él, nunca me había comportado de tal forma con alguien, pareciera que indirectamente accedía a su juego donde mi salud mental no importaba porque aceptaba que me hiciera mierda totalmente con tal de verlo feliz.

—Para nada bebé, solo ya trata de contarme las cosas con anticipación—volvio a besarme mordió mis labios robándose un quejido de mi boca.

Suciedad, y oscuridad.

Lo único que mis ojos observaban era aquello, mi mente se encontraba nublada, no tenía idea alguna del porque permití aquella bofetada, no entendía porque no pude inmutar me ante sus toques.

Comenzaba a enfermarme lentamente.

Extrañaba nuestra amistad aquella que siempre fue la mano para salir del pozo donde me hundían día a día, todo era mejor cuando sujetaba su mano y me sentía protegido, ahora vivía aterrorizado con él.

Lo desconocía, me desconocía, los días que se pintaban de rosa a su lado cuando éramos más jóvenes ahora eran grises, era una diminuta flor en crecimiento que cortaron y lentamente se secó.