6. Entrenamiento y prueba individual.

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Había llegado tarde, los demás tributos ya se encontraban entrenando

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Había llegado tarde, los demás tributos ya se encontraban entrenando. Realmente no creía que necesitara practicar, toda mi vida usé el tridente, era ágil, rápido y astuto, era capaz de atrapar los peces más escurridizos.

Mags, ella era buena en otras cosas. Me contó que en sus juegos, era idéntica a mí, podía correr tan rápido como para llegar en primer lugar a la cornucopia. Tan fuerte como para defenderse de los tributos más pesados. Pero el tiempo pudo contra todas sus cualidades.

No le gustaba ser una carga, siempre hallaba el modo de valerse por sí misma e incluso cuidar de otros. Nunca aceptó mi ayuda cuando quise hacerme cargo de ella. En lugar de eso, cuidó de Annie y de mí; cuando llegaba del Capitolio tan cansado que apenas podía bajar del tren y sostenerme de pie.

Mi bella Mags, se encontraba haciendo anzuelos con las cosas más inusuales sobre una mesa de metal. Vi como Katniss se acercaba a ella, muy seguro sabría cómo ganar su confianza y entrar en su corazón.

Por mi parte, fui a ver a Peeta. Quizá entre hombres podamos tener un mejor avance que con Katniss, lo había arruinado.

Él estaba de brazos cruzados, mirando el campo de entrenamiento virtual. Dentro de él, Gloss y Nicolette luchaban a capa y espada. Casi literal. Espada contra espada, el sonido de los choques no llegaba a nuestros oídos, la pared de cristal aislaba el sonido.

-Parece que bailan, ¿No?- no me miró, pero claro que se percató de mi presencia, pues su porte un tanto relajado, se tensó al instante. Miré nuevamente la pelea, si se eliminaban las espadas, claro que parecía un baile, uno muy rudo.

-No me gustaría participar en un baile así con alguno de los dos- me crucé de brazos igual. Los chicos estaban tan ensimismados por ganarle al otro que no nos habían visto. Ya había visto a Nicolette practicar con su espada, fácilmente podía desarmar al engreído de Gloss, sólo me preguntaba, ¿Por qué tardaba tanto en ganarle?

-Sé lo que hacen- sus palabras estaban cargadas de doble sentido, mi sonrisa se borró, sin embargo, no tardé mucho en volver a crearla. Era un lugar peligroso para hablar de eso –No soy ciego, sus movimientos son estratégicos, pero no tienen planeación, un sólo tropiezo, y todo se derrumba-.

El duelo terminó, Gloss le arrebató la espalda, la hizo volar y la atrapó detrás de su espalda. Hicieron una reverencia y salieron. Para mi mal genio, fueron juntos hasta la estación de madera, para tallar armas.

Volví mi vista, no quería que creyeran que los estaba vigilando. Aunque así fuera.

-¿Quieres practicar?- plantó la pregunta, Peeta era mucho más listo de lo que creía. Siempre había sido Katniss la imagen, ella figuraba en la pantalla y la mayoría se olvidaba de él –Cuerpo a cuerpo, un juego limpio- asentí con la cabeza.

Entramos al cuarto, miré las esquinas de este. Cámaras diminutas, con micrófonos aún más pequeños. Si hablábamos de algo aquí, por lo menos los demás tributos no se enterarían.

La Princesa De Plata •Finnick Odair•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora