Orel.
• Maldicion (no pude evitar decirlo)
Pues cuando me di la vuelta, con el tensiómetro en mi mano, quedando de frente, creo que me perdieron, jamás en mi vida me imaginé que debajo de esa vestimenta, se encontrara un rostro, como el que tenía frente a mi.
Ella tenía los ojos cerrados, sosteniendose contra la pared debido al mareo, pero se veía hermosa, tenía un rostro angelical, su tez es blanca, aunque de eso ya me había dado cuenta, por lo que permite dejar al descubierto, la piel de su rostro estaba sin un rastro de maquillaje y se le veía hermoso, no lo necesitaba, si lo usaba estoy seguro que emparcharía su rostro.
Ella tiene unas muy diminutas pecas alrededor de su fileña y puntiaguda nariz, su cabello era ¿rojo?... ¿es posible que una mujer del Occidente tenga ese color de cabello?... posiblemente si, Hessa no creo que sea la excepción, además todas andan siempre cubiertas.
Como diablos va a saber uno si esa hipótesis no tenia validez, bueno con Hessa queda descartada.
Y en cambio yo, solo seguía estático, observandola, los rasgos físicos de ella, eran hermosos, parecía un hermoso Ángel... y perdón pero no me canso de admitirlo.
En ese mismo instante, ella abrió sus ojos... y ¡mierda!, mierda y más ¡MIERDA!, sabía que sus ojos eran de un verde profundo, ¡pero triple mierda!.
Ella me miraba fijamente y me desarmaron esos ojos, ese rostro... este imbecil aquí presete que esta de frente a ella, no soy yo... ¿qué jodia me acabas de hacer Hessa?
• ¿Todo en orden Orel? (Me dijo en su tono dulce de voz, mientras se acomodaba por completo en la camilla, separando su espalda de la pared que la sostenía)
• Si... es solo que... no encontraba el tensiómetro (dije levantando el aparato y me encamine hasta donde ella)
• Yo creo que ya casi estoy bien Orel (me dijo cuando vio que me acerqué por completo, esos hermosos ojos color esmeralda, me examinaron, con escrutinio de manera disimulada, ¡se fuerte maldita sea!)
• Pues señorita está aún muy pálida, aún te quiero como mi colega... y eso quiere decir sana...(le sonreí haciendo que ella me imitará) te explicaré cómo se hace esto, aunque normalmente lo hace una enfermera, pero no esta de más que también lo sepamos, no siempre se empieza desde lo más alto, por esa razón debemos saber de todo.
Le empecé a explicar, las funciones del tensiómetro y sus partes, mientras le colocaba el brazalete de esté, en su brazo derecho, subiendo la manga larga de su vestido, sin poder evitar tener que rozar con la yema de mis dedos su piel, la cual era suave y delicada.
Mientras hacía aquello, vi como su respiración se entre corto, y de reojo noté sus mejillas sonrojadas, creo que no le era indiferente...y bueno pues yo tampoco pude ocultar su misma acción en la respiración mía.
Todo el momento en el que le estuve explicando, me sentía nervioso, nuestras respiraciones se unían, estábamos más cerca de lo que normalmente estábamos, ella solo miraba mis acciones y yo cada vez que podía la miraba a ella, me era inevitable no admirar a la mujer que estaba frente a mi.
• Tienes la presión baja (le dije viendo los valores que me marcaban el manómetro) ¿te estas alimentando bien? (Le pregunté, mientras le retiraba el brazalete a lo que ella me sonrió y no pude evitar mirar sus hermosos labios, no eran gruesos pero tampoco delgados y su boca era pequeña y sus labios rojos... lo que los hacían ver perfectos, al menos para mi)
ESTÁS LEYENDO
🅛🅘🅑🅡🅔UN AMOR MÁS ALLÁ DE UN TABÚ
RomanceLIBRE Esta es mi historia Hessa... un amor más allá de un tabú Es un melodrama, que relata la historia de una mujer, atada a los tabúes de su cultura. Hasta que por circunstancias de la vida, tiene la oportunidad de ir a Rusia, a vivir una segunda...