LA BIENVENIDA.

734 90 15
                                    

Los días transcurrieron de manera pasiva, haciendo que la recuperación completa de la operación que se le había practicado a Hessa, terminara, y con ella, le diera de alta, su doctor favorito, quien la admiraba cada día, por su valentía y fortaleza física.

Es por eso, que después de la alta de Hessa, la familia Kuznetsov, una vez confirmaron que la mujer podía viajar, se trasladaron a su ciudad de origen, Moscú.

En donde Hessa terminaría en casa de sus ahora suegros, sus días de reposo, Orel le había dicho que debía esperar un par de semanas, para que volviera al trabajo, por lo que ella aceptó, aunque la idea no le gustaba mucho, ya se había acostumbrado a su nueva rutina y extraba, sentirse útil.

• Bienvenida, nuevamente a esta tu casa mi pequeña (la saludo Ruth, desde la entrada principal de la mansión de los Kuznetsov)

• Gracias Ruth, que linda de tu parte (respondió la aludida, al borde de las lágrimas)

Hessa estaba un poco sentimental, tenía sentimientos encontrados, ella nunca había sido recibida, ni tampoco acogida con tanto amor y mucho menos por una familia que no era la suya, por lo que esto último, era lo que más la conmovía.

• Adelante princesa, debes descansar, el viaje ha sido bastante largo y debes estar agotada (hablo Amanda, adentrandola a su hogar seguido de los dos hombres a espaldas de ella)

• Pero antes, tiene que comer el estofado, con puré de patatas, que les preparé... estoy segura que a mi Hessa le encantará (hablo emocionada, por lo que les había preparado, en honor a la recuperación de la mujer, que aunque poco llevaba con ellos, se los había ganado)

• Espero que me consientas de igual manera que consientes a mi novia o me pondré celoso (interrumpió Orel, en lo que se acercaba a la mencionada, para abrazarla por la cintura) verdad amor (agregó y esta se sonrojo)

A la familia no le pasó por alto, el rostro de asombro que tenía Ruth, era obvio que no esperaba que ellos, tuviesen una relación... ¿o quizás era, que no esperaba que Orel, su niño... presentara una relación?

• ¡¿Novia?!... ¡por los clavos de cristo redentor!... ¿de qué me perdí? (Hablo dando pequeños saltitos de emoción, una vez salió de su transe, provocando que los presentes, rieran a carcajadas)

• Te has perdido de mucho nana (hablo Franko, un tanto sonriente, mirando a la pareja de novios que estaban abrazados, con amor y en especial a su hijo que lo miro también con admiración) este par nos han sorprendido con esa noticia a todos.

• No se que metodología van a emplear... pero a mi me informan ya de todo (agregó Ruth, juguetona)

Todos pasaron al comedor y una vez se sentaron para tomar de sus alimentos, Orel y los esposos Kuznetsov, pusieron al día a la mujer, mientras que Hessa, solo les dedicaba sonrisas tímidas.

Unas que Orel no perdía de vista, pues esta vez no tenía puesta su pashmina y nada podía impedir que él admirara esa hermosa sonrisa, que su novia les regalaba.

De hecho Orel se había dado cuenta, que cada gesto incluso el más mínimo que ella hiciera, le encantaba, todo de ella admiraba, incluso le encantaba ver la timidez con la que aceptaba comentarios positivos de todos.

Cuando todos terminaron sus alimentos, los esposos Kuznetsov y Ruth se despidieron, los primeros se dirigieron a su habitación a descansar y la segunda hacía la cocina a terminar sus quehaceres, dejando a la joven pareja de novios, solos.

• ¿Estas muy cansada amor? (Pregunto Orel, acortando la distancia que los separaba, para estrecharla entre sus brazos y mirarla frente a frente)

🅛🅘🅑🅡🅔UN AMOR MÁS ALLÁ DE UN TABÚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora