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De verdad que le odio.

Le odio con todo mi ser.

¿Por qué el destino es así?

¿Por qué tengo que convivir con él?

Me está haciendo la vida imposible, y eso que lleva solo dos semanas...

¿Y eso otro que ha pasado antes de que le odiaras aún más? ¿Qué ha sido Julia?

No puedes dejarte llevar así, tienes que frenar, estás bien con Javi, no hay nada malo, es una relación sana, por lo que contrólate y déjate de tonterías, que a ver si vas a arruinarlo todo por ese maldito chico...

Sigo estudiando en mi habitación ya que no quiero seguir torturándome mentalmente. No sé cuanto tiempo me paso, pero las farolas ya están encendidas, y me hace falta la luz del escritorio para ver lo que escribo.

Como es sábado, pedimos unas pizzas, y por lo que veo, a Carlos le vuelve loco esa idea, ya que cuando lo propongo mientras hablábamos en la cocina, se le han abierto los ojos de par en par cuando esta frase ha salido de mi boca.

El repartidor no tarda mucho en llegar, por lo que a las diez y media, treinta minutos después de pedirlas, las dos familiares ya están sobre la mesa.

-¿Cómo llevas la uni?- se interesa Javi cuando ya estamos todos en la mesa.

-Bien, demasiados ejercicios, pero se lleva bien- sonrío.- ¿Y a tí en el trabajo?

-Bien, no hay muchos clientes, pero como siempre. ¿Y tú, Carlos, cómo va por el taller?

-Bien, es principio de mes, por lo que no hay mucho trabajo

-¿Taller?- pregunto. No sabía que trabajaba.

En verdad ahora que se da cuenta, no sabe nada de Carlos. Lo ve entrar y salir, pero nada más, como son sus días, sus amistades...

nada.

-Sí, taller, Carlos trabaja en un taller de coches- me aclara mi novio.

-Ah- intento no poner demasiado interés. Tampoco quiero que piense que quiero saber de su vida.

No me tendría que importar, y tampoco me importa, todo lo que esté relacionado con él no es de mi incumbencia.

-Por cierto Javi, el viernes que viene hay una fiesta, en casa de unos amigos, vendrán todos los del año pasado que conoces, y algunos más. Es a las afueras de Madrid, ¿te apuntas?

-Eh...- se lo piensa.- Claro, porqué no- sonríe mientras sigue comiendo su ¿tercer? o ¿cuarto? trozo de pizza.

-Dijimos que los viernes eran para hacer cosas juntos- le recuerdo.

No quiero que se vaya de fiesta con Carlos, no, ni de coña.

Es más, ya lo prometimos, los viernes que teníamos libres los dos, serían para estar juntos.

-Es verdad...- se rasca la nuca.

-Por uno no pasa nada- le resta importancia Carlos.

-Sí, sí que pasa- me quejo empezando a enfadarme.- Si yo no hago planes, tú tampoco los haces- digo ahora mirando a Javi.- Es el trato que hicimos.

-Solo por esta vez, ¿podría ir?- me suplica.- Por favor...

-Haz lo que quieras- me rindo yo, sabiendo que lo va a hacer diga lo que diga.

-Se puede venir también,- le dice Carlos a Javi- y así pasais el viernes juntos y Javi va a la fiesta- se gira diciendo lo último mirándome a mí.

Dos Miradas No Se Cruzan Por CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora