-Sí, esta semana no tengo mucha cosa, comparada con la pasada...- digo tras beber un poco de agua y apoyarme en la encimera.
-Creo que esto ya está- dice Javi apagando el fuego y apartando la olla de la vitrocerámica.
Son las diez y media de la noche, y tras estar todo el día casi sin comer debido a la resaca -unos más que otros- hemos hecho la cena para ambos.
-Tú de aquí a Masterchef, eh- río tras abrazarle por la espalda.- ¿Cómo tienes la cabeza? ¿Aún te duele?
-No tanto- se gira para corresponderme el abrazo y besarme delicadamente la cabeza.-¿Y tú?
-Yo bien, bebí pero no tanto como tú- río.- A la próxima no te dejo beber ni un sorbo que te vienes arriba y no paras.
-Por cierto, tengo que decirte algo- cambia totalmente de tema.- A partir de ahora voy a tener que trabajar por las mañanas también, voy a tener dos horas al mediodía de descanso y a las cuatro voy a volver a trabajar.
-¿Qué?- no entiendo nada.-¿Cómo que vas a trabajar todo el día?
-Julia, no quería preocuparte porque tú ya tienes bastante con la universidad, pero nos cuesta llegar a fin de mes, así que he pedido de hacer turno completo.
-Javi, yo puedo trabajar, no puedes estar todo el día trabajando y además pagarme el estar viviendo contigo, ni de broma.
-Tú estudia, céntrate en la carrera.
-No, puedo trabajar por las tardes Javi, me busco algo, lo que encuentre.
-No, no quiero que trabajes, quiero que estudies y puedas tener un futuro, no quiero que acabes trabajando en un bar toda tu vida como yo. Tu aún puedes llegar a tener un trabajo con buen sueldo, aprovéchalo.
Y solo me sale una cosa, besarle.
Le rodeo con mis brazos y él me imita, haciendo lo mismo rodeándome por las caderas, profundizando el beso aún más.
Cada día me siento peor por lo que hice, y no se lo puedo decir. La impotencia me reconcome por dentro, si se lo digo no destrozaría tan solo nuestra relación, sino también la que tiene con Carlos. Para él es más que su primo.
Más mala suerte que yo no tiene nadie.
Escuchamos la puerta, y tras escuchar la voz de Carlos, me separo de Javi rápidamente.
Me incomoda cuando él está presente.
-Entonces, ¿qué decias?- digo recolocándome el pelo detrás de la oreja.
-¿De qué?
-Ah sí- digo vaciando el agua de la olla de verdura que acabamos de hacer.- Lo de trabajar.
-Buenas noches familia- entra Carlos con su famoso carácter.
-Ya te lo he dicho, no vas a trabajar, no vas a tener tiempo para estudiar.
-¿Qué hay?- se sienta en la mesa.
-¿Has cenado?- le pregunta Javi.- Sino te ponemos un plato.
-No gracias, ya he cenado- agradece.
Javi y yo nos sentamos en la mesa y nos ponemos cada uno nuestro plato.
-¿De qué hablábais?
-Julia quiere trabajar, y le he dicho que no, que se centre en los estudios.
-Javi no puedo dejar que me mantengas así por la cara.
-De verdad que no es nada, ya te lo he dicho, trabajo por las mañanas y ya.
ESTÁS LEYENDO
Dos Miradas No Se Cruzan Por Casualidad
Novela JuvenilUna boda, una pareja, y alguien que no debería haber conocido. Él, el chico que va a hacer que se replantee todo lo que tenía por sabido. Él, el chico castaño de aquella boda. ¿Por qué tenía que conocerle? No lo sabe, pero algo de lo que no duda Jul...