¿Abuela?

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Yo ya tenía listas mis maletas, camine hasta la habitación de Tatiana para ojear, y si efectivame ella estaba preparando sus cosas.

Me encontraba en el pasillo, y escuche hablar a mi madre, cuando la ví, ella estaba hablando un poco nerviosa por teléfono. No suelo entremeterme en las conversaciones, pero ahora mismo me entró curiosidad.

- ¿Ben? - hablaba mi madre - no lo entiendo, ¿se puede saber que ocurre?

Me preocupe un poco, ya que mi madre se encontraba nerviosa, y no paraba de caminar de un lado para otro por la habitación.  Pero cuando se giro, me miro sorprendida.

- Ben, luego hablamos. - dejo el teléfeno en su bolsillo trasero del pantalón.

- Anastasia - puso su mano sobre mi hombro. - ¿has preparado tus cosas, cariño?

- si - dije, tenia curiosidad por saber que ocurria en el trabajo de mi madre, pero se que ella jamás me comentara nada. Mi madre nunca cometaba nada relacionado con el trabajo, es una científica muy reservada, creo que en su contrato firmo algo relacionado con la fidelidad o no revelar nada.

- No te preocupes - dijo - cuando acabe el trabajo, me ire con vosotras de vacaciones.

- Si - siempre era así, ella tenía dos meses de vacaciones, julio y agosto. Los únicos meses que pasabamos con la abuela.

El camino para la casa de la abuela era largo, ya que nosotras nos encontrabamos en la ciudad, debíamos pasar por numerosos pueblos, menos mal que la carretera era directa y sin curvas, tardemos en llegar unas tres horas, pero era comprensible, la velocidad de mi madre era lenta inclusos más que la mía, y eso que conduzco lento, y las voces de mi hermana cantando no ayudaban mucho, al principio es divertido pero luego cansa.

- Chicas, quiero que os porteís bien con la abuela. - comentaba mi madre antes de bajar.

- Nosotras adoramos a la abuela - dijo mi hemana Tatiana - la quería más si se mudara a la ciudad.

La abuela salió corriendo de su casa hasta llegara nosotras, nos abrazo muy fuerte a cada una, y nos invitó a entrar.

Sentadas en la sala de estar, madre e hija comenzaron a hablar, mientras mi hermana y yo subiamos las maletas por las escaleras. En verdad la única familia que conozco es a mi abuela, su marido murio ante de que pudiera conocerlo. Mi madre es hija única por lo tanto no tengo primos, y no conozco a mi padre. Así que tengo poco familia, pero aunque sea poco estoy agradecída de estar con ellas.

- Anastasia - dijo mi hermana - este año me quedo con la cama más grande.

- Soy la mayor - no pienso dejar que una enana me quite mi lugar.

- Eres más vieja, pero no más alta. - dijo Tatiana para meterse con mi altura. 

- Mira Tatiana, o me heces caso o empezare a contarle a mama los problemas que has tenido este año. - por eso soy la hemana mayor y la que chantajea mejor.

No dijo nada, solo me miro con cara de querer tirarme la maleta.

- No entiendo el trabajo de mama - dijo mi hermana mientras abría la maleta.

- Yo tampoco lo entiendo. Me va más la historia. - me tumbe en la cama, las sabanas estaban límpias, y la habitación olía muy bien.

- No es eso, es solo que estas últimas semanas ella estaba extraña. Pero no te habrás dado cuenta porque siempre estabas en clase por la tarde.

- No te preocupes Tatiana, ella trabaja en un laboratorio, pude que a veces haya estado más extresada. - empecé a sacar conclusiones. - o puede que esten haciendo cosas ilegales. - comencé a bromear.

- deja de reírte de mí. - me tiró un cojín.

- Voy a bajar, creó que hay galletas y té. - el olor a té recién hecho inundaba la casa. Mientras bajaba empecé a escuchar voces.

- Quién juega con fuego se quema - dijo la abuela. - ya sabes lo que ocurrio hace mucho tiempo, ese mundo es ajeno a nosotras, y si sospechas algo debe huir.

- Mama, no saques conclusiones antes de tiempo - dijo mi madre en voz baja - ya sabes que lo que ocurrio no volvera a pasar.

- No debería, hemos pasado por mucho - dijo la abuela.

Yo me encontraba en las escaleras esperando escuchar algo más claro, ya que todo me parecía confuso. No comprendía nada.

- Anastasia ¿se puede saber qué haces? - dijo mi hermana. Del susto me caí al suelo. Mierda.

- JAJAJA - mi hermana solo se reía - el karma.

Me levante lo más rapído posible, no me hice nada.

- Anastasia ¿te encuentras bien? - preguntaba la abuela.

La expresión de mi madre decía que sabia porque me había caído, no sabía muy bien que hacer.

- Tenemos galletas y té - dijo la abuela.

- Me tengo que ir, pero volvere a veros. - dijo mi madre. Se despidió y se fue.

No podía dejar de pensar en lo que había escuchado, me están escondiendo algo pero no me lo quieren decir.

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