Ash #3

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Parte narrada por Ash

— si piensas en matar hazlo con tus propias manos — dije desafiante.

— estúpido — dijo y al instante su mano agarró mi cuello. Ella se quedó boquiabierta, al igual que yo. Me estaba ahogando con una sola mano, tenía mucha fuerza, tanta que me quedaba sin respiración.

— se puede saber...— dije mientras sujete la mano que me dejaba sin aire. Intente quitarmela de encima, aún así Anastasia apretaba con fuerza, ella me odiaba y estaba dispuesta a matarme sin pensarselo dos veces — me estas quemando — ya no soportaba el dolor, aparte de estar estrangulandome me estaba ardiendo la garganta.Por fin me deshice de su amarre. Y ya que se había descuidado, aproveche la oportunidad para cogerla de los dos brazos y cambiar de lugar. Ahora yo estaba encima de ella.

— No te voy hacer nada. — dije sinceramente, ahora la necesitaba viva — solo quiero saber que eres.

— soy humana — dejó de poner fuerza, creo que ni ella misma sabe lo que es, solo me queda hacer una cosa — te voy a ma..— le interrumpí mediante un beso, estaba analizando su saliva.

Cerré los ojos, para analizar mentalmente, y efectivamente era un demonio, pero no uno cualquiera. Ya había acabado el análisis rápido, pero mis labios no se despegaron de los suyos. Su empujó los separó.

— Eres algo más que humana...— dije, su rostro expresaba dulzura a la vez que era inextricable — no te equivoques — no pude aguantar la risa —te he besado para analizar que puedes ser, no te hagas ilusiones — le dije la verdad.

— ¿ Y qué se supone que soy? — preguntó curiosa mientras me tiraba del cabello por mi comentario.

— No te cabrees — dije — solo estaba confirmando que eres un demonio.

— No te asustes — sujete sus manos para que no pudiera escapar, ella había aparecido de la nada justo cuanto más la necesitaba — no te escapes pero necesito tu sangre para salvarme la vida. ¡¡¡ PAPÁ ELLA ESTÁ AQUÍ!!! — grite con fuerza. Estoy muriendo lentamente, y su sangre era mi única esperanza.

Ella se extrañó por mis palabras, y un aire fuerte me lanzó hacia la pared. Nuevamente, Anastasia me había empujado con su mente, no le hizo falta ni tocarme para tirarme con fuerza al otro extremo de la habitación, efectivamente no es humana. Ella es poderosa, incluso más que yo. Y eso me molestaba demasiado. Y sin más desapareció.

Por la puerta entró Ufno, este me ayudó a levantarme.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó mi amigo.

— No lo sé

— Mentiroso — dijo quejándose — te ayudare a levantarte y eso, pero estoy un poco tocado, así que no aprietes demasiado mi pecho.

Ufno me ayudo a levantarme, me senté en la silla que estaba enfrente de la ventana que da al patio. Y conecte el cable del aparato a mi brazo. No tengo ni idea para que sirve pero la ignorancia me ayudará a tener más esperanza, o eso debería.

— pasame una de esas pastillas

— ¿Ya empiezas a drogarte? — bromeó Ufno mientras me tiraba una de ellas a mi boca. Me trague la pastilla, me ayudan a soportar el dolor.

— ¿Te acuerdas de Anastasia? — pregunté dejando pasar sus bromas.

—¿Quién? — preguntó Ufno.

— La chica '''humana'' que te disparo — puse en situación a mi amigo.

— Ahh, la que te ha envenenado, sí — dijo — Agni y los demás han salido a cazarla.

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