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Kyle:

¿Qué Maya no es perfecta?

Trago saliva.

Tal vez no lo sea, pero es lo más perfecto que tengo en mi vida.

Entonces...

Si pienso así.

¿Por qué ahora tengo dudas?

¿Por qué las palabras de Arianne no dejan de pasearse por mi mente?











Arianne:

—¿Por qué esa cara?.—Le pregunto a Trent, me mira con la misma cara de pocos amigos.—¿No fue perfecto tu primera vez con Maya?

No es una excelente pregunta en medio del desayuno, pero nunca me contengo nada.

—Lo fue.

Alzo mis cejas.

—Hasta que empecé a hablar y le dije sobre la propuesta de jugar lejos.

Vaya momento de decírselo.

Aunque no veo porque enojarse, creí que estaría orgullosa de mi hermano.

—¿No se lo tomo bien?

—Discutimos.

Alzo mis cejas, eso no es común entre ellos.

—Y para ser la primera discusión estuvo fuerte.—Sigue.—No pensé que después de una primera vez maravillosa, al final termináramos discutiendo y creí que ... entendería.

—Genial, ahora me cae menos.

—Arianne..

—Es una oportunidad grande y si ella no lo entiende.—Niego.—No sé qué esperas que te diga.

—Sé que no te agrada Maya del todo.

—Sí, es verdad.

—Pero acabamos de empezar a salir y tenemos que separarnos.

—¿Por qué ustedes siempre la justifican?.—Suelto sin contenerme.—Maya Franklin no es perfecta.

—¿Ustedes?

Niego con la cabeza.—Solo olvídalo, Trent.

—Arianne.. ¿De qué..

Me levanto con el desayuno en mis manos, echo al tacho lo que no voy a comer y dejo el plato sobre el lavado, subo las escaleras y voy directo a mi habitación.

¿Qué demonios te sucede, Arianne?














(*)

















Hoy sábado no tengo ganas de salir y prácticamente los papeles se invirtieron porque ahora Trent es el que sale y yo me quedo en casa.

¿Qué rayos sucede conmigo?

Observo desde la ventana de mi habitación como mi hermanito se encuentra con Maya, hablan y hablan, es aburrido verlos y cuando después de un rato los veo otra vez, siguen hablando.

Ruedo los ojos.

Ahora se están abrazando.

Después de tanta conversación supongo que a algo debían llegar y fue positivo para Trent, pierdo la vista de ellos cuando se marchan quien sabe a dónde y bajo las escaleras para ir a ver televisión.

Solo llevo la mitad de la película cuando tocan el timbre, mayor es mi sorpresa al abrir la puerta.

Sin embargo disimulo bien porque vuelvo a tener mi expresión.

—¿Y ese milagro que vengas a verme?

—Otra vez suponiendo cosas.

—Pues el único que vive aquí además de mi es Trent y dudo mucho que estés aquí por mi hermano.

Kyle sonríe.

—Tienes razón..—Señala.—¿Puedo pasar?

—No.

Sus cejas se alzan.

—No traigo a chicos a casa.

—¿Y no puedes hacer una excepción?

—No.

Hacer una excepción solo lo complicaría todo.

Y no quiero complicaciones.

—¿Por qué no?

—Te dije que no soy tu pañuelo de lágrimas.

—No quiero que lo seas.

Alzo mis cejas.—¿Entonces por qué estas aquí?

—Solo quise venir.

—¿Solo así?

—Si.

Nos quedamos mirando en silencio.

—No voy a irme.

—Lo sé.

Kyle alza las cejas sin entender.

—Espera aquí.

—Pero.. ¿Qué?

Le cierro la puerta, regreso para apagar el televisor y coger una chaqueta, salgo y lo descubro a punto de irse.

—Listo.

—Listo .. ¿Para qué?

—Sácame de aquí.—Le digo y me mira con sorpresa.—¿Nos vamos?

Se queda mirándome.

—¿Qué sucede?.—Le pregunto al notarlo callando y con la mirada fija en mí.

—Tienes razón.

Alzo una ceja.

—¿De qué hablas ahora?

Su mirada se mantiene seria.

—Kyle..

—Nunca antes he conocido una chica como tú, Arianne Sullivan.



A Second ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora