A Second Chance

16

Arianne:

—Pensé que te habías olvidado de tu hermana.

—Eso jamás.

Sonrio.

—¿Cómo estás?. —Le pregunto. —¿Te está yendo bien?¿Te tratan bien?

—¿Maya no te lo ha dicho?

—No llevamos una buena relación, ya lo sabes.

—Pero no creo que te niegue saber sobre mí.

Trago saliva.

—Para qué. —Fuerzo una sonrisa. —Te estoy preguntando a ti de todas formas.

—Me va bien y estimulo que vendré de aquí a dos semanas.

—Eso fue rápido.

—Solo era una prueba, me llamaran si les gusto mi desempeño.

—Seguro que si.

—Gracias, hermanita.

Guardo silencio.

—¿Y .. cómo estás? ¿Ya terminaste tu relación con Graham?

Aprieto los labios.

—En realidad.

—Arianne...

—Estamos en un veremos qué pasa.

—¿Qué se supone que significa eso?

No le respondo.

—Arianne, creí que habías dicho..

—Lo sé. —le interrumpo.

—¿Acaso el ya no es un juego para ti?

—No, ya no.

(*)

Soy una terca y por eso mismo mi hermano sabe que no puede luchar contra mí y termino nuestra conversación con un simple: "Ten cuidado, odiaría que te lastimara"

¿Le sorprendería a Trent que Kyle Graham también teme salir lastimado?

—¿Te iras la siguiente semana?

Papá asiente. —Podrás descansar de mí.

—No digas eso.

Papá abre los ojos.

Sonrojada, digo.—No es tan malo tener un padrastro sobreprotector.

Papá sonríe.

—¿Quieres..?

—¿Qué?

—Venir conmigo.

Abro los ojos.

—Solo de viaje y quizás a conocer universidades.

—No lo sé.

—Piénsalo. —Me dice . —Tienes varios días para hacerlo.

—Lo haré.

(*)

Si algo debo merito a Kyle desde la última vez es que ahora pasa más tiempo conmigo.

Aunque la mayoría de veces sea para esto.

—Cielos, niña Sullivan.

Su cadera empuja la mía y mis uñas se clavan en su espalda, Kyle vuelve a gruñir sobre mis labios y muevo la cabeza hacia atrás para sentir su boca en mi cuello.

Jadeo ante cada penetración mientras el sudor empieza a escaparse por mis poros, nos volvemos a besar y contenemos el aliento mientras solo escucho el sonido de nuestras caderas en cada encuentro.

La sensación es maravillosa, incluso que lo alargue, pero no más que el orgasmo que recibo cuando acabo y al hacerlo y dejarme descansar.

Kyle está sonriendo.

—¿Qué?

—Ya no te marchas al apenas acabar como antes.

—No te acostumbres.

Él sonríe y yo me levanto para empezar a vestirme, sin embargo, Kyle me detiene y vuelve a atraparme debajo de él.

Nuestras bocas se profesan y yo rompo el beso.

—Creo que sí puedo acostumbrarme.

Sonrio.

Los besos de Kyle comienzan a bajar mientras sus manos me acarician los senos, encojo el estómago cuando su boca llega a mi vientre y cuando me preparo para recibir el exquisito placer que puede proporcionarme su lengua, el para.

Sube y me da un último beso.

Sus ojos se me quedan viendo.

Lo analizo y el vuelve a hablar.

—¿Tienes tiempo hoy?

Alzo mis cejas. —¿Qué planeas?

—Incluye a los dos, tal vez salir.

—¿Cómo una cita?

Me observa unos segundos y responde. —Sí, una cita.

Vaya, Kyle Graham acaba de pedirme formalmente una cita.