Yes, Daddy

Primero De Muchos

La señora Granger se encontraba mirando a su hija y su jefe, el cual ahora era su yerno, había estado unas horas fuera para que ellos pudieran hablar aunque sabía que había ocurrido más que unas simples palabras.

-Si os soy sincera...- suspiro mirándolos- Sigo en contra de esta relación, espero que lo entendáis.

Ambos solo asintieron.

-Jean- llamo el rubio mirando a la castaña adulta- Ya te dije, hare lo que sea con tal de que dejes que Hermione y yo estemos juntos- aquellas palabras resonaban en los oídos de los tres como si las hubiera dicho un niño pequeño.

La castaña adulta vio como los dos, tanto su hija como su jefe se tomaban de la mano.

-Esto no va a salir bien...- suspiro mirando a los dos.

Hermione se separó de Draco, fue hacia su madre sentándose junto a ella, tomo sus manos y ambas se miraron fijamente.

-Mama...- la miraba con una mueca suavizada en su rostro- Nunca he tenido una figura paterna, el único chico con el que he salido y que fue importante para mí fue Ronald- en ese momento Hermione pudo ver como Draco tensaba su mandíbula junto con sus puños apretados- He dicho fue- recalco la castaña joven al ver a aquel hombre tensarse- Y después de él, no he estado con nadie más, hasta que apareció...- miro al rubio.

-Mi jefe- afirmo Jean mirando al rubio, pero su vista volvió a la de su hija- Hermione, eres mi hija, y te quiero con todo mi corazón- llevo su mano a la mejilla de su hija- Entiende que lo que menos quiero es que sufras.

La joven solo asintió, en el fondo entendía a su madre, al fin y al cabo la había criado ella sola, suponía que ella tampoco había tenido una buena figura de hombre, y entendía que a su madre le diera miedo que ella terminara como termino su relación con su padre.

Jean miro a su jefe.

-Gracias- dijo el adulto.

La castaña mayor solo asintió y se abrazó a su hija.

El resto de aquel mediodía se lo dedicaron a ordenar alguna maleta de ropa que Hermione quería dejar en casa de Draco.

-Coge también la falda vaquera- pidió Hermione mientras miraba como Draco revisaba entre su ropa.

El solo asintió, cogía cada prenda que ella decía, la verdad es que se iba a llevar medio armario si seguía así.

-¿Por qué quieres llevarte tanta ropa?- pregunto confundido mientras metía las cosas en la maleta.

La castaña rodo los ojos.

-Para que cuando me duche, o necesite ropa por cualquier otro motivo, no me tenga que poner algo de otra mujer que tienes en tu armario- lo miro cruzándose de brazos- Por cierto, ¿De quién es la ropa de mujer que hay en tu armario?

Draco soltó una pequeña risa, sabía que no tardaría en sacarle el tema, seguramente lo hubiera hecho meses atrás, pero cuando ocurrió aquel encontronazo con su ahora suegra apenas pudieron hablar.

-¿Si te lo digo prometes que no te enfadaras?- pregunto mientras la miraba con una ceja alzada.

A lo que Hermione termino por resoplar.

-Si dices eso claramente significa que me enfadare aún más- se giró para coger varia ropa íntima- Mejor no me digas de quien es, este día es perfecto y no quiero que nada lo arruine.

El rubio solo embozo una sonrisa, abrazo a la castaña por la cintura.

-Era de Astoria- en aquel momento noto como Hermione se removía en sus brazos, sin duda quería liberarse de su agarre- Cálmate cariño.