Dieciseis

107 7 0
                                    

Coloque el ramo de lirios enfrente de su nombre.

- Hola mamá, hace mucho que no te visitaba ¿no crees?, perdón por eso...

Mordí mi labio inferior y volteé hacia otro lado.

- No sé que hacer... Cuando, cuando me enteré de lo de papá, fue una decepción enorme, pero jamás lo pensé de él ¿sabes? En ningún momento llegue a pensarlo tan siquiera...

El aire removió mi cabello por lo que lo quité de mi cara, me hinque enfrente de su lápida y sentí mis ojos aguadarse.

- Te extraño mucho mamá, sobre todo en este momento, porque te juro que no se que hacer... Tú eras mucho más fuerte que yo, pero también tu relación con papá no era de lo mejor, por lo cual el divorcio no sonaba tan mala idea, pero... Creí que la mía era perfecta, fui muy tonta ¿no es así?

Limpie mis mejillas y sonrei con amargura.

- Me dijiste que Jos era el hombre para mi, hasta tú lo pensaste... - Pasé saliva sintiendo el nudo en mi garganta intensificarse - Trato, trato de entenderlo, pensar en que todos cometemos errores y que estamos abiertos a una segunda oportunidad, pero ¿cómo perdonó algo así?

Mi voz se entre corto y cerre mis ojos con fuerza.

- ¿Puedes llevarte el dolor tan intenso que siento en estos momentos? ¿Puedes borrar mi memoria y olvidar el día en el que leí eso? No recuerdo saber cómo tú te enteraste de lo de papá, pero saberlo de esta manera no es lo mejor.

Negué con mi cabeza una y otra vez, jamás en mi vida me había sentido así y no sabía que hacer para que dejara de doler.

- Para ti fue más fácil, Dan y yo estábamos grandes, conocíamos sus constantes choques a cada rato, era entendible... Pero, mis niños - Cubrí mi rostro con ambas manos - Ellos no, no merecen algo así, ¿que les diría? ¿Cuál sería la explicación ante que su padre nunca regresara a la casa? Lo adoran con el corazón, no puedo decepcionarlos de esa manera, no soy capaz de eso.

Me levanté sacudiendo mis rodillas por la tierra.

- Me siento pérdida, apuesto a que tú lo llegaste a sentir, tú me entenderías, porque sabes lo que se siente que la persona que creías menos capaz de engañarte lo hace sin que te des cuenta, ¡la persona en la que más confías ciegamente, llega y arruina todo lo que está a su paso!

Estalle con unas intensas ganas de querer golpear algo.

Mi respiración se aceleró junto con mi corazón, tomo aire para después expulsar tratando de calmarme.

- Lo siento... Sólo, necesito hablar con alguien, necesito que alguien me dé la respuesta, se supone que como persona mayor yo debería de encontrarla sola pero... Tengo miedo de tomar la decisión equivocada... Tengo miedo de arruinar las cosas como siempre.

Cerré mis ojos nuevamente, pero con más calma, haberlo dicho en voz alta provocaba alivio en mi interior, sobre todo porque a la primer persona que se lo conté fue a mamá, sea donde sea que esté estoy segura que me está escuchando, aún en mis pensamientos.

- Ya me voy... Vendre pronto, te lo prometo, y esa vez no lo haré sólo porque tenga un problema... Te amo mamá, lo hago siempre.

Relamí mis labios mientras trataba de darles calor a mis manos en los bolsillos de mi abrigo.

Admiro unos segundos más su lápida, para después comenzar a alejarme de ahí a pasos lentos.

No tenía prisa alguna, faltaba mucho para que los niños salieran de la escuela, así que nadie notaba mi ausencia, tan siquiera por unas horas.

A Tu Lado » J.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora