Dos

451 50 5
                                    

Abrí mis ojos con pesadez, me iba a parar hasta que unos brazos no me lo permitieron.

Voltee a ver a Jos quien seguía tranquilamente dormido y con el cabello hecho un desastre.

Me acerqué más a él y comencé hacer figuras imaginarias sobre su pecho al descubierto.

Ya había pasado como media hora y tenía mucha hambre, mientras que Jos seguía profundamente dormido o eso fue lo que me hizo creer.

- No te vayas - Murmuro cuando estaba tratando de quitarme sus manos de encima.

- Amor, muero de hambre ya es muy tarde.

Abrió un ojo y vio la hora en el reloj que teníamos en el tocador.

- Mentira, son las nueve de la madrugada. 

Yo reí y acaricié su rostro, accediendo a quedarme un rato más aquí con él.

No fue hasta que Josa y Alonso entraron a la habitación se subieron a la cama y comenzaron a gritar.

- ¡Papaaaaaaaas!

- ¿Qué pasa? - Preguntó Jos sentándose sobre la cama igual que yo.

- Quiero un hermanito.... - Dijo Alonso con un puchero.

- No, no, no - Mencionó Josa - Una hermanita.

- ¡No, hermanito!

- ¡Hermanita!

- ¡Hermanito!

- ¡Hermanita!

- ¡Hermanito!

- ¡Perrito! - Dije yo sonriendo.

- ¡Mamaaaaaaaaa! - Se quejaron al mismo tiempo.

- Por mi no habría problema en tener otro hijo - Mencionó Jos abrazándome, lastimosamente no compartíamos pensamientos.

- No amor, no me gustaría tener otro hijo, con dos esta perfecto - Dije acomodándome el cabello.

La mirada de los tres estaba puesta en mi y me estaba incomodando.

- Deberíamos ir a desayunar ¿no creen?

Los niños suspiraron desanimados y se bajaron de la cama.

- Me la creía más de mi papá...

- Yo si me había ilusionado con un nuevo hermano...

Iban murmurando creyendo que no los escuchaba, salieron de la habitación y deje de escucharlos, suspiré tapándome la cara, Jos se paró de golpe y cerró la puerta del cuarto.

- ¿Me vas a reclamar o algo así? - Pregunté de mala gana.

- No - Respondió serio - Pero sabes... Mejor olvídalo.

- Jos no te pongas en ese plan...

- Emilia no estoy poniéndome en ningún plan - Dijo malhumorado entrando al baño con su toalla.

- Si fue por lo que dije...

- No fue lo que dijiste, fue como lo dijiste... ¿Sabes que? No quiero continuar esta conversación - Y cerró la puerta de golpe.

Me hundí en mi lugar soltando todo el aire, no me agradaba esto, que se pusiera en contra de mi decisión, yo soy la que cuida al bebé por nueves meses, yo soy la que termina cuidándolos todo el día, la que los baña, la que se desvela... Dios santo, él sólo llega y los cuida cuando ya están más grandes.

Me paré de la cama y me cambie de ropa, abrí la puerta y al cerrarla yo también la azote, quería que supiera que estaba enojada también.

Baje las escaleras y entre a la cocina, me dirigí a la cafetera y espere a que saliera el agua, hoy era el día de descanso de Celeste.

A Tu Lado » J.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora